Senador Barreras: Colombia no está quebrada
29 Septiembre 2022

Juan Camilo Restrepo

Senador Barreras: Colombia no está quebrada

Queriéndole quizás hacerle un bien al Gobierno, el senador Barreras cometió una grave imprudencia en su condición de
presidente del Congreso. La semana pasada lanzó un trino, refiriéndose al alza de combustibles, que textualmente reproduzco: “Es una decisión difícil, pero inevitable: Colombia está quebrada y no puede seguir gastando en el subsidio a la gasolina”.

Es una frase que envuelve graves imprecisiones si hubiera sido dicha por cualquier ciudadano del común carecería de importancia. Sin embargo, en boca del presidente del Congreso, puede conducir a peligrosas interpretaciones.

Ni estamos quebrados ni vamos a dejar de pagar el subsidio a la gasolina por mucho tiempo, pues el ajuste que se anunció en el precio del galón de gasolina no le hace ni cosquillas al abultado déficit del fondo de estabilización de los combustibles.

Este tipo de ligerezas de lenguaje hace parte de las nuevas modalidades de la política que se caracterizan por su liviandad en las costumbres políticas, que podemos constatar con solo prender la pantalla de la televisión y observar alguno de los debates que tienen lugar en el Congreso: camisas playeras, frecuentes insultos verduleros, sombreros de todas las pintas, pets amigables en la misma Cámara alta, caballos, y como si fuera poco ahora el presidente del Congreso alertando al mundo de los exigentes mercados financieros que “Colombia está quebrada”.

No senador: Colombia no está quebrada. Hay que tener mucho cuidado con el lenguaje que utiliza quien ostenta el tercer puesto con más alto rango en la jerarquía oficial. Las palabras del presidente del Congreso pueden ser utilizadas en contra del país por cualquier banquero despistado.

La situación fiscal es muy estrecha, es cierto, y a pesar de lo que pueda recaudar la próxima reforma tributaria el margen para financiar la cascada de los costosos gastos que se han anunciado a los cuatro vientos es insuficiente. Y probablemente tendrá el Gobierno de Petro que recortar y seleccionar algunos gastos dentro del abigarrado abanico de promesas que ha hecho, si se quiere mantener al mismo tiempo la sostenibilidad fiscal del país.

Pero eso es muy distinto a estar quebrados. En el presupuesto que se aprobó la semana pasada para la vigencia de 2023 aparecen apropiados todos y cada uno de los pesos que requerirá la Tesorería General de la Nación para honrar cumplidamente con las obligaciones externas e internas que tiene contraídas el Gobierno.

Que por cierto no son pocas: 1 de cada 3 pesos presupuestados deberá ir al pago de las obligaciones contraídas a través de los diversos procesos de endeudamiento público.

Pero como estar quebrado significa en el lenguaje popular, y también en el técnico, la situación de quien se encuentra en imposibilidad de honrar sus deudas, es evidente que nada está más lejos de la realidad que decir que “Colombia está quebrada”.

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