¿Qué hay detrás de una pelea por un parque en Chía?
Crédito: Parque Guaia
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La construcción de un centro para la atención de discapacidades en Chía derivó en una pelea que enfrentó a los ambientalistas con las personas con capacidades diferentes. En medio de todo está la cuestionada actuación del alcalde del municipio.
Por: Maria F. Fitzgerald
En el pasado, el bosque Guaia era uno de los más grandes y poblado de árboles en el municipio de Chía. Luego de la intervención por parte de la constructora Amarilo para construir varios conjuntos residenciales en estos terrenos, lo que queda del bosque es un parque. Ahora, por una obra propuesta por el actual alcalde del municipio, parte del parque también está en peligro de desaparecer.
El parque fue entregado por la constructora como medida de mitigación ante la intervención hecha con los conjuntos residenciales. Mide más de 30.000 metros cuadrados y se convirtió en un punto central para los habitantes del sector. Del bosque que fue, sobrevivió un pequeño parche de árboles que, de acuerdo con la denuncia, serán los que están en riesgo de desaparecer por la nueva intervención.
Se trata de un centro que buscará dar atención a la población con capacidades diferentes que habitan en el municipio y que no cuentan con otro espacio. Pese a que los habitantes de Chía están de acuerdo con la construcción del proyecto, al que se le asignaron 12.000 millones de pesos para completar la obra, no terminan de entender por qué se debe construir en uno de los pocos parques que tienen en el pueblo.
Para profundizar
La falta de espacio público en el municipio
Pese a que existen más parques en el municipio, el parque Guaia es el único que tiene aún un bosque, además de áreas verdes y ciclorrutas. En los otros parques, las áreas han sido pavimentadas, lo que ha llevado a que sean muy poco utilizados.
“Este es el único parque que nos queda en el municipio para salir a respirar tranquilamente. Pero con las imposiciones del alcalde, ya sabemos que se va a perder también y, sobre todo, no entendemos por qué no adelantan este proyecto en otro lugar”, asegura Ana Milena Sastoque, socióloga e integrante del colectivo ambientalista de Chía Voces del Río.
Esa es la misma consigna de los otros habitantes del sector que se han opuesto a la construcción del centro. Otra de las voceras de esta oposición, quien además estuvo acompañando un campamento que se instaló en el parque para que no se hiciera la intervención, asegura que no solo ha pasado que la elección del terreno no tiene sentido, sino que, además, el actual alcalde de Chía, Luis Carlos Segura, ha querido crear una falsa pelea entre ambientalistas y personas con capacidades diferentes.
“No entendemos por qué el alcalde ha querido que se cambie la narrativa de lo que nosotros pretendemos y ha buscado depositarla en la idea de que nosotros no queremos a personas discapacitadas en nuestro sector. Eso por supuesto que no es lo que estamos reclamando”, asegura Claudia Marroquín, una de las personas que acompañó el campamento y que hoy tuvo que ser levantado, pues Segura les dijo que, en caso de no hacerlo, tendría que pedir la intervención del Esmad.
A esto, los habitantes de la zona suman algo adicional: hace un año, el cambio en el suelo permitió que esta zona aumentara su densidad poblacional, lo cual aprovecharon las constructoras para crear muchos más conjuntos residenciales, y a la vez liberaron el espacio aéreo, lo cual permitió construir edificios más altos. Con las dos concesiones, todo este sector redujo significativamente sus áreas verdes y hoy sólo sobrevive el parque.
Con la construcción del centro de atención a personas discapacitadas, la parte de árboles que aún se sostenían quedaría borrada también. Esta construcción, que fue concedida al consorcio Benú, le costará más de 12.000 millones de pesos al municipio. Pese a la oposición por parte de la comunidad, la obra no se frenará.
En este momento, los veedores del municipio han planteado al alcalde que creen mesas de diálogo que permitan, al menos, determinar un espacio diferente dentro del parque para la construcción de la obra y que así, idealmente, se salven los árboles que quedan.
Ante las acusaciones por lo que los habitantes del municipio señalan como un acto arbitrario, el alcalde de Chía ha señalado que está dispuesto a que se cree un comité que determine cómo se hará la construcción para que afecte lo menos posible el parque. En un 'en vivo' que organizó durante las negociaciones con la comunidad, Segura dijo que garantizaría una mesa de participación con veedores del pueblo para que el centro pueda realizarse sin afectar al resto de la comunidad.