Johana Fuentes
22 Diciembre 2022

Johana Fuentes

Ya veremos

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El primer periodo legislativo de este nuevo Congreso –de mayoría progresista y renovado en un 60 por ciento– culminó dejando al descubierto las grietas que tiene la coalición de gobierno, sobre todo entre el Pacto Histórico y la Alianza Verde. 

El florero de Llorente fue la reforma política. Durante la discusión, la representante a la Cámara Katherine Miranda lanzó una dura crítica a las listas cerradas y a la posibilidad de permitir coaliciones entre los partidos con más del 15 por ciento de representación: “Tengo dolor, vergüenza y una profunda decepción […] Me duele profundamente que con el aval de ustedes estén acabando con las minorías. Lamentablemente tengo que decirle al país que esto no es el cambio”. 

Las declaraciones cayeron como un baldado de agua fría porque desde la campaña, cuando se desempeñó como jefe de debate de Petro, Miranda ha sido una de las principales escuderas del gobierno en el Congreso. La cosa empeoró al momento de conciliar por cuenta de un parágrafo –al que varios llamaron mico– que especificaba que para la conformación de las listas cerradas se tendría en cuenta el orden de elección del último periodo constitucional, sin condicionamiento de género.

El tema desató un agarrón entre verdes como Miranda, Catherine Juvinao y Ariel Ávila y voceros del Pacto como María del Mar Pizarro, Susana Gómez y Luz María Múnera. Los primeros argumentaron que aprobar ese texto significaba legislar en causa propia y dejar atornillados a los actuales congresistas otro periodo, los segundos los acusaron de querer sabotear el informe de conciliación de la reforma. 

Finalmente intervino el presidente del Congreso Roy Barreras y la conciliación se votó, pero la herida quedó abierta, pues algunas voces de la Alianza Verde le pidieron al partido retirarse de la coalición. Esta semana se habló de un encuentro entre el presidente Petro y los verdes, sin embargo, quienes terminaron reuniéndose fueron el ministro del Interior, Alfonso Prada, y el copresidente del partido Carlos Ramón González. Allí acordaron que –por ahora– seguirán en la coalición.  

Lo cierto es que los ánimos aún están caldeados porque mientras en la Alianza Verde pedían que en la Casa de Nariño se les diera mayor relevancia, el gobierno les daba otro cariñito a los conservadores nombrando como embajador de Paraguay al cuestionado exsenador Juan Manuel Corzo. Un barón político de Norte de Santander, recordado porque siendo congresista dijo que el sueldo no le alcanzaba para pagar la gasolina de sus carros. ¡Otro sapo que tuvieron que tragarse!

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