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Emprendimientos en tono sostenible
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Las ideas de negocios verdes se han convertido en una opción de éxito no sólo por su impacto en el medio ambiente, sino porque además son muy rentables.
En el corazón del Amazonas colombiano, donde la belleza natural se encuentra con los desafíos logísticos, surge una historia de emprendimiento que ha cambiado la vida de muchos habitantes de Mitú. La envasadora Jovi S.A.S., una empresa de Gabriel Murcia, estudiante de Ingeniería Industrial del Politécnico Grancolombiano, se ha convertido en un pilar esencial para la comunidad no sólo al proporcionar agua potable tratada, sino también al impulsar el desarrollo económico y social de la región.
La envasadora es una empresa local dedicada al tratamiento, envasado y distribución del líquido vital. La idea del emprendimiento nació en 1998 gracias a la visión del señor José Vicente, padre de Gabriel, quien identificó una oportunidad de negocio ante los altos costos de las bebidas en Mitú. En una época en que una botella de gaseosa personal costaba hasta cuatro veces más que en ciudades principales, don José decidió introducir refrescos azucarados en bolsas plásticas, adaptados a las condiciones y gustos de la zona.
Lo que comenzó como un esfuerzo artesanal fue evolucionando y tecnificándose con el tiempo. Empezaron a vender agua potable en bolsas de 300 ml y, a medida que la empresa se formalizó, amplió su línea de productos para incluir agua potable tratada en diversas presentaciones, desde bolsas personales hasta botellas de mayor capacidad. El crecimiento acelerado de la población de Mitú, impulsado por la mejora de las condiciones de vida y la recuperación después de eventos de conflicto, permitió que la empresa creciera junto a la comunidad y se adaptara a sus necesidades cambiantes.
Este caso de éxito muestra cómo los emprendimientos en tono sostenible pueden ser el impulso que precisa Colombia para superar sus obstáculos ancestrales. Pero, para ello, los emprendedores deben escuchar los consejos de los expertos. “Para generar impactos sostenibles con un emprendimiento se recomienda que los jóvenes sientan pasión por la sostenibilidad. Que conozcan las tendencias del mercado, que identifiquen las necesidades y problemas de los usuarios a quienes desea impactar, que generen propuestas de valor enfocadas en la innovación y conecten con otros emprendedores sostenibles. Todo lo anterior es el resultado de tener una mentalidad innovadora, flexible y con alto compromiso con las causas ambientales”, señala Wilinton Ortiz, líder del Centro de Emprendimiento del Politécnico Grancolombiano.
“Un joven emprendedor que quiera iniciar un negocio sostenible debe investigar la demanda y competencia del mercado en el cual quiere incursionar, desarrollar un plan de negocios sólido que contemple el uso de tecnologías limpias y prácticas de economía circular, y buscar financiamiento verde. Es importante diferenciarse con una propuesta de valor única, establecer alianzas estratégicas y redes de apoyo, además de formarse constantemente en gestión ambiental y sostenibilidad. También debe comprometerse genuinamente con la sostenibilidad, fomentando una cultura empresarial transparente y enfocada en generar un impacto positivo tanto social como ambiental”, advierte por su parte Michael Ortegón, decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de Uninpahu.
Es el objetivo que se ha fijado un emprendimiento sostenible como Selva Morada, una idea hecha realidad de Valeria y Valentina Prieto, que aprovecharon el poder natural de la exuberante botánica colombiana para su negocio. Lo único que ambas dos hermanas, nacidas en Bogotá, tenían claro, era que querían tener su propia marca. Valentina, una persona a la que los números se le facilitaban, decidió que estudiaría Administración de Empresas, mientras que Valeria, con un espíritu más audaz, se fue por el Mercadeo y la Publicidad. Eso hizo de este par de emprendedoras una combinación perfecta para su negocio.
Pero no fue hasta que llegó la pandemia que, por la migración de sus clases al mundo digital, se vieron obligadas a estudiar desde casa, de lo que no estaban muy de acuerdo, pero al no tener otra salida en ese momento decidieron aplazar sus clases. Una cosa empezó a cambiar y les daría una pista de lo que las podría llevar a lo que hoy es Selva Morada: en la pandemia, el miedo y la incertidumbre hizo que productos como el jabón, el gel antibacterial y el alcohol fueran de uso diario y ellas empezaron a sentir sus manos resecas e incluso que nacieron algunas alergias por el uso recurrente de estos productos.
Su primer interrogante fue si podrían hacer productos que cumplieran las mismas funciones pero que no afectarán su piel. Ahí fue cuando descubrieron su pasión por lo natural, descubriendo el maravilloso poder de las plantas. Una búsqueda interminable para encontrar los mejores ingredientes ancestrales en frutas, plantas y aceites que vienen de emprendedores y campesinos colombianos, los cuales son los que hoy conforman los productos de la marca Selva Morada.
Pero además de su contribución a la sostenibilidad del planeta y a la salud de las pieles de los colombianos, las emprendedoras descubrieron que una idea verde también puede ser un buen negocio. “Aunque es necesario hacer algunas inversiones para cumplir indicadores de sostenibilidad, los emprendimientos sostenibles pueden ser tan rentables como los que no lo son, ya que conquistan a consumidores cada vez más conscientes en busca de productos y servicios sustentables que se preocupen por reducir su impacto en el planeta”, explica el líder del Centro de Emprendimiento del Politécnico Grancolombiano.
Por esto, es importante que un emprendimiento sostenible para ser rentable, incluya factores como la innovación, la reducción de costos y la creación de valor en su modelo de negocio.
Según la Confederación Colombiana de Cámaras de Comercio (Confecámaras), los emprendimientos sostenibles en Colombia tienen un potencial real de rentabilidad: el 92% de los consumidores colombianos opta por productos sostenibles cuando el precio y la calidad son similares, y un 75% está dispuesto a pagar más por productos con características amigables con el medio ambiente.
La entidad también afirma que las empresas que adoptan prácticas sostenibles muestran una tendencia de crecimiento. Y las que implementan tecnologías limpias y modelos de economía circular incrementan su eficiencia operativa hasta en un 30%, lo cual implica una reducción de costos y una mayor rentabilidad a largo plazo. El 68.9% de las microempresas que adoptaron prácticas sostenibles y escalaron a la categoría de pequeñas o medianas lograron mantener su crecimiento en los años siguientes.
Por otro lado, las empresas que no adoptaron estas prácticas mostraron una tasa de retorno a su categoría original del 31.1%. ”Estas cifras demuestran que los emprendimientos sostenibles no solo generan un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad, sino que también ofrecen una oportunidad tangible de crecimiento y rentabilidad para los empresarios en Colombia”, concluye el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de Uninpahu.