Crédito: Policía Nacional
El falso mesías que abusaba sexualmente de sus seguidoras en Antioquia
El hombre, de 48 años, se hacía llamar el Ungido, y se aprovechó de varias mujeres, incluida una menor de edad, que confiaban en sus supuestos poderes de bendición.
Por: Redacción Cambio
A comienzos de 2003, Edilson Camilo Gómez Ruiz comenzó a delinquir en varios barrios de la comuna nororiental de Medellín y creó una secta religiosa en la que se autoproclamó como el ungido por Dios. Era una simple fachada que utilizaba para aprovecharse económica y sexualmente de las mujeres que asistían a su supuesto grupo de adoración.
Para profundizar
Según la investigación, en el año 2018, durante un rito, obligó a las mujeres a utilizar trajes de seda traslúcida, tomar un bebedizo y untarse aceites. Luego, fueron bendecidas con una daga. En la ceremonia, alias el Ungido habría abusado sexualmente de una menor de 15 años, con el pretexto de que la estaba limpiando de todo mal. El falso mesías abusó de ella durante más de dos años.
En 2019, la joven logró huir de la casa donde se encontraba recluida y denunció los hechos ante la Fiscalía General de la Nación, que ordenó la captura de su secuestrador.
El Ungido se escondió varios meses en casas de Medellín y Envigado, hasta que las autoridades dieron con él. Uniformados de la Dijín de la Policía identificaron su modus operandi: buscaba mujeres con solvencia económica para obtener viajes al exterior, vehículos, inmuebles, armas y lujos que él mismo no podía costear.
“Alias el Ungido tenía métodos de intimidación y chantaje para que sus víctimas hicieran lo que él les ordenara; les aseguraba que se comunicaba directamente con un ser superior y que en el momento que alguno de ellos tomara la decisión de abandonarlo, sería fuertemente castigados por este ser. Constantemente advertía a sus víctimas sobre las consecuencias a las que se enfrentarían, que morirían de una manera lenta y dolorosa, si no se quedaban bajo su dominio”, aseguró el general José Luis Ramírez, director de la Dijín.
Las mujeres denunciaron que el Ungido las obligaba a endeudarse para que invirtieran el dinero en cirugías estéticas y satisfacer sus caprichos sexuales; además, las explotaba laboralmente en una peluquería para conseguir dinero y viajar por Europa y otros países del mundo.
El amparo de sus supuestos fieles le permitió al abusador esconderse de las autoridades por mucho tiempo. Pero en la tarde del martes 14 de noviembre, los uniformados lo encontraron en medio de un rito de santería, en una vivienda al oriente de Medellín, luego de seguir la pista de varios feligreses que habían sido citados al lugar.
El Ungido fue entregado a la justicia para responder por los delitos de trata de personas agravada con fines de explotación laboral y matrimonio servil, en concurso heterogéneo y sucesivo con acceso carnal o acto sexual en persona puesta en incapacidad de resistir.