
¿Cómo responderá Nicolás Maduro ante la nueva presión de Gustavo Petro y Lula?
Gustavo Petro, Luiz Inácio Lula da Silva y Nicolás Maduro.
Crédito: Reuters - Colprensa
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El presidente de Colombia cambia el discurso del régimen venezolano al anunciar que no reconocerán su victoria si no se presentan las actas electorales. Análisis de CAMBIO.
Por: Armando Neira

El presidente Gustavo Petro ha puesto el balón en la cancha de Nicolás Maduro. Al mandatario venezolano ahora le toca enfrentar dos elementos en contra: el creciente descontento en la región y el poco tiempo que tiene de aquí al 10 de enero, cuando están previstos los actos de posesión en Caracas.
Durante una entrevista con CNN en español, en el desarrollo de su viaje a Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas, Petro hizo pública una declaración que pone a Maduro contra la pared: “Nosotros quedamos en un punto: si no hay presentación de actas, no hay reconocimiento”.
Petro comentó que no está solo en esta exigencia, sino que lo acompaña su homólogo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Ambos han seguido un camino que iniciaron con Manuel Andrés López Obrador, de México.
Independientemente de la postura que ella adopte, el anuncio de Petro no es un asunto menor, sino de gran peso, ya que tanto Colombia como Brasil son gobiernos progresistas con afinidad hacia Venezuela.
Un silencio que le ha costado a Petro
De hecho, Petro ha sido muy criticado en Colombia por sectores de la oposición, que consideran que no puede guardar silencio ante el presunto fraude cometido por Maduro tras las elecciones del 28 de julio.
Hasta ahora, Maduro ha sostenido que fue el ganador de los comicios sin presentar ninguna evidencia creíble de ello. La oposición, por su parte, sostiene que el verdadero vencedor fue Edmundo González Urrutia –ahora exiliado en España– según lo evidencian las actas que lograron documentar.
En ellas, González Urrutia obtiene el 67 por ciento de los votos frente al 30 por ciento de Maduro. Desde entonces, el régimen emprendió una violenta persecución contra quienes exigían la publicación de todos los resultados.
El Centro Carter y un panel de expertos de Naciones Unidas consideran que las actas publicadas por la oposición son fidedignas, mientras que los resultados emitidos por el Consejo Nacional Electoral (CNE) carecen de evidencia suficiente.
“Hemos documentado de manera muy detallada que entre el 29 y el 30 de julio, en ese contexto postelectoral, al menos 24 personas fueron asesinadas. Está comprobado que, en la mayoría de los casos, participaron agentes del Estado, como miembros de la Policía o de la Guardia Nacional Bolivariana, y en algunos otros, colectivos armados civiles que actúan en connivencia con las fuerzas armadas”, señaló Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), en una entrevista con CAMBIO.
Mientras el régimen de Maduro se muestra implacable, voces internacionales han comenzado a desconocer su triunfo. A Estados Unidos y la Unión Europea, dos pesos pesados de la política global, se han sumado países vecinos como Panamá, Ecuador y Perú.
La dura crítica de Gabriel Boric
A estas naciones se agregó la voz del presidente de Chile, Gabriel Boric, un líder de izquierda por lo que su voz tiene un alcance especial.
“Chile está especialmente atento a la crítica situación que vive Venezuela. Se requiere una salida política a esta crisis, que reconozca el triunfo de la oposición en las últimas elecciones y lleve a una transición pacífica hacia una verdadera democracia”, dijo Boric en la ONU.
Y fue más allá: “Estamos frente a una dictadura que pretende robarse una elección, que persigue a sus opositores y es indiferente al exilio de millones de sus ciudadanos. Se necesita una solución política a esta crisis”.
Su postura contrastaba con la de Petro, hasta la entrevista en CNN, en la que no solo evidenció su presión sobre Maduro, sino que también lanzó un guiño a María Corina Machado, la verdadera artífice de que los venezolanos acudieran masivamente a las urnas exigiendo un cambio.
Para Petro hubo un “error previo” en las elecciones venezolanas porque “se puso a una sociedad a disputar el poder político sin libertad, y ese tema de la libertad aplica para todos los bandos en conflicto”.
“No hubo libertad para la oposición, porque la principal candidata (María Corina Machado) no participó y es un problema hoy porque, ¿con quién se habla en Venezuela del lado de la oposición? Y tampoco hubo libertad para el gobierno venezolano, ya que un país bajo sanciones económicas no es libre para votar”, señaló Petro.
El presidente también lamentó: “Todo lo que se había hablado en México, Colombia y Barbados para que pudieran celebrarse elecciones libres no se cumplió”.
Aún no hay, sin embargo, un reporte oficial sobre el encuentro entre Lula y Petro, ya que la reunión debió postergarse. Se espera que se lleve a cabo la próxima semana en México, durante la toma de posesión de Claudia Sheinbaum.
El Congreso pide reconocer a Edmundo
Mientras esto sucedía en Nueva York, en Bogotá el Congreso pedía el reconocimiento de Edmundo González como el ganador legítimo.
“El Congreso de Colombia, por orden constitucional, no puede exigirle al presidente posiciones en política internacional”, dijo Petro en su cuenta de X, antes Twitter.
“La proposición es una solicitud que estudiaré dentro de las decisiones que debo tomar, siempre consultando, antes que nada, el interés general de la sociedad colombiana”, agregó.
Petro respondía así a una proposición no vinculante que el Senado aprobó la víspera, con el apoyo de 48 congresistas y solo seis en contra, en la que se instaba al presidente a reconocer públicamente a González como el “ganador indiscutible” de los comicios presidenciales en Venezuela. Esta misma propuesta fue aprobada por la Cámara de Representantes el 16 de agosto.
Sea como sea, la situación para Petro no es sencilla. Colombia comparte con Venezuela 2.200 kilómetros de una frontera porosa, donde los actores armados ilegales y las bandas de narcotraficantes se mueven con facilidad.
De hecho, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tiene una relación histórica con el chavismo. En los años noventa, con la llegada de Chávez, se consolidó una afinidad ideológica entre el ELN y el chavismo, basada en la idea del "poder popular". Esta relación ha evolucionado con los años, al punto que hoy el ELN se declara defensor de esa revolución.
Además, en Venezuela se encuentra protegido Iván Márquez, líder de la Segunda Marquetalia. Con ambas organizaciones, el presidente Petro está intentando alcanzar una paz total, aunque hasta el momento sin resultados significativos. Las negociaciones con el ELN están estancadas, y con las disidencias apenas hay avances en una mesa incipiente.
Un avión en Cúcuta, un excanciller en Caracas
Cualquier asunto relacionado con Venezuela resuena enormemente, como se evidenció con el caso del avión que aterrizó de emergencia en Cúcuta. En las redes sociales, abundan teorías de que transportaba escoltas de Maduro armados y uniformados.
En las emisoras de radio, los oyentes expresaron su malestar al saber que el excanciller Álvaro Leyva Durán viajó hasta el Palacio de Miraflores para abrazarse con Maduro en un momento tan delicado.
Por su parte, la vicepresidenta, Francia Márquez, declaró que no opinaba sobre la grave crisis interna en Venezuela porque “no vive allá”.
“Yo no me puedo meter en esa discusión, no sé quién ganó porque no estoy en ese país. Respeto la decisión de los pueblos. Creo que Venezuela debe internamente dialogar y llegar a un acuerdo por el bienestar de su población”, dijo ella.
Todos estos eventos –grandes o pequeños– afectan la imagen del presidente Petro. Según una encuesta de Invamer, divulgada hace unas semanas, la desaprobación del mandatario colombiano es del 66 por ciento, frente a una aprobación del 29 por ciento.
Ante la pregunta “¿Podría Colombia estar en el futuro en la misma situación que Venezuela?”, el 56 por ciento de los colombianos cree que sí, mientras que el 42 por ciento opina que no.
Por otro lado, al interrogante: “¿Mejorarán las relaciones entre Colombia y Venezuela y serán más respetuosas y prósperas?”, el 63 por ciento cree que no, mientras que el 33 por ciento considera que sí.
Maduro, por su parte, enfrenta otros factores de presión. Su confrontación con Javier Milei, presidente de Argentina, se ha agudizado.
Esta semana, la tensión escaló porque ambos mandatarios ahora enfrentan órdenes de captura emitidas por la justicia de sus respectivos países. La Justicia Federal de Argentina ordenó la captura de Maduro, Diosdado Cabello y otros altos funcionarios del chavismo, acusándolos de crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
Esta denuncia, presentada en 2023 por el Foro Argentino para la Defensa de la Democracia (FADD), se basa en el principio de jurisdicción universal, que permite a cualquier país procesar delitos graves contra los derechos humanos, sin importar dónde se hayan cometido. Este no es un hecho menor, ya que a Maduro se le restringe aún más su capacidad de movilidad.
En este escenario llega el anuncio de Petro: O presentan las pruebas de que ganaron las elecciones –una tarea que los analistas consideran improbable– o no lo reconocerán.
Lo dice un mandatario que, si bien es uno de los pocos que evita criticarlo abiertamente, tiene mucho en juego. El balón está en la cancha de Maduro.
