La historia del espía al que Cuba silenció por casi tres décadas: “Ya no creo en su proyecto”

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Fue arrestado el 17 de julio de 1998 y condenado por un tribunal militar a 30 años de cárcel por intentar entregar a un diplomático estadounidense información sobre 26 agentes que el gobierno cubano planeaba infiltrar en Estados Unidos y otros países.

Borges tenía 32 años cuando fue detenido. Hoy, tras recuperar su libertad, asegura que su cambio de ideología se dio tras su paso por la Unión Soviética durante la Perestroika. “Nosotros confiamos en un proyecto político que nos parecía justo (...) hasta que el tiempo nos demostró que había otros intereses de por medio”, afirmó. La experiencia lo llevó a replantear su lealtad al régimen cubano y a asumir las consecuencias de su decisión.

Durante su tiempo en prisión logró aprender inglés con libros enviados por su familia y gracias a la ayuda de otros reclusos. Recordó con especial gratitud a los colombianos que conoció durante su encarcelamiento: “Siento una gran admiración por el pueblo colombiano”, dijo. También destacó el papel de su familia en su proceso de resistencia: “Estamos intentando recuperar el tiempo perdido”, comentó, lamentando la muerte de su madre y la separación forzada de su hija.

Uno de los aspectos más profundos de su relato fue su transformación espiritual. “Yo pienso que el odio discapacita. Hay personas que necesitan odiar para resistir, pero yo encontré la fe”, expresó Borges, quien considera que esa convicción fue clave para sobrevivir el encierro sin quebrarse.

Escuche la entrevista completa a continuación: