"No me pagaron ni el primer sueldo": historia del expolicía colombiano que combatió por Ucrania y ahora está prisionero de guerra del Ejército ruso

Captura de pantalla de prueba de surpervivencia.

Crédito: Archivo Particular

2 Agosto 2024 03:08 pm

"No me pagaron ni el primer sueldo": historia del expolicía colombiano que combatió por Ucrania y ahora está prisionero de guerra del Ejército ruso

Miguel Ángel Cárdenas Montilla viajó a Ucrania en búsqueda de un mejor futuro para su esposa e hijos, luego de un mes en Ucrania fue capturado por el ejército ruso. En Colombia, su familia espera su pronto regreso.

Por: Javier Patiño C.

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

La vida de Miguel Ángel Cárdenas, de 32 años, se centraba en trabajar para pagar la deuda que tenía con el banco cuando compró una pequeña vivienda en el municipio de Candelaria, en el Valle del Cauca.

Durante dos años perteneció a la Policía, donde acumuló cursos en combate e inteligencia, conocimientos que luego le resultaron útiles para conseguir trabajo en una empresa de seguridad.

Los meses pasaban y el dinero no alcanzaba para pagar las cuotas del crédito y, al mismo tiempo, vestir y alimentar a sus hijos.

Un día de marzo de este año, su hijo menor lo esperaba en la puerta de la casa, para mostrarle que la punta de sus zapatos estaba rota y que requería con urgencia que le compraran un nuevo par. La situación era apremiante, así que tomó una decisión con la que pretendía dejar atrás esos días en los que el salario solo alcanzaba para mal vivir.

Una publicación en Tiktok de un grupo de exmilitares que prometían 18 millones al mes por combatir junto al Ejército de Ucrania llamó su atención. La ilusión de ganarse esa cantidad de dinero lo llevó a comprometerse a trabajar por dos años. Su idea era pedir asilo para su familia y así mejorar la calidad de vida de sus hijos.

Cárdenas solicitó un nuevo préstamo para comprar los tiquetes aéreos, tramitar su pasaporte y reunir la documentación que solicitaban para incorporarse al ejército de voluntario que en los dos últimos años combate contra las tropas rusas.

Su contacto y enlace fue un oficial retirado colombiano que hace parte de una organización encargada de reunir grupos de exuniformados para enviarlos a la guerra en Ucrania.

En búsqueda de un mejor futuro

Miguel Ángel Cárdenas, organizó un pequeño morral con artículos personales, tomó un vuelo a Panamá para hacer conexión a Francia, luego tomó un autobús que lo llevó a Alemania, después otro hasta Polonia y desde ahí cruzó la frontera ucraniana.

Durante el primer mes se sintió seguro porque los combates eran a varios kilómetros de distancia. Sin embargo, la tranquilidad de ese entonces se esfumó por cuneta de un ataque ruso a la edificación en el que Cárdenas fue el único sobreviviente.

Al verse solo, decidió quitarse el uniforme y dejar a un lado su arma de dotación para entregarse. No quería morir y dejar a su esposa e hijos solos. Así iniciaron sus días como prisionero de guerra.

Las pruebas de supervivencia

A comienzos del mes de junio, un video de siete minutos, publicado en las redes sociales del Ministerio de Defensa de Rusia, mostró la primera prueba de supervivencia de Miguel Ángel Cárdenas. En las imágenes se veía herido en el ojo izquierdo.

En interrogatorio, el exuniformado comentó que cuando llegó recibió un entrenamiento enfocado en instrucciones de polígono y avanzadas rutinarias que solo duró una semana, pues lo importante era ir al frente de batalla.

“El entrenamiento fue de menos de una semana. Faltaban menos de ocho días para emprender una misión de combate y solo vimos cómo era disparar en un campo de entrenamiento, cómo lanzar granadas y algo base que era cómo hacer una avanzada u ofensiva”, afirmó el exuniformado.

Cárdenas denunció que el Ejército ucraniano solo les entregaba alimentos y mantenía escondidos a ocho colombianos en un sótano, del cual no los dejaban salir por temor a que cayeran en alguno de los ataques que diariamente realizan las tropas rusas con drones. 

“Llegamos aquí con un sueño de mentiras (...) éramos nueve colombianos, ahora ocho están muertos, al caer en el ataque de los drones, donde nos tocó dejar todo para salvar la vida”, dijo el exuniformado.

soldado casco ucrania

Los días como prisionero de guerra de Rusia

Miguel Ángel aprovecha el interrogatorio para saludar a su familia: “Sí, es la última vez: a mis hijos los amo mucho, a mi esposa también, me gustaría verlos crecer”.

El exuniformado recalcó que ha sido bien tratado luego de su entrega voluntaria a las tropas rusas. “El día que me entregué, pues obviamente me amarraron y lo entiendo, porque los rusos tenían miedo. Luego comencé a explicarles todo, y cuando me comenzaron a entender me trataron muy bien, no lo voy a negar: me colocaron una manta en el suelo, me trajeron una chaqueta, me dieron comida, me dieron agua”, expresó.

Luego de los primeros días de captura –agregó– lo trasladaron a un cuarto “donde estaban ellos y donde podía recostarme, aunque, eso sí, esposado, amarrado. Así me trasladaron a varias partes, con la cara tapada. En la base en que me quedé también me dieron comida, me atendieron bien; tenía dónde dormir”.

Afirmó que se arrepiente de haber aceptado la invitación del ejército ucraniano. “Prefiero estar con mi familia, que son todo en mi vida. Las promesas que dicen en las redes sociales son falsas. Ni siquiera me pagaron el primer sueldo”.

"Ni siquiera me pagaron el primer sueldo”.

soldado prueba

Familia de Miguel Ángel busca soluciones

En la búsqueda de traer de nuevo al exuniformado a Colombia, su esposa buscó la ayuda del personero y defensor de los Derechos Humanos en Cali, Gerardo Mendoza Castrillón.

“Desde que conocí del caso, hemos acompañado a su esposa e hijos, haciendo acercamientos con la Cancillería para tener contacto con la embajada de Colombia para hacer acciones para la repatriación de Miguel Ángel”, dijo el personero.

El objetivo es que Miguel Ángel sea liberado para que vuelva al país y reunirlo de nuevo con su esposa e hijos. “Estoy a la espera de las gestiones de la Cancillería y prevenir que más colombianos sigan siendo engañados por empresas de criminalidad que tienen un negocio montado por cada persona que reclutan para ganarse una comisión”.

Finalmente, el llamado es lograr un diálogo para evitar que mueran más personas, en especial los civiles, que no tienen injerencia en las confrontaciones. 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí