Crédito: Policía Nacional
Once integrantes de una sola familia hacían parte de una organización criminal
Los familiares, acusados de ordenar asesinatos, de dominar el tráfico de estupefacientes de varios sectores de la capital y de alquilar armas de fuego, fueron capturados en Bogotá, Manizales y Soacha.
Por: Redacción Cambio
Durante un mes, la Policía, en coordinación con la Fiscalía General de Nación, identificó a los integrantes de una estructura criminal conformada por 11 personas que controlaban el tráfico de estupefacientes en algunos barrios de Suba, Kennedy, Bosa en Bogotá, y el municipio de Soacha..
Para profundizar
Las investigaciones sospechan que varios de sus integrantes están involucrados en varios homicidios relacionados con el expendio de estupefacientes, y que arrendaron varias bodegas para modificar armas traumáticas y, posteriormente, alquilarlas como armas de fuego.
El operativo, que se desarrolló en Bogotá, Manizales y Soacha, permitió confirmar que la banda era liderada por dos hermanas, conocidas como alias la Mona y alias Muñeca.
La Mona y Muñeca eran las que ordenaban, desde Manizales, a los demás familiares miembros de la banda, la ejecución de homicidios. En Manizales, las hermanas pretendían pasar inadvertidas, ocultándose entre otras estructuras delincuenciales.
Otra de las integrantes era alias Olga, cuñada de una de las líderes de la banda, encargada de realizar pactos con otras estructuras criminales para la consecución de sustancias estupefacientes y armas de fuego.
Dentro de la estructura también sobresalía alias Wendy, hermana de la Mona. Wendy era la encargada de transportar armas de fuego y sustancias estupefacientes desde Soacha hasta varios sectores de Bogotá.
Alias Mario, primo de las líderes, era el jefe de sicarios. Mario ya había sido capturado en tres ocasiones por el delito de tráfico de estupefacientes; también, participó de manera directa en el homicidio de uno de sus integrantes, al que acusaban de trabajar para una estructura contraria, y en el secuestro de un consumidor de estupefacientes que confundieron con un funcionario de la Sijín.
Según la investigación, la organización criminal transportaba vía terrestre los estupefacientes desde los departamentos del Cauca y Norte de Santander, hasta la ciudad de Manizales, para posteriormente enviarlos en vehículos particulares acondicionados con sistemas de ocultamiento hacia Soacha y Bogotá, renta por lo cual obtenían hasta 200 millones de pesos mensuales.
De acuerdo con las autoridades, estos delincuentes, en medio de disputas territoriales por las rentas criminales, empleaban como medio de intimidación métodos de violencia extrema. De hecho, las primeras indagaciones los vinculan con el presunto asesinato de por lo menos cinco personas.
Esta estructura delincuencial y criminal tenía ascendencia histórica en las localidades de Suba, Kennedy, Bosa y Soacha, toda vez que algunas de sus integrantes hicieron parte del grupo criminal conocido como las Magolas. Además, sostuvieron vínculos con el grupo denominado los Camilos, estructura que fue desarticulada en el año 2022, cuando se les responsabilizó de más de 107 homicidios en Bogotá y el municipio de Soacha.
En la operación, también se logró la incautación de 3 millones de pesos en efectivo, estupefacientes, cartuchos de diferentes calibres, siete celulares, siete proveedores para pistola y fusil, dos armas de fuego tipo pistola, dos supresores de sonido para pistola, un arma de fuego traumática y un cañón para escopeta.
Los capturados tendrán que responder por los delitos de concierto para delinquir, homicidio agravado, secuestro, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego o municiones, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes y utilización ilícita de redes de comunicaciones.