Luis Alberto Arango
15 Julio 2022

Luis Alberto Arango

Trinar como candidato o como presidente

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Dos recientes mensajes públicos del presidente electo, en vez de crear confianza, generaron incertidumbre.


Con 5,6 millones de seguidores en Twitter lo que dice Gustavo Petro en esta red social tiene repercusiones. Antes de ser electo presidente sus mensajes eran los del contradictor, opositor y político que retaba, confrontaba, decía verdades a medias, desdibujaba los hechos y magnificaba otros sin importancia, mostraba cifras e indicadores para llegar a conclusiones bien sustentadas unas y otras no.  Eso no le impedía, también, señalar verdades incómodas, advertir fallas en el manejo del Estado, destapar escándalos y sacar a la superficie problemas del país que habían estado en la profundidad de la indiferencia o del desconocimiento.

Sus mensajes ambiguos y polarizadores son los que generan, desde luego, más debate y son fuente de conversación entre amigos, hombres de empresa y negocios, seguidores y detractores. Los escribe facultado en el ejercicio de su derecho, como político, a expresar libremente sus ideas, a pescar en río revuelto, a enfrentar, a polarizar y a plantear sus desacuerdos con el fin, seguramente último, de sacar réditos políticos. 

“Su trino del lunes retando a los colombianos que compraron dólares no pudo ser más desafortunado”.

Sin embargo, él ya no es candidato presidencial sino presidente electo de los colombianos. Desde ya sus mensajes no pueden ser de quien aspira a llegar al solio de Bolívar para dirigir a una nación. Siendo el nuevo presidente, y a pesar de no ejercer en este momento sus funciones, sus mensajes tienen repercusiones de mayor envergadura que cuando era candidato.

Su entrevista para CAMBIO (que pueden leer en este enlace), después de haber sido elegido presidente, mostró a un Petro prudente en sus respuestas, racional en sus análisis, sin espejo retrovisor en sus exposiciones. Sin acusar ni aquí ni allá con nombre propio. Refrescante y tranquilizante por decir lo menos. Sin embargo, esta semana dos mensajes de su cuenta de Twitter parecen haber tomado desprevenido al presidente electo y puesto al mando de sus redes sociales nuevamente al candidato presidencial.

El primero fue el lunes 11 de julio. Después de varios días de desvalorización del peso colombiano frente al dólar, Petro trinó “A quienes hoy están comprando dólares en Colombia, con el mayor respeto tengo que anunciar, que cuando los ponga (SIC) de nuevo a la venta, valdrán menos en ese momento. ¡ojo! No pierdan sus dineros.”. Su mensaje fue respuesta a un trino de W Radio que decía “Hay mensajes que generan incertidumbre en el país: Duque ante aumento del dólar” y que estaba acompañado de una noticia que daba cuenta de las palabras del presidente Iván Duque frente al aumento del precio del dólar en el país.

Al día siguiente, martes 12 de julio, y en respuesta a un trino del periódico La República sobre el gobierno corporativo de Ecopetrol, trinó “No nos reten. El voto popular es mandato. Quiero producir un consenso, pero no doblegar el voto popular que quiere energías limpias El propietario público elige libremente sus miembros en las empresas que lo representen. Es la representación del pueblo”.

Su trino del lunes retando a los colombianos que compraron dólares no pudo ser más desafortunado. Lo último que requiere la economía colombiana es que su presidente electo asegure que el dólar va a estar más bajo cuando, quienes lo compraron unos días antes, los vuelvan a poner a la venta. Deja muchos interrogantes su frase. ¿Va a instaurar un sistema de control de cambios que va a abaratar el dólar? ¿Está pensando con el deseo? ¿Su mensaje es el resultado de las voces que le dicen que el peso se está desvalorizando por culpa suya? Como fuere, el presidente electo debe reservarse opiniones como esa, disonantes y que no transmiten ninguna tranquilidad al mercado de divisas, para sus adentros o para su círculo de familiares, amigos o asesores cercanos. 

“La reforma de estatutos de Ecopetrol era necesaria para mejorar la eficiencia y efectivad de la Junta Directiva”.

Sobre su segundo trino, que también es retador como el primero, su inicio aseverando “No nos reten”, es un reto en sí mismo. ¿Es un mensaje de advertencia sobre la posibilidad de un futuro conflicto? ¿Habrá una revancha? ¿De qué se trata el reto? Además, el resto del mensaje tiene ambigüedades. Pareciera que lo que trata de decir es que no está conforme con un detalle sobre la forma como Ecopetrol, cuyo socio mayoritario es el Estado colombiano, cambió estatutariamente en su asamblea ordinaria de marzo de 2022, el periodo de los miembros de junta directiva de dos a cuatro años. Esa misma reforma eliminó la posibilidad de que fueran reelegidos indefinidamente, limitó a que se eligieran máximo tres veces consecutivas y determinó, en un párrafo transitorio de los estatutos, que la siguiente elección de miembros de junta directiva será en 2025. Esto significa que atornilló a sus puestos a los actuales miembros hasta ese año, que es lo que de fondo pienso que le molestó al presidente electo y motivó su trino.

Vamos por pasos. La reforma de estatutos de Ecopetrol era necesaria para mejorar la eficiencia y efectividad de la junta directiva. Una junta directiva con periodos de dos años es prácticamente inservible salvo que se reelijan sus miembros. En mi opinión, toma un año sino es que más para que un miembro de junta conozca a fondo una compañía del tamaño de Ecopetrol y pueda así aportar profesionalmente en el ejercicio de sus funciones. Un estudio reciente publicado por el foro de gobierno corporativo de la escuela de leyes de la universidad de Harvard concluyó que la duración promedio de un miembro de junta directiva en una empresa grande y que cotiza en bolsa, perteneciente al índice S&P 500, es de 9.7 años y de compañías grandes del índice FTSE del Reino Unido es de 4.7 años. Por comparación, el periodo de dos años de un miembro de junta de Ecopetrol no era bien visto por los tenedores de bonos y los inversionistas internacionales e institucionales de esa compañía.

Ni que duren mucho ni muy poco. Miembros de junta de larga duración pueden ser un impedimento para que se tomen decisiones estratégicas de gran calado o para prevenir que las compañías se duerman en zonas de comodidad limitando la innovación y la creatividad empresarial. Pero periodos muy cortos no permiten que un miembro de junta pueda aportar con solvencia y conocimiento profundo acerca del devenir de una empresa.

A la luz de las prácticas aceptadas de gobierno corporativo actual, la decisión de ampliar el periodo de los miembros de junta directiva en Ecopetrol fue acertada. Y aunque levanta sospechas, no creo que haya sido desatinado que mediante un parágrafo transitorio se haya instrumentalizado que hasta el año 2025 debe ir el periodo de los actuales miembros de junta, dado el cambio planteado. La transición podría haberse hecho de otra manera, pero de todas formas cualquier opción habría sido analizada con sospecha por los oponentes políticos del actual gobierno de Duque, como cabeza del accionista mayoritario de Ecopetrol.

“Petro quiere cimentar su presidencia alrededor de la unidad nacional. Sus dos trinos no se compadecen con ese propósito”.

Ecopetrol es la empresa más grande del país, tiene 18.000 empleados, aporta entre el 20 y el 30 por ciento de las exportaciones del país, transfiere más de 14 billones de pesos en utilidades a la nación, unos 18 millones de colombianos afiliados a los fondos de pensiones tienen aproximadamente 3.5 billones de pesos(*) invertidos en la empresa junto con los ahorros de otros 254.000 accionistas minoritarios.  Por lo tanto, los mensajes del futuro presidente de Colombia sobre cómo su gobierno orientará los destinos de Ecopetrol, en la medida en que la nación es dueña del 88.49 % de sus acciones y es el accionista mayoritario, deberían hacerse con aplomo, mesura, prudencia, libres de emociones y sin ambigüedades.

Las preocupaciones de Petro acerca del gobierno corporativo de Ecopetrol las puede exponer y solucionar en privado y no ventilar en las redes sociales como si todavía fuera candidato presidencial. Reconfigurar los miembros de la junta directiva actual y específicamente los puestos sobre los que el gobierno puede tener injerencia, se hace con mayor sencillez que enfrentándose en público a un enemigo no identificado con precisión.

Petro quiere cimentar su presidencia alrededor de la unidad nacional. Sus dos trinos no se compadecen con ese propósito. Ecopetrol no se administra, ni el dólar se regula a través de redes sociales, con mensajes ambiguos, desobligantes y que parecen seguir proviniendo del candidato presidencial y no del futuro presidente de Colombia. Sus mensajes públicos pueden orientar el rumbo positivamente o crear incertidumbre. La unidad nacional necesita más de lo primero y menos de lo segundo.

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(*) Cálculo hecho con precio de 2150 pesos por acción del valor de una transacción de compraventa de acciones de Ecopetrol de las 8:30 a.m. del 15 de julio de 2022 multiplicado por aproximadamente 1.65 millones de acciones que tienen las Administradoras de Fondos de Pensiones y Cesantías colombianas.
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El estudio mencionado en esta columna, de octubre de 2020, publicado por el foro de gobierno corporativo de la escuela de leyes de la Universidad de Harvard, se puede ver en este enlace.

Corporate Board Practices in the Russell 3000 and S&P 500

Adicionalmente, el periódico The Wall Street Journal publicó, en 2016, estadísticas sobre los periodos de los miembros de junta de las empresas del índice S&P 500 y otras estadísticas relacionadas. El promedio de duración de la junta directiva en cada empresa se puede ver en la categoría denominada Tenure. Lo puede ver en este enlace.

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