Paola Herrera
28 Febrero 2022

Paola Herrera

Sura y Nutresa, de Antioquia a Panamá

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El futuro de dos de las empresas más grandes de Colombia se definirá en la tarde de este lunes, cuando la Bolsa de Valores de Colombia revele cómo quedaron las nuevas ofertas públicas de adquisición (OPA) del Grupo Gilinski por Sura y Nutresa. En ese momento se conocerá el porcentaje adicional con el que termina el conglomerado vallecaucano su negocio del año y las posiciones de las empresas que tendrán un nuevo integrante en sus juntas directivas. 

Pero, para poder lograr su cometido de convertirse en el mayor accionista de las dos joyas de la corona del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), como parece que sucederá, Jaime Gilinski tuvo que adelantar algunas maniobras empresariales que ahora generan muchas preguntas.

Esta columna revisó decenas de documentos de la Cámara de Comercio de Bogotá para conocer el detrás de cámaras de las ofertas que, aunque se lanzaron por parte de dos empresas de Gilinski creadas en Colombia, al final se movieron las fichas para que las acciones de las compañías antioqueñas terminaran siendo de su sociedad en Panamá. 

Les explico: de manera silenciosa, el Grupo Gilisnki comenzó a trabajar en su objetivo desde 2020, un año antes de que las ofertas llegaran a los titulares de prensa. Entre los meses de octubre y diciembre, junto a sus socios árabes del fondo Aflaj Investment LLC, registraron en Panamá las sociedades JGDB Holding S.A y Nugil Overseas.
 
Mientras tanto en Colombia un viejo conocido de Jaime Gilinski, el señor Ricardo Díaz Romero, que hace parte de la Junta Directiva de GNB Sudameris (de propiedad de Grupo Gilinski), se ocupó de encaminar el negocio y creó a su nombre las sociedades Nugil y JGDB SAS, como filiales o subordinadas de las de Panamá. 

Tanto Nugil como JGDB, que sirvieron como vehículos para que en noviembre de 2021 se lanzaran las ofertas por Sura y Nutresa, nacieron con un capital de un millón de pesos cada una. Solo un millón para un negocio que se esperaba que costara cerca de 15 billones de pesos. 

En el expediente de Nugil, que reposa en la Cámara de Comercio de Bogotá, se evidencia que el 13 de enero de este año –un día después de cerrada la OPA por Nutresa–, la Asamblea General de Accionistas, que solo tiene un accionista y es el señor Ricardo Díaz Romero, aprobó nombrar como gerente de la compañía a Jaime Gilinski, quien hasta ahora solo aparecía como socio fundador de la empresa de Panamá, pero no en los papeles de la empresa colombiana. 

Posteriormente, cuando la Bolsa de Valores de Colombia realizó la adjudicación del 27,69% de las acciones de Nutresa y habiendo lanzado una segunda OPA, el 31 de enero de 2022 se volvió a reunir la curiosa Asamblea de Accionistas de Nugil, es decir, solo el señor Díaz Romero, y se aprobó una capitalización de la empresa por la bobadita de 1,7 billones de pesos. Esa plata salió del bolsillo de Gilinski y los árabes, que le inyectaron capital a Nugil en Colombia a través de Nugil Overseas, la casa matriz que, recordemos, fue creada en Panamá. 

Para comprar Sura, uno de los conglomerados financieros más importantes del país, que cuenta con inversiones en grandes compañías como EPS Sura, Seguros Sura, Grupo Argos y Bancolombia, hicieron exactamente lo mismo. En este caso, la "doliente" fue la abogada Manuela Chavarro, quien ayudó a constituir la sociedad JGDB Holdings en Colombia, era la representante legal y única accionista de la misma. 

Igual que en el caso de Nugil, se convocó a una Asamblea de Accionistas de JGDB Holdings un mes después de su creación y allí, por obvias razones, solo participó la señora Chavarro. Ella fue la que aprobó en ese momento que Jaime Gilinski fuera el nuevo representante de la empresa, aunque después el banquero le dio total poder para representarlo en las asambleas de accionistas donde tenga participación esa sociedad. 

JGDB Holdings, que ya tiene el 25,25% de Sura y espera quedarse con otra porción grande de esa empresa antioqueña, también pasó del millón al billón. Manuela Chavarro la única accionista de la sociedad, aprobó una capitalización por emisión de acciones por 1,3 billones de pesos y, oh sorpresa, quien las compró fue la compañía que tiene el mismo nombre y que está en Panamá. 

No es la primera vez que el grupo Gilinski tiene presencia en Panamá. Incluso ese apellido fue uno de los mencionados en el escándalo de los Pandora Papers, en donde se dio a conocer que la familia, una de las más poderosas de Colombia, ha tenido varias empresas en ese país, que aunque no es considerado ya como un paraíso fiscal, tiene beneficios tributarios para quienes operan allá. 

Y no es ilegal hacerlo, es una figura que utilizan muchos empresarios para poder gestionar sus negocios. La pregunta es ¿por qué para consolidar la alianza con el fondo árabe se tenía que constituir la sociedad en Panamá? ¿Por qué, si las empresas objeto de las OPA (Sura y Nutresa) están en Colombia, ahora será la sociedad panameña la que quedará como dueña de las acciones que compraron?

Para el analista bursátil Andrés Moreno se trata de una movida que, aunque puede generar suspicacias, se hace porque en Panamá es más amigable el tema de trámites y, en materia tributaria y jurídica, a muchas empresas les conviene utilizar esa figura. De todos modos, aclara que la Superintendencia Financiera y la Bolsa de Valores de Colombia esculcan todos los procesos para que no haya incumplimientos en nuestro país. 

La verdad no me queda claro la razón por la cual Gilinski crea dos empresas en Panamá, luego crea dos subsidiarias de esas empresas en Colombia, luego las de allá toman el control de las de acá y ahora son las panameñas las dueñas de una gran parte de las acciones de Sura y Nutresa. ¿Será que todo esto se trata solo de un tema de impuestos?

El abogado tributarista Carlos Lizcano me explicó que en Panamá las empresas solo tributan por la renta que se genere en ese país. En ese caso ni Nugil ni JGDB tendrán que pagar impuestos allá por el negocio que hicieron en Colombia. 

Pero, además, en el vecino país es mucho más fácil lograr financiación en dólares y tienen una banca más robusta y eso podría explicar la razón para que a Gilinski le guste tanto tener su patrimonio allá o para seguir creando empresas, que en la práctica no hacen nada y que solo sirven como papel. Lo cierto es que Sura y Nutresa, las empresas más importantes del GEA, "pasarían" de Antioquia a Panamá. 

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