Los efectos de la denuncia del presidente Petro sobre un supuesto espionaje
5 Septiembre 2024 06:09 am

Los efectos de la denuncia del presidente Petro sobre un supuesto espionaje

El presidente Gustavo Petro.

Crédito: Presidencia de la República

Cuando el país esperaba una propuesta de solución al paro camionero, el presidente sorprendió con un tema que no es nuevo, pero sí muy grave. Análisis

Por: Armando Neira

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El presidente Gustavo Petro realizó en la noche de este miércoles una alocución para hacer una denuncia sorprendente: pidió investigar la compra de un software israelí con el que posiblemente se haya interceptado de manera ilegal la campaña que lo llevó al poder en 2022, es decir, durante el gobierno del presidente Iván Duque.

El país completa tres días de parálisis por los camioneros, quienes protestan por una subida en el acpm. La situación es crítica, al punto que Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), dijo durante el foro ‘Hacia la Construcción del Acuerdo Nacional’ de CAMBIO que estaba en riesgo la seguridad alimentaria del país.

En un momento extremadamente complejo por el paro de transportadores, Petro, sin mencionarlo directamente, denuncia un supuesto espionaje del gobierno de Duque con el software Pegasus. Y no duda en calificar que esto es más inquietante que la situación que se vive en las calles y carreteras.

Fue en ese momento cuando los televidentes debieron abrir los ojos. Mientras millones de personas regresaban a pie a casa, los niños se acostaban con la incertidumbre de saber si este jueves habría clases o no, y miles de conductores de automóviles particulares estaban atrapados en monumentales trancones, el presidente Petro salió a hablar de otro problema que, hay que subrayarlo, también es muy grave. Pero, ¿era el momento adecuado?

Una denuncia que revive un fantasma

“Lo que anuncia el presidente es muy grave y merece investigación. Ahora, la intención política, que no puede desligarse del impacto del paro para el Gobierno, es otra: revivir uno de los peores y más costosos fantasmas de la derecha: las interceptaciones ilegales. Se trata de una acción que no resuelve nada y solo provoca más divisiones”, reflexiona el analista Gabriel Cifuentes.

“Al presidente no le interesa de fondo resolver los problemas del país y mucho menos el caos que se está generando en Bogotá, que es la ciudad más afectada por su incapacidad de negociación e interlocución con los transportadores de carga pesada y camioneros”, dice Carlos Arias, docente de la Universidad Externado de Colombia.

De hecho, durante este miércoles tenso el alcalde Carlos Fernando Galán le había exigido al presidente coger el toro por los cuernos del paro y buscarle pronta solución. “No puede tirarle la pelota a las autoridades locales”, le dijo el burgomaestre.

Para Arias, experto en comunicación política, la alocución de este miércoles pone una cortina de humo con una acusación gravísima, de la que hoy no presenta pruebas contundentes y que, en el caso de que fuera cierta, elude el tema de coyuntura que hoy tiene en crisis el abastecimiento de combustible en varios aeropuertos del país: Cúcuta, Santa Marta y Cartagena, entre otros.

“Tampoco le importa la suerte de cientos de trabajadores y personas que transitan por diferentes vías del país y que conectan con Bogotá para tratamientos médicos, empleo y distribución de alimentos”, agrega Arias.

El paro de los camioneros, una crisis monumental

Para él, “estamos frente a una crisis monumental que el presidente prefiere atender mañana o pasado mañana”, señala.

Para Cifuentes, hay tres puntos clave en el análisis de esta alocución:

1.    Lo que se denuncia no es nuevo, pero es muy grave; debe ser investigado y la opinión pública debe conocer si se invirtieron recursos públicos para hacer seguimientos e interceptaciones ilegales.

2.    Hoy, en medio de un paro que tiene bloqueado al país, que va sumando cada vez más actores, que está poniendo en jaque al gobierno y que desafía su propia lógica, al ser un gobierno que ha nacido de la movilización social, ¿esa alocución tenía sentido?

3.    En el campo de lo político, esta fue una alocución dirigida a unos medios específicos y a un sector específico. Esa respuesta busca revivir el fantasma más doloroso y costoso para la derecha y en particular para el Centro Democrático: el fantasma de las interceptaciones ilegales.

Roy Barreras, embajador de Colombia en Londres y uno de los dirigentes políticos que más ha defendido al presidente Petro, cree que la alocución es importante porque de esta se pueden aclarar delitos contra una campaña política, como en su momento ocurrió con la del Pacto Histórico.

“Es este el origen de los llamados ‘petrovideos’ con los que nos difamaron y espiaron durante meses en la campaña presidencial y de las interceptaciones ilegales contra quienes durante esos cuatro años hicimos parte de la oposición”, escribió.

El presidente Petro pide una investigación a fondo

Por estos interrogantes que hace el hoy diplomático, el presidente Petro pidió una investigación a fondo para aclarar si la compra del software de espionaje Pegasus por parte de la Dirección de Inteligencia Policial de Colombia (Dipol) en el año 2021 fue para espiar ilegalmente a la oposición.

En ese momento, el ministro de Defensa era Diego Molano y el director de la policía, el general Jorge Luis Vargas, a quienes, sin embargo, no mencionó. En las próximas horas, es inevitable que ellos, y naturalmente el expresidente Duque, salgan a dar sus explicaciones.

Según el presidente Petro, esta información que presentó al país tiene su origen en un informe que solicitó a la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) y en el que precisó involucraba a la empresa israelí NSO Group Technologies Ltd., creadora del software Pegasus.

“Decidí pedir una información que me parecía importante”, dijo Petro. Y relató que el informe obtenido por la UIAF dice que la NSO Group Technologies Ltd. habría firmado un acuerdo con la Dipol por un monto de 11 millones de dólares para la adquisición del software Pegasus.

“Un banco israelí presentó un reporte de actividad inusual en relación con un depósito de 5.500.000 dólares en efectivo en la cuenta de la empresa”, lo que sería el primero de dos depósitos vinculados a la compra de Pegasus.

“El efectivo fue transportado por vía aérea desde Bogotá a Tel Aviv el 27 de junio de 2021. Fue declarado a la aduana israelí y depositado en la cuenta de la empresa el 30 de junio de 2021”, aseguró el primer mandatario. “¿Cómo salen del país 11 millones de dólares en efectivo en un avión o en varios, desde oficinas estatales, quizás de la Dipol, hacia Israel para comprar un software que espía celulares?”, preguntó.

Se trata, sin duda, de hechos gravísimos que atentan contra las libertades individuales de los ciudadanos y de los movimientos políticos, quienes deben poder actuar con la certeza de que el Estado no los persigue ni intercepta. “Para que la ciudadanía pueda tener tranquilidad, que sus derechos constitucionales sean respetados por el Estado”, dijo el jefe de Estado.

La cuestión es si era el momento adecuado y si el presidente está en sintonía con las necesidades actuales de los ciudadanos. “Una alocución a destiempo. Fue una denuncia de un caso ya denunciado anteriormente en un medio de comunicación importante. Con antojo de rememorar el estallido social de 2021 y volver al retrovisor antiduquista característico del presidente”, dice el analista Pedro Viveros.

Para este experto, en una alocución presidencial cuyo objetivo gubernamental es anunciarle al país decisiones de alto calado, ¿se cumple esta exigencia en este caso? La discusión está abierta.

La conclusión de Viveros es tajante: “Lo más desfasado de las palabras del presidente fue evitar el tema del paro camionero que tiene paralizada a más de la mitad del país. Por eso fue una alocución fuera de lugar. Los colombianos no deberían ser sometidos al uso y abuso de un espacio que, si bien ya está desgastado por el desapego que los ciudadanos tienen hacia los políticos, en esta ocasión la audiencia esperaba noticias sobre la crisis del bloqueo general de los transportadores y no una denuncia que debería reposar en los despachos judiciales y no en el horario prime de una agobiada nación”.
 

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