La isla de Tierra Bomba, a 15 minutos de Cartagena y con cerca de 9.000 habitantes, está rodeada de manglares en los que habitan diferentes especies de fauna y flora.
Crédito: Cambio
Una 'bomba' de tiempo: alerta por desastre ambiental en exclusiva isla de Cartagena
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Imágenes del manglar en el sector de Punta Arena, en la isla de Tierra Bomba, muestran montañas de basura en un ecosistema clave para el lugar. Mientras los pobladores denuncian que son residuos del famoso Hotel Fénix Beach, sus propietarios señalan que hay otras manos detrás.
Por: Paola Herrera
En plena COP16 en Colombia, y mientras los ojos del mundo están puestos en Cali, donde se están tomando importantes decisiones en materia de sostenibilidad, crece la alerta por una grave tragedia ambiental que amenaza un importante ecosistema nacional.
La protagonista de esta historia es Tierra Bomba, una pequeña isla a 15 minutos en lancha de Cartagena, habitada por cerca de 9.000 personas. Este lugar se ha convertido en uno de los destinos turísticos más importantes de esa región del país. Justo en uno de sus centros poblados, conocido como Punta Arena, se presenta una emergencia ambiental por la grave condición en la que se encuentran los manglares que rodean la zona insular.
La razón tiene que ver con un mal manejo de residuos sólidos y basuras justo en un lote que ocupa todo el costado derecho de la isla, muy cerca de la playa que colinda con el famoso hotel Fénix Beach, de propiedad de la actriz colombiana Natalia Reyes. Allí se arrojan a diario pilas de desechos que están contaminando el mangle y ponen en riesgo la vida de varias especies que habitan el lugar.
Las imágenes hablan por sí solas. CAMBIO obtuvo en exclusiva videos de las montañas de basura que se acumulan en esa parte de Tierra Bomba, los cuales evidencian la gravedad del asunto. Incluso la vista satelital muestra que la zona pantanosa, llena de formaciones vegetales, se está convirtiendo en una alfombra de residuos y un relleno cargado de plásticos.
¿De quién es la basura?
La isla de Tierra Bomba está conformada por los sectores conocidos como Caño Loro, Bocachica y Punta Arena. Justo en este último se han presentado muchos de los problemas ambientales.
Tal como se puede apreciar en los mapas, y como se mencionó anteriormente, en Punta Arena es donde está el ecosistema que hoy permanece lleno de basura. También ahí se encuentra el hotel Fénix Beach.
CAMBIO obtuvo testimonios de algunas personas que pertenecen a la comunidad de la isla que aseguran que los desechos contaminantes están saliendo de esa propiedad. Uno de los testigos dijo haber visto a los trabajadores del hotel desplazarse con sacos de basura que luego desocupan en el manglar.
Otro de los habitantes, quien pidió proteger su identidad, señaló que “el Fénix ha rellenado todo el mangle con basura. El hotel está al frente de la playa, pero hacía atrás, donde se han improvisado unos caminos hechos con arena, es a donde trasladan en unas carretas los residuos que producen todos los días los turistas”.
CAMBIO le preguntó a Sergio García, gerente del Fénix Beach, sobre la situación. La única respuesta que dio es que se trata de una información de la empresa que se debe tramitar con las entidades correspondientes y no con los medios de comunicación. García agregó que trasladaría la denuncia al área jurídica del hotel. Tras la conversación con el gerente, este medio obtuvo otro video de la zona en donde se ve una quema de basura en la parte trasera del establecimiento turístico.
Para tener una mejor explicación sobre lo que ocurre en Punta Arena, CAMBIO contactó a Natalia Reyes, una de las cuatro socias del Fénix Beach. La actriz, activista ambiental y además defensora del manglar, aclaró que la basura no es de ellos y que, por el contrario, desde el hotel se ha hecho un trabajo intenso para proteger toda su zona de influencia. Por eso, dice Reyes, el área que ellos ocupan “está mucho más reforestada y cuidada que el resto de la isla”.
Sobre la disposición de los desechos, la actriz dijo que el hotel no maneja plásticos de un solo uso, tienen compostaje e incluso llevaron una máquina desde Nueva Zelanda para triturar los vidrios, cosa que, según ella, no pasa en el resto de Cartagena, donde botan ese material en lugar de reciclarlo.
Reyes hizo denuncias mucho más graves sobre lo que está pasando en Tierra Bomba. La actriz dijo que hay personas de la comunidad que, según sus propias palabras, "han masacrado el manglar". Afirma que esa información es de conocimiento de las autoridades ambientales.
A pesar de eso, según Reyes y otras fuentes consultadas por este medio, ninguna autoridad ha tomado acción. La actriz le contó a CAMBIO que ella y las otras personas que han alertado sobre el tema, terminaron amenazadas.
Además, según varios ambientalistas que hablaron con CAMBIO, durante mucho tiempo en el manglar se han acumulado tres tipos de residuos: el primero es el que está en toda la costa y que llega de Cartagena. Tierra Bomba es una isla que queda justo al frente del sector de Bocagrande en la capital de Bolívar y desde allí se puede ver con claridad el majestuoso Hotel Hilton. A las playas de la isla llega basura que llevan las corrientes de agua y que proviene de los hoteles y las playas de Bocagrande y El Laguito.
El segundo tipo de residuos es el que tiran los habitantes de la isla y que no se recoge de forma continua ni adecuada por parte de la empresa encargada de esa labor. Finalmente, está la basura que personas ponen deliberadamente en ese ecosistema con la intención de rellenar los cuerpos de agua.
En la siguiente imagen se puede observar cómo todo el terreno que está pegado al Hotel Fénix Beach ya es un relleno de arena, vidrios, latas y todo tipo de basuras que se utilizan para poder ganar tierra y posteriormente habitarla.
Natalia Reyes afirmó que ese lote no es del Hotel Fénix y no son ellos quienes han puesto los desechos ahí. Dijo que ha tenido que enfrentar varias peleas con los encargados de sacar la basura de la isla. Según la actriz, en Tierra Bomba no hay un sistema de recolección eficiente y dijo que tampoco parece que hay intenciones de acabar ese relleno.
El testigo de la comunidad que habló con CAMBIO insistió en que “ellos (Fénix) tienen el lote de atrás a su total disposición y no pueden decir que no les pertenece porque son los únicos que tienen acceso. Incluso hay cámaras del mismo hotel que podrían mostrar cómo todos los días botan la basura y hasta hacen quemas de algunos residuos”.
Sobre esto, Reyes respondió que el hotel tiene más de 160 empleados y que, aunque se ha fomentado la cultura y la conciencia sobre la disposición de las basuras, es muy difícil controlar que alguno de ellos no tire algún tipo de desechos de uso particular atrás. No obstante, insistió en que revisará la situación.
Reyes dijo que el hotel cuenta con su propio sistema de recolección porque, y reiteró que el establecimiento no bota basura ahí ni en ningún otro lado de la isla y, por el contrario, en un trabajo conjunto con el consejo comunitario no solo sacan sus residuos, sino que también ayudan a sacar los de los demás.
Otras voces señalaron que hay quienes no quieren que ese relleno desaparezca, pues se estarían disputando los terrenos que se ampliarían al rellenar el manglar. Mientras tanto, en Tierra Bomba reportan que las autoridades se pronuncien.
Según una investigación de la Fundación Erigaie, los manglares de la isla Tierra Bomba son el hábitat de animales como la tortuga carey y la iguana verde. Además, la comunidad dijo que también hay zorros, aves nativas y migratorias y hasta mapaches cangrejeros que viven ahí y hoy están en peligro por cuenta de la creciente contaminación.
La autoridad ambiental dijo que no tiene información
La institucionalidad ambiental en Bolívar y en particular en Cartagena siempre ha estado fragmentada. Esa es una de las razones por las que, para muchos expertos, hoy no existe una buena gestión que impida o por lo menos mitigue las emergencias que en la región se puedan presentar, como en el caso de Tierra Bomba donde la situación amerita atención prioritaria.
Según el medio de comunicación La Contratopedia Caribe, hay cinco entidades en el departamento que trabajan para erradicar los comportamientos que afectan el medioambiente. Aun así, parece que todas se pasan la pelota a la hora de actuar y ninguna ha hecho nada en relación con lo que está pasando en la zona insular.
No obstante, sí existe una autoridad que tiene competencia directa para investigar la afectación de los manglares en Punta Arena. Se trata de la Corporación Autónoma Regional de Canal del Dique (Cardique) que tiene incidencia en 20 de los 46 municipios en el norte y centro de Bolívar, incluyendo a Cartagena.
Esa CAR, según testimonios de la comunidad recolectados por CAMBIO, ha estado presente en la zona y ha conocido de primera mano cómo en algunos puntos del mangle se tira la basura y ahí permanece por días. Sin embargo, las personas aseguran que los funcionarios que Cardique envía, para que revisen el manejo de los residuos, solo miran una parte del ecosistema y nunca llegan hasta el lote donde está el relleno, donde se está presentando la emergencia ambiental.
Pese a que el daño en la zona se puede ver hasta con imágenes satelitales, Cardique le dijo a CAMBIO que no tiene información al respecto, que no han recibido quejas y que tampoco hay procesos sancionatorios allí.
Aunque este medio le insistió a la entidad sobre la situación y le preguntó por las visitas a la isla en las que se estaría ignorando una gran parte del territorio, al cierre de esta edición no se obtuvo ninguna respuesta.
Sin embargo, no es la primera vez que hay reportes de que Cardique no responde o que su gestión sea pobre. Varios medios de comunicación en Cartagena, como La Contratopedia Caribe y Consejo de Redacción, han denunciado desde hace varios años que esa autoridad se caracteriza más por los escándalos y las presuntas irregularidades que por su acciones técnicas y rigurosas en favor del medioambiente.
Incluso, según Consejo de Redacción, se trata de una Corporación Autónoma Ambiental que históricamente ha sido manejada por el empresario Alfonso del Cristo Hilsalca Eljadue, mejor conocido como El Turco Hilsaca, quien “desde hace más de 20 años es considerado como el poder determinante de lo que pasa allí, en parte por su cercanía con los distintos directores que ha tenido Cardique. Tanto que en Cartagena lo ven como el hombre capaz de decidir quién gana los contratos y quién no”, dice el medio.
"Toda la isla está en peligro
Hay dos problemas que ponen en riesgo la isla y su manglar. Diana de La Vega, de la Fundación Bahía, le explicó a CAMBIO que el operador de aseo en el lugar solo recolecta los residuos tres veces por semana y ya no da abasto, por la cantidad de hoteles y de turistas que llegan a la isla.
Por eso, según la ambientalista, se necesitan acciones por parte de la Alcaldía de Cartagena y del Consejo Comunitario para darle un mejor manejo a la recolección y que el sistema tenga un mayor control.
“Definitivamente necesitamos más apoyo institucional y que se piense en un sistema de reciclaje integral. El problema más grande que tenemos con muchos de los residuos sólidos y los residuos plásticos es que no hay forma de sacarlos porque los costos son muy altos”, aseguró De La Vega.
El otro lío, dijo, tiene que ver con la forma ilegal de apropiarse de los terrenos. En toda la ciénaga están llegando los colonos a rellenar con basura para construir encima sin tener en cuenta que en esa zona del país confluyen el manglar y un bosque seco tropical en el que conviven cualquier cantidad de aves.
Para la fundación, todo el ecosistema insular está en peligro. De La Vega insistió en que la isla está amenazada por la actividad humana. “Mientras la población siga creciendo y buscando dónde establecerse para construir y desarrollar sus actividades comerciales, estamos en constante riesgo”.
El manglar protege a Tierra Bomba del aumento en la erosión costera y del cambio climático. Es, además, la salacuna de toda la biodiversidad marina que existe en la región y se ha convertido en la barrera más importante que tienen sus habitantes frente a las consecuencias del calentamiento global.
También está en riesgo la supervivencia de las comunidades que todavía dependen de la pesca local. Si no se conserva la riqueza natural ni se trabaja en un manejo adecuado de residuos, estaríamos hablando de que el turismo, en un sitio que ha sido ampliamente visitado, podría acabarse.
Por eso es urgente intervenir la isla. Se necesita que alguna autoridad a nivel territorial, o incluso nacional, le meta el diente a esta emergencia. Porque lo que está pasando en esa isla es una bomba de tiempo que pronto podría estallar.