Crédito: Freepik
Con la mente y la billetera abierta
- Noticia relacionada:
- Finanzas Personales
- Sector Financiero
El país avanza en la adopción del ‘open banking’, que facilita nuevas opciones de pagos electrónicos, así como disponibilidad de información para la toma de decisiones y la portabilidad financiera y la inclusión de más colombianos en el sistema financiero.
Colombia entró de lleno en la era de las finanzas abiertas. Se trata de un innovador sistema que tiene el propósito de promover la competencia y la inclusión financiera, facilitar el control de los datos por parte de los consumidores y mejorar la oferta de productos y servicios en este campo.
El centro de este avance es la innovación tecnológica, que permite construir y consolidar una sociedad de banca abierta (open banking), en la que, de acuerdo con la Superintendencia Financiera (SFC), los datos constituyen “un catalizador fundamental para el impulso de la economía popular y comunitaria, produciendo valor social y económico”.
“Desde la SFC visualizamos tres actores principales en este ecosistema: el consumidor financiero, los participantes en donde se encuentran las instituciones y los desarrolladores”, señala la entidad que, precisamente, en febrero pasado, definió las reglas generales y estándares para el tratamiento seguro y transparente de los datos personales que el consumidor financiero haya autorizado para ser usados en el diseño de productos y servicios que respondan a sus necesidades particulares.
Con la expedición de la Circular Externa 004 de 2024 se dio inicio, así, a la segunda fase de implementación de este modelo en el que terceros receptores podrán acceder a los datos que el consumidor haya autorizado compartir con su entidad financiera dentro de altos estándares tecnológicos de seguridad, ciberseguridad y dando cumplimiento a las leyes aplicables en materia de protección de datos personales y habeas data.
“Estamos construyendo las bases de unos mercados financieros competitivos y abiertos para los colombianos”, señala el profesor César Ferrari, superintendente financiero. Según el funcionario, las reglas definidas en la fase 1 y los avances de esta fase 2 se enfocan en las instrucciones para construir las vías que permitan compartir datos con base en los mejores protocolos tecnológicos y estándares de seguridad, de tal forma que los colombianos puedan mover su información personal de una entidad vigilada a otra. “Nos falta un camino importante: que los consumidores conozcan la información de las entidades financieras”, añade el profesor Ferrari. “Eso lo lograremos cuando, en la fase 3 de esta estrategia, definamos los estándares para comparar y agregar productos financieros. Al final, la fase 4 buscará definir reglas y estándares para la portabilidad financiera, en la cual empresas y personas puedan portar su información financiera histórica y su dinero de una entidad vigilada a otra”, agrega.
Mayor inclusión
Las finanzas abiertas u open finance, como se conoce en el mundo, permiten que tanto las entidades vigiladas por la SFC como las que no lo son compartan información de sus clientes, siempre y cuando estos hayan dado autorización previa explícita para recibir ofertas de productos y servicios hechos a medida de sus necesidades, a un menor costo, mejores tasas de interés en créditos o mejores rentabilidades para sus ahorros e inversiones, entre otros.
En la actualidad, existen potenciales clientes que las entidades financieras no conocen porque nunca han tenido una relación con ellos y, por lo tanto, no tienen acceso a sus datos. Si lo tuvieran, podrían ofrecer productos y servicios financieros y no financieros tanto para clientes recurrentes del sistema como para quienes no han sido atendidos por la banca tradicional. A esto se le conoce como open banking.
“El open banking es la apertura de información de los clientes por parte de las entidades financieras para que otras entidades del sector o terceros accedan a ella, con autorización previa, y así puedan proveerles servicios a los consumidores”, explicó Juan Pablo García, director de Transformación digital e inclusión financiera de la Asobancaria, al inicio del proceso en Colombia.
Con las finanzas abiertas, el usuario podrá administrar y dar movilidad a su información, tal y como ocurre hoy con su dinero al llevarlo de una entidad a otra con sólo darle su instrucción expresa a la entidad financiera. “De esta manera se impulsa una mayor competencia e innovación en el mercado financiero colombiano y una mejor oferta de productos y servicios, al tiempo que se incentivan los pagos digitales, la comparación y agregación de productos, la portabilidad financiera y el acceso a productos de crédito de personas que no cuentan con un historial de endeudamiento o que están en zonas rurales o remotas del territorio nacional”, explica la Superfinanciera.
El open banking, igualmente, representa ventajas y retos para las entidades prestadoras de servicios financieros en dos sentidos: el uso de la información de los clientes y las oportunidades que se abren de monetizarla.
Este proceso comenzó en Colombia en el año 2022, con la realización de las primeras mesas de trabajo entre entidades del sistema financiero vigiladas, empresas del sector real, gremios, autoridades y la SFC. En 2023, la entidad adelantó diversos estudios con el acompañamiento de organismos multilaterales, para definir las reglas y estándares de finanzas abiertas presentados en febrero pasado.
“Tener estas reglas claras permite que la cancha esté nivelada y que las entidades tengan la seguridad jurídica sobre cómo apostarle al open banking de cara al consumidor. Así se genera confianza, un factor fundamental en la implementación de estos nuevos esquemas. La visión de las entidades debe ser la de complementar su oferta con la información de otros actores del ecosistema, para competir con valor agregado”, señaló en su momento Paola Peña, asesora de la Subdirección de Desarrollo de Mercados de la Unidad de Regulación Financiera del Ministerio de Hacienda.
Actores del ecosistema de finanzas abiertas
- El consumidor financiero. Es el centro de las finanzas abiertas: tiene el control total de sus datos, decide con quién compartirlos y para qué. De esta manera, podrá acceder a servicios más eficientes y competitivos, personalizar productos, recibir asesoría y gestionar integralmente su información financiera.
- Los participantes. Las instituciones financieras como bancos, aseguradoras y cooperativas facilitan el tratamiento de datos mediante estándares interoperables establecidos por la SFC y la regulación de protección de datos para salvaguardar la información del consumidor y prevenir riesgos de ciberseguridad, fraude y uso indebido de datos.
- Los desarrolladores de software. Materializan los estándares para crear, mantener y mejorar las soluciones tecnológicas que permitan intercambiar información entre entidades financieras y terceros receptores de datos, al implementar aplicaciones móviles, plataformas web y funcionalidades de pago, entre otras.