Por error fueron asesinadas cinco personas en el Valle del Cauca

Un grupo especial de investigadores de la Dijín de la Policía revisó durante tres meses cámaras de seguridad y testimonios de testigos para identificar los motivos de la acción criminal en el corregimiento de San Francisco, zona rural de Toro, Valle del Cauca, que ocasionó la muerte de cinco personas y dejó otras cuatro heridas

De acuerdo con la investigación, la noche del 7 de abril de 2024 Carlos Chaves, alias Gambia, y María Osorio, alias Tina, presuntos integrantes del grupo delictivo organizado Los Flacos, avisaron a cuatro hombres que se movilizaban en varias motocicletas que ingresaran a un bar del municipio. El objetivo era asesinar a un integrante de la banda Nueva Generación. 

Al parecer, el ataque fue realizado por integrantes de la banda Los Flacos, que se disputa el control de las rutas del microtráfico en la región. No obstante, según las indagaciones y datos obtenidos en el lugar, todo obedeció a una equivocación, dado que el supuesto integrante se había retirado minutos antes de que llegaran los sicarios. El ataque dejó un saldo de cinco muertos y cuatro heridos.

“Los funcionarios del Grupo Investigativo de Delitos Contra la Vida y la Integridad Personal de la Dijín lograron triangular información de sus llamadas y la ubicación del teléfono celular de Gambia para el día de los hechos, determinando que hizo presencia antes, durante y después de la acción criminal y fue quien coordinó el atentado”, dijo el coronel Edwin Urrego, director de la Dijín.

Según la investigación, Carlos Chaves, alias Gambia, de 32 años, cuenta con una trayectoria criminal de más de cuatro años con Los Flacos. En esa organización es coordinador de homicidios selectivos, reclutador, marcador y campanero.

Por su parte, alias Tina, también es integrante de la organización criminal, se desempeñaba como vendedora de estupefacientes y, en ocasiones, como dama de compañía. El día de los hechos se encontraba trabajando como mesera de reemplazo en el lugar del atentado, realizando labores como campanera.

Después de los hechos, fue abordada por los investigadores como testigo presencial de la masacre, a quien le tomaron una declaración juramentada con la que intentó desviar la investigación, indicando que ella reconoció a los sicarios y que estos pertenecían a la Nueva Generación, esto con el fin de resarcir el error que habían cometido y no inculpar a los miembros de su organización por su responsabilidad en el atentado, en donde resulto muerto uno de sus familiares.

Los investigadores analizaron el material probatorio en el bar. Encontraron 29 vainillas y 12 proyectiles calibre 9 milímetros y descubrieron que las armas utilizadas en esta masacre se usaron en 14 eventos relacionados con homicidios selectivos en el departamento del Valle.

Tras comprobar la participación de los dos integrantes de Los Flacos, fueron expedidas las dos órdenes de captura. Los investigadores lograron ubicarlos en el casco urbano del municipio de Alcalá, Valle del Cauca, en donde un equipo de más de 30 policías, entre investigadores y comandos allanaron los lugares donde residían. En la casa donde fue capturado alias Gambia fue hallada un arma de fuego sin documentación y munición calibre 38 milímetros.

Los capturados fueron presentados ante un juez de control de garantías, quien dio legalidad a sus capturas, y un fiscal les imputó cargos por los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio y fabricación, tráfico y porte de armas de fuego.