Lucas Pombo
17 Mayo 2022

Lucas Pombo

Último llamado

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De nada han servido los llamados a la unidad del centro. Las puertas se están cerrando y el avión con destino Casa de Nariño solo tiene dos ocupantes: Gustavo Petro y Federico Gutiérrez. Sin embargo, aún queda una pequeña ventana, una minúscula posibilidad de lograr una tercería. Rodolfo Hernández, Sergio Fajardo e Íngrid Betancourt tienen en sus manos la posibilidad de unirse y generar el único hecho político que podría sacudir el tablero electoral. Este es el último llamado.

A Fajardo le sobra lo que le falta a Hernández: programa y un equipo de primer nivel. El profesor ha trazado una hoja de ruta seria con propuestas concretas en materia de educación, salud, desarrollo rural, relaciones internacionales y medioambiente, asesorado por importantes expertos como José Antonio Ocampo, Alejandro Gaviria, Luis Gilberto Murillo y la excanciller María Ángela Holguín. A su lado, el candidato de la Coalición Centro Esperanza tiene a destacados dirigentes políticos como los hermanos Galán, el senador Jorge Enrique Robledo, el exgobernador Carlos Amaya y el exministro Juan Fernando Cristo, que ya se han fogueado en más de una plaza. Estos activos de Fajardo contrastan con un ingeniero solitario, cuyo mensaje no parece ir más allá del discurso anticorrupción.

El ingeniero tiene lo que le falta al profesor. Hernández emociona, moviliza a la gente sin necesidad de ríos de dinero ni plazas llenas de contratistas. El exalcalde llegó a la campaña sin padrinos y logró sembrar su nombre en el imaginario público como sinónimo de anticorrupción, de antipolítica. El candidato ha sabido interpretar la indignación ciudadana, volviendo nacional una bandera que le permitió llegar a la Alcaldía de Bucaramanga, enfrentando a una clase política que tuvo cooptado el poder durante décadas. No podemos decir lo mismo de Fajardo, cuya timidez y falta de posiciones claras lo convirtieron en un candidato lejano que, por intentar representar demasiadas cosas, terminó sin bandera.

Más allá de un corto periodo de coqueteo político, ninguno de los candidatos ha mostrado la disposición de sentarse a trabajar en una alianza que permita romper con la inercia de la campaña. Hasta ahora, esos acercamientos se han parecido más a intentos de toma hostil que de acuerdos políticos. Sin embargo, las últimas encuestas muestran que la suma de la intención de voto de Hernández, Fajardo y Betancourt podría llevar a un candidato a quitarle a Federico Gutiérrez el tiquete a segunda vuelta.

Hay mil razones por las que es improbable que se forme una alianza. Los egos, la financiación de las campañas y las dudas legales apuntan a que los tres candidatos llegarán solos a la primera vuelta. No obstante, queda una ventana de días para que se produzca el milagro de revivir al centro. Solo una jugada audaz puede cambiar el destino de una campaña cuyo resultado parece cada vez más claro.

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