Asesino de esmeraldero fue un francotirador experto

Crédito: Colprensa

8 Agosto 2024 12:08 pm

Asesino de esmeraldero fue un francotirador experto

Según informaciones preliminares, el hombre permaneció escondido, a 400 metros de distancia, a la espera de que Juan Sebastián Aguilar saliera de su casa. El año pasado, la víctima se había salvado por centímetros de un atentado similar.

Por: Javier Patiño C.

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La seguridad del conjunto residencial Bosques del Marqués, en la calle 138 con séptima, está conformada por varios grupos de seguridad privada que se encargan de proteger a los habitantes del exclusivo condominio del norte de Bogotá. Uno de esos esquemas era el de Juan Sebastián Aguilar, asesinado por un francotirador el pasado miércoles 7 de agosto. 

Aguilar era uno de los esmeralderos más reconocidos en la región de Muzo, en Boyacá, y miembro de la junta directiva de Esmeraldas Santa Rosa.  Además, era el dueño de la compañía Seguridad Oriental Ltda, encargada de la seguridad de varios directivos del sector de la minería en el centro del país.

Las autoridades analizan cuadro por cuadro las cámaras de seguridad. Una de ellas muestra a una persona que ingresa por un pequeño sendero que lleva a la parte alta de los cerros, donde el asesino del empresario de 58 años se camufló y siguió los pasos de Aguilar, quien salió a caminar en la tarde soleada. Fue entonces cuando el francotirador le disparó con un fusil de alta precisión en la espalda, a la altura del tórax.

Para los investigadores que llegaron al lugar, el tirador de alta precisión estaba ubicado a más de 400 metros, en la parte alta de la montaña. Desde allí, disparó sin obstáculos y sin dejar espacio de reacción a los miembros de seguridad del esmeraldero, quienes lo llevaron a la clínica Los Cobos, a pocas cuadras donde ocurrió el atentado. Los médicos diagnosticaron la muerte de Aguilar luego de determinar que la bala de alto calibre le afectó el sistema respiratorio.

arma

Hipótesis del arma

Para un excomandante de Fuerzas Especiales del Ejército que habló con CAMBIO, el presunto asesino puede haber tenido capacitación especial como tirador de alta precisión, por la forma en que se camufló en la montaña y el tiempo que tomó para disparar su arma.

“Los tiradores de alta precisión son entrenados en las condiciones más extremas para soportar altas y bajas temperaturas, permanecer por horas sin moverse, hacer sus necesidades en el mismo sitio y tener la tranquilidad para calcular el tiro hacía su objetivo”, dijo el exalto oficial.

En opinión del excomandante, por la distancia y la gravedad de las heridas letales de la víctima, la bala sería de calibre 7.62, que, por su trayectoria, esparce sus cargas cuando impacta su objetivo.

En octubre de 2023, Aguilar se había salvado por centímetros de un atentado de francotirador en su contra en la calle 118 con carrera 15, en el barrio Santa Bárbara. Las versiones indicaron que el empresario se encontraba en una reunión en su oficina con varios socios, cuando decidió salir al balcón de un piso 15 a atender una llamada. Desde un edificio cercano, le dispararon. En ese entonces, dos balas calibre 7,62, el mismo que le causó la muerte, fueron encontradas en las paredes del edificio. 

Para un investigador del CTI, las operaciones se realizaron con mucho tiempo de antelación, siguiendo con escrúpulo los movimientos de Aguilar, sus escoltas. Así se determinó que la única forma de asesinarlo era con un francotirador.

Las autoridades están a la espera de la autopsia, de determinar el punto exacto en la montaña desde donde se realizó el disparo e identificar los autores intelectuales y materiales que invirtieron una alta suma de dinero para cometer el asesinato.
 

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