‘El presidente Gustavo Petro tiene una deuda grande por no enfrentar la violencia de género’: Daniel Carvalho
El representante por Antioquia Daniel Carvalho Mejía, Coalición Centro Esperanza,
Crédito: Luz Adriana Villegas / Prensa Daniel Carvalho Mejía
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El representante por Antioquia Daniel Carvalho Mejía, del Partido Coalición Centro Esperanza, reflexiona sobre el perdón de Petro en el Congreso, Olmedo López y Armando Benedetti. Entrevista de CAMBIO.
Por: Armando Neira
CAMBIO: Representante Daniel Carvalho Mejía, hoy el país está inmerso en una nueva discusión por una aparente agresión de Armando Benedetti, embajador de Colombia ante la FAO, a su esposa Adelina Guerrero Covo. ¿Qué piensa sobre esto?
Daniel Carvalho.: No me sorprende. Todos sabemos que en la izquierda tradicional hay muchos señores muy machistas, de la vieja escuela, a los que les molesta la mujer. Aunque eso pasa en todos los partidos y tendencias ideológicas, es una contradicción en quienes dicen ser de izquierda y proponen una sociedad más igualitaria.
CAMBIO: Entonces, ¿qué cree que va a pasar?
D.C.: Nada, como no ha pasado con tantas denuncias de acciones machistas en este Gobierno. Lo que sorprende es que después de todo lo que habló Petro en campaña sobre el tema, después del apoyo masivo que tuvo de la mayor parte de colectivos feministas del país, después de la relevancia tan importante que tuvo la figura de la vicepresidenta, Francia Márquez, después de todo eso, hoy no haya ningún cambio en esa conducta hacia las mujeres.
CAMBIO: ¿Para usted es un patrón?
D.C.: Por supuesto. Solo hay que mencionar los ataques del presidente Petro a mis colegas de bancada, o el de una profesora muy querida que también está recibiendo ataques permanentes en redes sociales. Esa es una de las contradicciones de Petro. En la teoría, en el discurso se muestra igualitario, pero en la práctica Petro no ha impulsado el cambio cultural que prometió en campaña. Con casos como este se muestra que no hay ningún respeto por las mujeres.
CAMBIO: ¿No ve usted avances en políticas públicas para enfrentar la violencia de género?
D.C.: Para nada. Eso explica por qué el presidente Petro mantiene en importantes cargos a personas como Hollman Morris o Armando Benedetti, quienes han sido denunciados múltiples veces. Por eso, yo creo que no va a pasar nada. Si no pasó cuando se conocieron los audios en los que Benedetti se refiere en términos tan insultantes a Laura Sarabia, que es nada más y nada menos, una integrante del gabinete y una persona de máxima confianza del presidente Petro, ¿por qué habría de pasar ahora? El presidente Petro tiene una deuda grande por no enfrentar la violencia de género. Si a Benedetti lo premiaron con una embajada después del maltrato horrible a Laura Sarabia, imagino que ahora pensarán que pegarle a su esposa es una bobada.
CAMBIO: ¿Usted está ofendido o desencantado con el Gobierno del presidente Petro?
D.C.: Ambas. (risas) Quiero aclarar que yo no voté por el presidente Petro en la segunda vuelta de las últimas elecciones, en 2022, pero sí lo había hecho en la segunda vuelta de 2018. Y quiero decir qué cambió entre estas dos elecciones. Siento que el presidente Petro hizo cualquier cosa por ganar, incluyendo aliarse con cualquiera para triunfar.
CAMBIO: ¿Como quiénes?
D.C.: Figuras como Daniel Quintero. Estar aliado con un tipo que yo, desde mi posición de concejal, había denunciado permanentemente por hechos probados de corrupción, creo que es una barrera insalvable para votar por Petro. Aunque, obvio, sí prefería, como sucedió, que ganara Petro a que ganara Rodolfo. Como muchos, yo me ilusioné con la idea de un gobierno de izquierda, un gobierno con el que coincidía en varios temas como hombre de centro, socialdemócrata o de pensamiento liberal.
CAMBIO: Y ahora, con dos años de Gobierno, ¿cómo lo ve?
D.C.: No está haciendo bien las cosas. Y no me refiero solo a la ejecución o a su mala gestión, sino a la forma como tratan a los contradictores, a la descalificación insultante, bien sea de políticos o en el caso de ustedes los periodistas, los representantes de los medios de comunicación. Me parece que es un desacierto total. Todo eso me da una profunda desilusión.
CAMBIO: ¿Por eso se mostró usted tan sentido cuando habló a nombre de la oposición en la instalación del Congreso el 20 de julio?
D.C.: Sí, y aunque me expresé a título personal, sabía que estaba expresando el sentir de mis compañeras de bancada independiente, quienes en su caso sí votaron por Petro. Me refiero a Katherine Miranda, Cathy Juvinao, Jennifer Pedraza. Ellas sí, mujeres de izquierda, que votaron por Petro y que hoy están profundamente arrepentidas y dolidas porque son víctimas de los ataques más mordaces y más horribles por parte del presidente Petro y de su bancada. A eso me refiero también a la agresión hacia las mujeres.
CAMBIO: A propósito de Katherine Miranda, ¿qué reflexión tiene de su derrota en su intento de alcanzar la presidencia de la Cámara?
D.C.: Fue un hecho que se veía venir porque, obviamente, este Gobierno, como todos los gobiernos, mueve todas sus fichas para tener directivas favorables. Este Gobierno no es la excepción a los anteriores que nos han gobernado. Por eso, no me sorprendió ver a un grupo de ministros encima de los congresistas para llevarlos a votar por un candidato que ellos creen manejable, haciendo lo que han hecho todos los gobiernos. El Gobierno de Petro quería asegurarse la gobernabilidad a punta de puestos y eso no es nuevo a lo que han hecho sus antecesores. Lo que sí es llamativo es que hayan preferido negociar con los partidos tradicionales en lugar de con sus aliados naturales, como el centro.
CAMBIO: Sorprendió el presidente Petro con su perdón por haber llevado a Olmedo López a la Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos de Desastres…
D.C.: Fue una jugada ágil desde lo político, pero de una astucia que no creo que se le haya ocurrido al presidente Petro porque él es una persona mucho más visceral. A Petro decir: “Pido perdón”, le debe haber costado muchísimo.
CAMBIO: Pero, ¿le cree?
D.C.: La verdad no. No le creo porque, además, están creando el relato de que Olmedo López fue un torcido, una manzana podrida, alguien que se salió del buen camino. Pero la realidad es que Olmedo López no se robó la plata para él. Olmedo López no se robó la plata para ir a comprarse una casa en Miami. Olmedo López sacó esa plata, según todas las denuncias que hemos escuchado de parte de él y de parte de Sneyder Pinilla, para aceitar una maquinaria de corrupción y así garantizar los votos de un montón de congresistas para los propósitos del Gobierno.
CAMBIO: ¿Olmedo López no actuó solo porque sí?
D. C.: Para nada. No es que Olmedo López se les torció. Fue que los pillaron comprando congresistas. Por eso, a Petro no le creo en su perdón.
CAMBIO: El presidente Petro volvió a proponer un acuerdo nacional, ¿cómo lo ve?
D.C.: El acuerdo nacional que propone Petro es: “Estén de acuerdo conmigo”. Así es como él entiende la política. Obviamente en el Congreso se tiró un discurso muy moderado, muy conciliador, pero yo le doy un par de días para que, ante alguna crítica o alguna cosa, salga a acusar y a insultar. De hecho, ya en las últimas horas está por ahí tirándole cosas bastante feas a Katherine Miranda.
CAMBIO: Lo veo muy escéptico.
D.C.: En el momento en que alguien no esté de acuerdo con sus deseos, en el momento en que alguien emita una crítica contra su Gobierno o en el momento en que alguien vote negativamente una de las reformas, vamos a ver al Petro de siempre. Vamos a ver al Petro que llama a quienes tienen una opinión distinta fascistas, paramilitares, aliados del narcotráfico. Además, veo un escenario muy difícil para él porque en el Congreso hay cada vez más voces que no le creen y no podrá convencer a todos a punta de mermelada. Hoy él no tiene, para nada, garantizadas las mayorías a la hora del trámite de las reformas.
CAMBIO: ¿Así de mal pinta la cosa para el Gobierno en el Congreso?
D.C.: Habrá que ver el papel del ministro Cristo, él va a ser muy importante. Ojalá lo haga mejor que sus antecesores, Prada y Velasco, de quienes se esperaba mucho, de quienes creíamos que sabían realmente cómo darle manejo al Congreso y terminaron siendo bastante inoperantes.
CAMBIO: ¿Por qué en sus manifestaciones públicas pone de presente el caso de Daniel Quintero?
D.C.: Porque fui concejal de Medellín y allí le hice oposición, en la que demostré su corrupción. Le tengo a Daniel Quintero cuatro procesos abiertos ante diferentes órganos de control a nivel nacional, entonces para mí es importante que pague toda la corrupción tan horrible que hizo en Medellín. Me horroriza, además, que varios de los personajes que lo acompañaron en sus andanzas ahora sean llevados por el presidente Petro a escenarios nacionales. Hay que controvertir el relato de que Daniel Quintero era un pobrecito niño que derrotó a Uribe. El caso de Daniel Quintero muestra bien cómo actúa Petro.
CAMBIO: Finalmente, usted ha llamado mediáticamente la atención porque un día en pleno debate dijo que fuma marihuana desde hace 25 años –“lo que mata no es la mata; es la estigmatización”, aseguró– y por su discurso ahora llevando la vocería de la oposición en la instalación de la legislatura. Cuéntenos, ¿quién más es Daniel Carvalho Mejía?
D.C.: Soy una persona de Medellín, que creció en esa Medellín violenta, en una familia de clase media. Estudié ingeniería civil, viví en Francia, donde me formé como urbanista y empecé a militar en el Partido Socialista Francés. Luego me fui a vivir a Cuba trabajando con Naciones Unidas y allí en la isla se me quitó un poco el izquierdismo. (risas) Claro, por todo lo que vi. Al regresar a Medellín, a Colombia, me encontré una sociedad muy cambiada y conectada, y eso me lanzó al ejercicio del activismo ciudadano, desembocando en la política y terminando como concejal de Medellín. Luego salté al Congreso y también fui actor de teatro.
CAMBIO: Pero, fíjese que –usted mismo lo ha dicho– este país ha evolucionado, se ha superado. Eso da para ser optimista.
D.C.: Soy optimista y claro que hemos mejorado. Tenemos un futuro esperanzador en la juventud, por ejemplo. Soy un enamorado de los jóvenes, creo que tienen fortalezas, posibilidades y herramientas de las cuales yo carecía cuando estaba pelado. Con ellos hay futuro. Pero también siento que en algunas cosas hemos dado pasos hacia atrás, hemos retrocedido.
CAMBIO: ¿Cómo en qué?
D.C.: Le doy un ejemplo. En el Ministerio de Educación pasamos de Alejandro Gaviria y Aurora Vergara a Daniel Rojas. Las dos primeras personas del mundo de la educación, con alta formación y un nivel intelectual argumentativo, poseedores de una forma de hablar bastante enriquecedora. Ahora ponen a este señor que no sabe de educación, que prioriza lo beligerante y vociferante. ¡Y él es ahora el responsable de la educación en Colombia! No lo quiero prejuzgar porque lo voy a ver en el Congreso, pero por lo que le he visto hasta ahora está muy distante de sus antecesores en el cargo nombrados por Petro. Esa es una más de las decisiones de Petro que me quitan cualquier ilusión con su Gobierno.