De la pasarela a la calle: la historia de violencia intrafamiliar e impunidad detrás de Ingrid Karina Sánchez

Ingrid Karina Sánchez ahora habita en las calles de Medellín.

13 Noviembre 2024 06:11 pm

De la pasarela a la calle: la historia de violencia intrafamiliar e impunidad detrás de Ingrid Karina Sánchez

Ingrid Karina Sánchez, una mujer que hoy es viral en TikTok por un video en el que se le ve deambulando las calles de Medellín, sufrió por años abusos físicos y psicológicos a manos de su pareja, Pedro Juan Bonett. La Corte Suprema ya se había referido a este caso y lamentó la impunidad para la víctima.

Por: Juan David Cano

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El rostro de Ingrid Karina Sánchez, una mujer que cuenta las dificultades de vivir en la indigencia en las calles de Medellín, es viral por estos días en Colombia. Pero detrás de las imágenes en las que se le ve con la mirada perdida y la ropa desgastada, hay una historia de abuso, maltrato intrafamiliar e impunidad por la que la Corte Suprema de Justicia se pronunció en agosto de 2021.

Ingrid nació en Ocaña, Norte de Santander y vivió en la capital colombiana. Según relata, desde joven, su belleza la llevó al mundo del modelaje, en el que tuvo cierto éxito. A sus 18 años, conoció a Pedro Juan Bonett González, un hombre doce años mayor que ella, que le prometió amor y una vida juntos, pero que, con el tiempo, la arrastraría a una espiral de violencia y miedo.

La relación que lo cambió todo

En 2010, Ingrid vivía con Bonett y sus dos hijos en un apartamento en el barrio Chicó de Bogotá. Aunque al inicio la relación parecía tranquila, las discusiones y los celos por parte de él pronto se intensificaron. Según el relato de Ingrid a las autoridades, la situación empeoró tanto que llegó a temer por su vida. Las primeras señales de alerta aparecieron cuando la mujer empezó a alejarse de su familia y amistades. Por ejemplo, una vez que salió con una amiga, el hombre le impidió el ingreso a su hogar.

El 15 de mayo de 2015, comenzó el fin de su vida como la conocía. Durante tres días, Ingrid estuvo encerrada en su apartamento. Bonett la golpeó, insultó y sometió a agresiones físicas y psicológicas. En uno de esos vejámenes, incluso intentó ahogarla con una bolsa plástica. Según el testimonio de la misma Ingrid, él la forzó a ingerir sedantes, manteniéndola aturdida y sin fuerzas para resistirse ante las prácticas sexuales en contra de su voluntad. Esa semana, se convirtió en una prisionera en su propio hogar.

El 18 de mayo, Ingrid logró escapar y acudió a la URI de Engativá para denunciar lo que había vivido. Al verla, el investigador del CTI, Andrés Felipe Martínez, anotó su condición: heridas en el rostro y en diversas partes del cuerpo, los ojos apagados, y un relato de horror que parecía inverosímil. Ingrid detalló cómo Bonett había intentado asfixiarla, cómo le había obligado a someterse y cómo la golpeó durante esos días. Incluso un examen de Medicina Legal acreditó el estado físico de la mujer.

La impunidad prevaleció en la proceso judicial

Lo que siguió fue un complejo proceso judicial en el que Bonnet fue acusado de violencia intrafamiliar, acceso carnal violento y tortura. Las autoridades reunieron pruebas, entre ellas lesiones visibles en Ingrid y testimonios de profesores y compañeros de sus hijos, quienes describieron el drástico cambio en los niños.

Aunque inicialmente Bonnet fue encarcelado, se supo que la acusación solo abarcaba los hechos ocurridos entre el 15 y el 18 de mayo de 2015, sin considerar los abusos previos desde 2010. Así, el 24 de julio de 2019, Bonnet fue declarado inocente.

La Fiscalía apeló la decisión, y en segunda instancia lograron una condena de ocho años de prisión, aunque solo por violencia intrafamiliar. Sin embargo, el caso volvió a dar un giro y se prolongó. Durante este tiempo, Ingrid comenzó a consumir drogas y la calle y la indigencia se convirtieron en su refugio.

A pesar de los avances del caso, surgieron nuevos obstáculos. La defensa de Bonnet argumentó que Ingrid tenía problemas de salud mental, respaldándose en un informe psiquiátrico que señalaba trastornos de personalidad y en el hecho de que ella desistió de presentar su versión ante los tribunales. Finalmente, Bonnet fue absuelto por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia el 18 de agosto de 2021.

La incompetencia del fiscal del caso

Lo más indignante de la absolución es que se debió a la incompetencia del fiscal encargado del caso, según el concepto que emitió la Corte Suprema de Justicia publicado por el periodista Daniel Coronell en la columna Fiscal indolente. Aunque la mujer no compareció en el juicio para reiterar los abusos que sufrió, existían otras formas de validar sus declaraciones: los testimonios del agente del CTI que recibió su denuncia y del personal del colegio que la había visto golpeada en varias ocasiones.

Sin embargo, el fiscal no consideró estos testimonios, y la Corte lo criticó por ello. En su sentencia, el tribunal lamentó la impunidad en el caso tras la absolución de Bonnet: "Se terminó propiciando una triste y nociva impunidad".

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Para cuando la Sala Penal de la Corte Suprema emitió el fallo absolutorio contra Bonett, Ingrid ya vivía en las calles y había caído en la adicción a las drogas.

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