Las claves de los regaños en público del presidente Petro a sus ministros
16 Noviembre 2024 07:11 am

Las claves de los regaños en público del presidente Petro a sus ministros

Gabinete ministerial de Petro.

Crédito: Presidencia

Recientemente el jefe de Estado reprendió al ministro de Educación, José Daniel Rojas Medellín, en medio de la emergencia invernal en La Guajira: “Debió haber venido aquí a dar la cara”, dijo Petro. Análisis.

Por: Armando Neira

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El presidente Gustavo Petro no duda en reprender a sus ministros, tanto en público como en privado. Su última “víctima” fue el ministro de Educación, José Daniel Rojas Medellín, por no haberlo acompañado en su reciente visita a La Guajira.

En medio de la crisis que vive este departamento debido a la emergencia invernal, el presidente afirmó ante la comunidad: “El ministro de Educación debió haber venido aquí a dar la cara”.

El mandatario subrayó las necesidades urgentes de los habitantes y señaló que había pedido a los ministros que lo acompañaron en su recorrido “que tomaran nota”. A continuación, destacó la ausencia del jefe de la cartera de Educación.

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Ministro de Educación, Daniel Rojas. Foto: Colprensa.

Este tipo de reprimendas ante los ciudadanos no es nuevo. En enero, durante una visita al departamento del Chocó, el presidente habló del porqué de la falta de servicios básicos en la región. Ante una multitud de seguidores que lo aplaudieron, expresó:

“Hay que afrontar las cosas como son. Disculpen que lo diga. Si Quibdó es la capital más pobre de Colombia, si su mayoría de población es negra, si dijimos que íbamos a construir igualdad social hasta donde podemos, ¿cómo es que nuestro Gobierno no ha asumido el acueducto de Quibdó?”.

Añadió con tono autocrítico: “¿Vamos a esperar hasta que nos vayamos? Y cuando nos vayamos, ¿qué? Ay, qué pena, es que no pudimos. La verdad, estoy desconociéndome. Eso es lo primero al entrar a un despacho ministerial: ¿dónde están los acueductos de la gente pobre?”. El mensaje iba para la ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio.

Previamente, durante una cumbre del gabinete realizada en la Escuela de Ingenieros Militares, en Bogotá, también se habló de los jalones de orejas presidenciales. El ministro del Interior de entonces, Luis Fernando Velasco, comentó sobre estas reuniones que eran “sinceras” en las que el jefe de Estado exigía resultados a sus funcionarios.

"Bueno, señores, ¿qué está pasando aquí?"

“Fue una reunión honesta en la que un presidente que se preocupa por cumplir sus compromisos de campaña y su plan de desarrollo se sienta con sus funcionarios para evaluar si lo diseñado se va a ejecutar y si cuentan con los instrumentos necesarios. En este tipo de reuniones, es natural que, con respeto, pero con firmeza, nos digan: ‘bueno, señores, ¿qué está pasando aquí?’”, explicó el ahora exministro Velasco.

Cuando uno tiene la responsabilidad de atender a 50 millones de ciudadanos, garantizando servicios de salud, educación, seguridad e infraestructura, es necesario exigir que las cosas se hagan bien. Y si hay dificultades, quien coordina el equipo debe señalarlo”, argumentó.

Durante las manifestaciones del primero de mayo, el presidente, micrófono en mano, afirmó que "no son tiempos para temer" en la búsqueda de hacer realidad las reformas y los cambios que prometió a sus electores. “Aún hay ministros y ministras que temen; otros van adelante”, dijo. "Ministro o ministra que tenga miedo, que dé un paso al costado y deje que otro lo haga", agregó en una frase que produjo una salva de aplausos de los manifestantes.

Aseguró que esta situación supuestamente impide que su Gobierno convierta en realidad las aspiraciones de sus electores. En consecuencia, reiteró que los ministros que no estén alineados con el Gobierno deben marcharse: “No nos hemos echado atrás. Este Gobierno tiene que avanzar en lo fundamental, en esas tareas. Ministro o ministra que tenga miedo, que dé un paso al costado”. Y, entonces, la multitud lo volvió a aplaudir.

Las preguntas son naturales: ¿realmente son útiles estos regaños? ¿A partir de estos reclamos, los funcionarios mejoran su productividad y se afinan los sistemas de coordinación entre las distintas carteras para responder con políticas públicas a los ciudadanos?

Los ministros son fusibles...

“A los ministros de Estado no se les pone 'matrícula condicional', como si estuvieran en un colegio, y mucho menos se les califica como de 'playa baja' por supuestas lealtades. Los ministros son fusibles, pero por sus resultados”, sostuvo el analista político Pedro Viveros.

Según este docente de la Universidad Javeriana, cuando Petro se comprometió a impulsar un desarrollo soñado para la región –que incluía un aeropuerto internacional en la alta Guajira, modernas carreteras y la transición energética, entre otros proyectos– ahora recurre al regaño al ministro de Educación, aunque podría haber sido otro.

Gustavo Petro

“Lo hace para lavar sus culpas y endilgarles la responsabilidad a sus subalternos. Lo hace para encontrar a quien señalar por la ineficiente gestión de su Gobierno”, explicó el experto.

A su juicio, el presidente busca cuidar su imagen y construir un relato en el que pone a alguien como el culpable y responsable de un departamento que fue su laboratorio de reformas, pero en el que ha logrado muy poco.

Este estilo de gestión se da en el contexto de dos circunstancias. La primera es que Petro no tiene frente a él un ministro de enorme peso que lo confronte. La capacidad de liderazgo político entre el presidente y sus ministros es abismal.

En el Palacio de Nariño, Petro no tiene una figura que abiertamente le diga “no”, como sí la tuvo el liberal Virgilio Barco (1986-1990) con Germán Montoya Vélez, de quien incluso se decía que era quien tomaba las decisiones.

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Crédito: Cortesía de Presidencia.

La alta rotación en el gabinete

El segundo punto tiene que ver con la constante rotación en su equipo. Petro ha nombrado más de 40 ministros y 60 viceministros en las 19 carteras ministeriales.

De hecho, cuando Petro cumplió dos años en la Casa de Nariño, explicó: “El cambio en el gabinete se debe principalmente a que estamos en la mitad del Gobierno y es necesario hacer una evaluación”. En ese momento se produjo el tercer gran remezón de su gabinete. Ya antes había realizado otros dos cambios importantes, uno el 27 de febrero de 2023 y otro el 26 de abril del mismo año. Más las salidas que se han ido dando de manera individual.

“Una rotación excesiva –dijo Ricardo Bello, profesor asistente en la Escuela de Asuntos y Administración Pública (SPAA) de Rutgers University (Estados Unidos), en un artículo publicado en Razón Pública titulado 'Petro como gerente público: por qué no avanzan los cambios'– suele tener consecuencias negativas debido al tiempo que toma la adaptación de los nuevos ministros a sus cargos, y la adaptación de las propias entidades a los lineamientos de los nuevos ministros”.

Ministros del presidente Petro

El Gobierno de Petro en su primer año tuvo una rotación ministerial muy superior a la que usualmente se había presentado durante las últimas décadas, con 11 relevos en un total de 18 ministerios. En comparación, en su primer año de mandato, Uribe tuvo dos cambios de ministros, Santos no tuvo ninguno, y Duque cambió a una sola ministra”.

Para Bello, es clave que la división del trabajo y la coordinación sean los principios fundamentales de la teoría de organizaciones. Por un lado, una adecuada división de labores permite aumentar la productividad (gracias a la especialización) y optimizar el uso de habilidades específicas. Por otro lado, la coordinación entre las distintas unidades es necesaria para mantener la cohesión, definir prioridades y avanzar en proyectos que involucren a diferentes equipos de trabajo.

Estos principios aplican tanto a las pequeñas organizaciones como al enorme aparato del Gobierno nacional. La Presidencia (aunque no necesariamente desde el presidente como tal) debe ejercer ese papel coordinador que prevea y gestione los roces jurisdiccionales, opiniones contradictorias y diferencias en prioridades entre los distintos ministerios.

Pero en el Gobierno de Petro hemos visto cómo ministros y otros funcionarios de alto nivel se contradicen públicamente en temas críticos para esta administración, como la reforma a la salud, la reforma pensional o la transición energética”.

Es difícil pensar que el ministro de Educación se haya negado a acompañar al presidente Petro en su visita a La Guajira “para no poner la cara”. Es más probable que se trate de falta de coordinación en una agenda que, especialmente en esta administración, cambia constantemente.

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