“El fiscal Barbosa es un inepto y lo que está haciendo es campaña política”: entrevista con Ariel Ávila
17 Junio 2023 12:06 pm

“El fiscal Barbosa es un inepto y lo que está haciendo es campaña política”: entrevista con Ariel Ávila

Crédito: Foto Colprensa.

En diálogo con CAMBIO, el senador Ariel Ávila hace un crudo diagnóstico de lo corrido del Gobierno Petro. Afirma que el balance legislativo es muy pobre, que al presidente le falta método y que no cree que exista un esfuerzo de golpe para tumbar al jefe del Estado.

Por: Redacción Cambio

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CAMBIO: Empecemos con una pregunta elemental: ¿El Gobierno Petro va bien?

Ariel Ávila: Creo que el Gobierno Petro es lo que llama la ciencia política “gobierno de única oportunidad”. Es decir, las expectativas son tan grandes que así le vaya bien, nunca las va a poder cumplir. Cualquier falla se la van a cobrar tres o cuatro veces más que a cualquier otro Gobierno tradicional. Su gran problema, más allá de los escándalos, es que tiene un terrible desorden en su interior. Por eso, de 1 a 10, yo califico la administración Petro con un 5. Creo que hay cosas muy interesantes, pero también unos problemas delicados.

CAMBIO: Usted hoy es Gobierno, pero también ha sido oposición. ¿No cree que el Ariel Ávila opositor pondría el grito en el cielo con estos escándalos, si estuviesen ocurriendo en un Gobierno de derecha?

A.A.: En Colombia desde la disputa entre Santos y Uribe se inauguró una oposición destructiva. La oposición que le hizo Uribe a Santos fue dañina. Y la oposición que se le hizo a Duque, en cabeza de Petro, también fue destructiva. Por lo tanto, con la vara que mides serás medido. Petro no puede esperar otra cosa que esto. Él está sufriendo lo que dio. Entonces le respondo: yo creo que hoy los opositores están en su tema, en su trabajo de ver los peros en todo lado, de ver los problemas en todo, de criticarlo todo. Esa es la oposición que se inauguró hace más de una década en Colombia y eso no va a cambiar.

CAMBIO: ¿Pero no cree que a la oposición le está tocando muy fácil? La mayoría de los problemas del gobierno provienen del círculo interno del presidente.

A.A.: Las papayas que ha dado Petro han sido muy grandes. Sin embargo, la oposición es mala y no se ha podido reestructurar, es enclenque todavía. No en vano un patán como Vargas Lleras es el jefe de la oposición. No hay candidato más fácil de derrotar que Vargas Lleras en 2026. Es cierto que la oposición la ha tenido fácil, pero Petro se ha salvado porque esta no ha sido una oposición tan organizada como en otras épocas.

CAMBIO: El presidente habla cada vez con más insistencia del “golpe blando”. Esta semana dijo que lo quieren tumbar. ¿Usted coincide con esa lectura?

A.A.: Hoy no veo una estrategia ni de golpe blando ni de golpe duro. Pero sí creo que aquí hay agentes institucionales que están en una postura muy complicada. Yo le digo a Margarita Cabello, por ejemplo, que las elecciones se ganan o se pierden en las urnas. Pero no a punta de juicios y montajes judiciales. El caso del fiscal es peor. El señor Francisco Barbosa fue un inepto y ahorita lo que está haciendo es una campaña política descarada diciendo mentiras y metiéndose en política. Entonces yo no veo una estrategia de golpe, pero sí tengo mucha crítica a las instituciones y a ciertas personas que las representan y que están dañando la legitimidad del Estado.

CAMBIO: Usted hace señalamientos de grueso calibre al fiscal. ¿A qué mentiras se refiere?

A.A.: Por ejemplo, con el proyecto de sometimiento a la justicia. Él hizo nueve recomendaciones y le acogimos ocho. Yo mismo se las expliqué y salió a decir que eso era falso. Eso es ser un mentiroso compulsivo. Decir que este Gobierno, por buscar la paz total, es amigo de los narcotraficantes, es ser un mentiroso compulsivo. Y decir que él dirige una Fiscalía independiente y ágil es ser un mentiroso compulsivo. ¿Por qué se metieron a precluir el caso de Julián Bedoya?, ¿Por qué el tema de la ñeñepolítica nunca avanzó? Lo que hace Barbosa es ser un inepto y está en campaña política. Esto por favor póngalo textual.

CAMBIO: El presidente ha apelado a las calles y al concepto del mandato popular. Para el jefe del Estado la votación que recibió le da carta blanca para tramitar sus reformas. Pero también hay un mandato popular al Congreso, del cual usted hace parte. ¿En esto usted comparte la tesis de Petro?

A.A.: Yo ahí sí estoy del lado del presidente. Creo que aquí un Gobierno que se diga ser del cambio tiene que procurar hacerlo realidad. Un Gobierno del cambio no es para seguir en lo mismo. Si las reformas son buenas o malas, es otra discusión. Yo mismo critico algunas de esas iniciativas. Los partidos ahora están montados en el cuento de que no hay que modificar nada, de que en Colombia todo funciona perfecto. Esta sociedad tiene que cambiar y para eso eligieron a Petro.

CAMBIO: Pero para cambiar la sociedad se necesita el Congreso. ¿No?

A.A.: Nosotros hemos ganado, pero no hemos vencido. Esa es la verdad. El bloque alternativo llegó con la coalición más grande. Somos 35 o 40. Pero el total son 108. No somos ni siquiera la mitad y al presidente le ha costado entender eso.

CAMBIO: Pero sí fueron mayoría cuando llegaron. El presidente tenía al Congreso a sus pies hasta que puso un trino anunciando que daba por terminada la coalición de gobierno…

A.A.: A mí eso sí me pareció absurdo. Se había logrado armar una coalición de gobierno, que estuvo mediada por puestos y demás. Eso es de público conocimiento. El presidente absurdamente decretó la muerte de la coalición y no se preocupó por rearmarla. Lo más absurdo de esto es que el Congreso perdió 45 o 50 días. Desde ese momento el parlamento quedó funcionando al 20 por ciento. Entonces si el presidente no está preocupado por conseguir las mayorías, la cosa es muy difícil.

CAMBIO: El Gobierno puso 35 reformas sobre la mesa. Hasta ahora ha pasado una. Ese balance legislativo resulta bastante precario…

A.A.: Sí. Yo lo he dicho varias veces. De las 35 reformas van a pasar tres o cuatro. Todo lo demás queda para después del 20 de julio. Ahí es muy probable que la gran mayoría se hunda. Esa es la verdad: se va a hundir casi todo. El Congreso va a estar dedicado a las elecciones y el presidente ha perdido legitimidad. Los escándalos hacen mucho daño. El balance es muy pobre.

CAMBIO: El presidente ha dicho dos cosas: 1) El cambio son las reformas, 2) Hay que pasarlas en el primer año. Lo que no se logre en el primer año después es muy difícil tramitarlo. ¿Se está embolatando el cambio?

A.A.: El Gobierno Petro es de dos tiempos. Un primer tiempo de reformismo institucional, que duró mucho menos de lo que uno esperaba. Y un segundo tiempo de la calle y la agitación. Del primer tiempo no quedó nada que mostrar. Pero puede gobernar con la reforma tributaria y el Plan de Desarrollo. Sin embargo, en ese gran cambio institucional tendrá un balance muy pobre.

CAMBIO: ¿Vale la pena llamar a sesiones extras en el Congreso?

A.A.: Yo creo que no. Todo se hundiría. El Gobierno tiene que dedicarse a rearmar la coalición. No hay cómo pasar nada. Es mejor esperar. Eso, si el Gobierno quiere rearmar la coalición. Si no, repito, no va a pasar nada ni ahorita ni nunca.

CAMBIO: ¿Usted ve al Gobierno en el plan de rearmar la coalición?

A.A.: Yo siento que quiere rearmarla, pero no ha encontrado un método.

CAMBIO: Usted ha sido protagonista en los debates de la paz total. ¿En eso sí ve método?

A.A.: En el tema de paz el Gobierno Petro tiene muy claro el fin, pero no el cómo. Eso marca una diferencia con Santos, a quien le importaba mucho el cómo y no tanto el fin. Yo creo que en el cómo de Petro se ha demostrado la improvisación y la falta de método. Sin embargo, creo que la política de paz total es necesaria y coherente. Pero requiere una estrategia de dos caras: la zanahoria, que es la ley de sometimiento; y el garrote, que es la seguridad. La de la zanahoria ha venido cogiendo forma. Pero la del garrote no termina de tomar forma. Hay una crisis de seguridad que venía de Duque y que Petro no ha logrado parar. Veo que también ha faltado mucha pedagogía.

CAMBIO: ¿Con sus sumas y sus restas, ve la política de Paz Total llegando a buen puerto?

A.A.: Estoy optimista en el tema de sometimiento. Creo que podemos llegar a algo concreto en el año 2025, si la política de seguridad se pone en marcha. Aunque usted no me lo crea, pienso que sí podemos llegar a algo concreto.

CAMBIO: ¿Usted ve con buenos ojos la figura de los ceses al fuego al principio y no al final de los procesos de paz?

A.A.: El único cese al fuego posible es con el ELN. Con los demás toca negociar en medio del conflicto. Yo le acepto esa afirmación. Lo que manda la teoría es que los ceses al fuego se deben hacer en un estado avanzado del proceso y no cuando están comenzando.

CAMBIO: Póngase de nuevo su sombrero de analista. ¿Cuáles son sus predicciones políticas para los tres años restantes de la administración Petro?

A.A.: Hay tres escenarios. El primero tiene a un presidente Gustavo Petro que decide bajar el nivel de la confrontación política, gobernar con el Plan de Desarrollo, la adición presupuestal y la reforma tributaria. Entrega los subsidios, alivia los problemas de hambre, sacrifica las reformas institucionales y termina haciendo un gobierno relativamente estable. A ese escenario le doy un 20 por ciento de probabilidad. El segundo tiene a un presidente Petro que va a fondo con sus reformas y hace de ellas la causa institucional. Cuando le fracasen viene el segundo tiempo de la democracia de la calle y el país vive una confrontación política de 2 años y medio. A ese escenario le doy un 40 por ciento de probabilidad. Y al tercero tiene a un presidente que decide rearmar la coalición de gobierno, negociar las reformas, el país se calma y pasan las reformas con la mitad de lo propuesto. A ese escenario le doy un 40 por ciento de probabilidad.

CAMBIO: Hay quienes comparan la situación de Petro hoy con la que vivió en su momento el presidente Samper. ¿Usted ve a un mandatario acorralado que, más que a gobernar, tendrá que dedicarse a defenderse?

A.A.: No lo veo así. Pero si ese fuera el caso sería el mejor escenario para Petro. A eso es a lo que él está acostumbrado. Petro es un llanero solitario que escoge siempre el camino más difícil y espinoso. Entonces eso de estar acorralado es bueno para él. A él le gusta y ha vivido siempre así.

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