"Tiene que haber alguien guiándolos": la sospecha esotérica del abuelo de los niños perdidos
23 Mayo 2023

"Tiene que haber alguien guiándolos": la sospecha esotérica del abuelo de los niños perdidos

Crédito: Comando General Fuerzas Miitares

Los cuatro menores ya completan 22 días desaparecidos, luego del accidente de la avioneta Cessna 206, ocurrido el pasado primero de mayo. El abuelo afirma que hay "algo misterioso" que los está acompañando.

Por: Redacción Cambio

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Ciento treinta uniformados de las fuerzas especiales del Ejército trabajan sin descanso junto con 80 indígenas en varios puntos de las selvas entre Guaviare y Caquetá, con el objetivo de ubicar a los cuatro menores perdidos desde el accidente aéreo del pasado primero de mayo.

Pero las horas pasan y la incertidumbre aumenta. “Es como buscar una aguja en un pajar”, afirma uno de los uniformados.

La primera ilusión surgió cuando los soldados encontraron un tetero a tres kilómetros de la aeronave donde fueron hallados los cuerpos sin vida de Hernando Murcia Morales, piloto de la avioneta, Herman Mendoza, líder indígena, y Magdalena Mucutuy, madre de los cuatro niños, entre ellos un menor de 11 meses.

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150 uniformados de fuerzas especiales recorren cada rincón de las selvas enre Guaviare y Caquetá en búsqueda de los desaparecidos 

Para los organismos de socorro no tiene lógica cómo pudieron dos niñas –de 13 y 9 años– junto con sus hermanos –de 4 años y 11 meses– sortear la espesa vegetación entre la que los comandos de selva duran horas quitando maleza para avanzar unos cuantos metros.

Los rastreadores han tenido que soportar intensos aguaceros y la amenaza de culebras y otros animales salvajes que ya han causado la muerte de dos perros de las fuerzas especiales.

Fidencio Valencia, abuelo de los niños perdidos, le dijo a Blu Radio que pareciera que algo misterioso estuviera ocurriendo con los cuatro niños. "Los niños no pueden caminar tan rápido por la selva del Guaviare”, dijo, y añadió su propia teoría: su nieta Lesly, de 13 años, está llevando a sus hermanos a través de la selva, pero alguien los está guiando a gran velocidad:

“Esa zona tiene un misterio. Los niños ya no son guiados por la niña, tiene que haber alguien guiando, pero no es ni indígena, nadie, es algo de esa región. Por eso estoy pidiendo que allá los indígenas, en la parte tradicional, si conocen de un espíritu, si conocen el idioma, nos ayuden”.

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Un grupo de 80 indígenas hacen parte  de los grupos en búsqueda de los cuatro menores 

El gran misterio

Para cubrir los cerca de 400 kilómetros cuadrados que abarca la zona de búsqueda, comandos de fuerzas especiales permanecen en la zona con equipos de última tecnología, como visores nocturnos y detectores de calor, para identificar algún movimiento que los lleve a tener pistas de los menores.

Desde el aire se realizan constantemente labores de perifoneo y el lanzamiento de kits con comida y bebidas en varios puntos de la selva a la espera de que sean encontrados por los cuatro niños.

“En nuestros pensamientos están todo el día, es como si fueran nuestros propios hijos y por eso el afán de encontrarlos lo antes posible”, afirma un comando de las fuerzas especiales.

A la zona también han ingresado varios chamanes de comunidades indígenas de Cauca, Putumayo, Caquetá y Guaviare, que realizaron un rito especial para mostrar respeto a la naturaleza y pedirle que los devuelva a sus familias.

Para los indígenas, las huellas que han dejado los menores, así como las tijeras y los restos de comida son una muestra de que la selva los tiene en su poder. Ahora, hay que expresarle respeto para que los suelte.

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