Lucas Pombo
7 Marzo 2022

Lucas Pombo

Solo sirve el nocaut

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De las tres consultas que se votarán el próximo domingo, la única predecible es la del Pacto Histórico. A nadie le cabe duda de que Gustavo Petro –el pez más grande del estanque más pequeño– va a ser elegido, por abrumadora mayoría, como el candidato de la izquierda a la Presidencia de la República. Sin embargo, el resultado de esa carrera es mucho más que una pelea de toche con guayaba madura. Es la oportunidad de Petro de dar un golpe de autoridad y de mostrarse por primera vez ante los electores como imposible de derrotar.

Hasta ahora, los augurios para el candidato de Colombia Humana son buenos. A donde va, Petro llena plazas y en las últimas encuestas triplica en intención de voto a Sergio Fajardo, el segundo candidato en el partidor. Ahora llegó el momento de traducir el entusiasmo en votos. Si los jóvenes –que son el principal motor del Pacto Histórico– van masivamente a las urnas, la consulta de Petro será la más votada y podría superar los 6 millones de votos que alcanzó la consulta de Iván Duque en 2018. Si eso sucede, los candidatos del centro y de la derecha se verán pequeños, minúsculos, y difícilmente se podrán recuperar. “Game over”.

Si, por el contrario, el Pacto no tiene –por varios millones de votos– la consulta más votada, el ímpetu se perderá y Petro se verá derrotable. Por esa grieta se podría colar más de un candidato que logre seducir al centro y llevarse los votos de la derecha, que con gusto apoyará a cualquiera que pueda evitar un gobierno de Petro. En la medida en que la abstención crezca, disminuirá la votación de la consulta de la izquierda, en beneficio del Equipo por Colombia, la alianza de la derecha en la que participan las estructuras políticas más robustas del país.

La elección parlamentaria también es fundamental para Petro. El candidato ha dicho que “no vale la pena ser presidente si no es para cambiar la historia”. Eso solo es posible con mayorías en el Congreso de la República. Los miembros del Pacto Histórico se han encargado de poner la vara demasiado alta: 55 curules en el Senado y 86 en la Cámara de Representantes. Eso no va a suceder. En todo caso, si la lista del Pacto no supera los 20 asientos en la Cámara alta, difícilmente podrá consolidar una coalición parlamentaria lo suficientemente amplia para tramitar reformas de gran calado, tal y como sucedió en Perú.

En el boxeo hay combates que se ganan antes de pelearse. En el cara a cara, una mirada puede desmoralizar al contrincante, tirarlo a la lona sin lanzar un solo puño. Eso es exactamente lo que tiene que hacer Gustavo Petro si quiere ser el próximo presidente: derrotar a sus adversarios políticos antes de la primera vuelta, neutralizar el “toconpe”, haciendo ver su elección como un hecho inevitable. El domingo, a Petro no le basta con ganar, su resultado tiene que ser tan apabullante que no dé lugar a interpretación distinta a la de una victoria absoluta frente a las otras consultas. Lo demás será visto como una señal de debilidad suficiente para derrotarlo.

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