El poder aéreo de Colombia vive su peor momento: ¿por qué?

Crédito: Fuerza Aeroespacial Colombiana

4 Febrero 2025 05:02 am

El poder aéreo de Colombia vive su peor momento: ¿por qué?

Una serie de circunstancias globales y decisiones del gobierno del presidente Donald Trump tienen en jaque al poder aéreo de la Policía y el Ejército de Colombia. CAMBIO analiza el panorama actual y las posibles consecuencias de esta situación.

Por: Javier Patiño C.

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En la noche del 13 de diciembre de 2024, un grupo de soldados de la Fuerza de Tarea Omega realizaba tareas de control en la zona rural de Mapiripán, Meta, tras el rastro de integrantes de las disidencias de las Farc que siguen las órdenes de alias 'Iván Mordisco', principal cabecilla de una de esas facciones ilegales.

Lo que parecía una jornada tranquila se tornó complicada debido a una tormenta eléctrica. En medio de la lluvia y los rayos, un campesino apareció con una linterna, buscando ayuda. La alerta fue dada a las siete de la noche por ese poblador de la vereda El Porvenir, quien reportó además que un hombre presentaba fuertes dolores, posiblemente por una apendicitis.

 

Ante la emergencia, los soldados y campesinos improvisaron una camilla con costales y palos. A las nueve de la noche, el oficial al mando solicitó por radio el apoyo de un helicóptero para evacuar al paciente. Sin embargo, la aeronave más cercana tardaría cuatro horas en llegar al punto de extracción.

Ante la falta de ayuda inmediata, los uniformados y campesinos decidieron trasladar al paciente a pie hacia la base militar. En turnos de 15 minutos, los soldados se turnaban para cargarlo, cuidando que los movimientos bruscos no agravaran su estado. Cinco horas después, con las primeras luces del día, un helicóptero Black Hawk arribó y trasladó al hombre a Villavicencio, donde fue operado a tiempo y salvó su vida.

Este episodio refleja la importancia del poder aéreo en operaciones humanitarias y militares, actualmente amenazado por la disminución del apoyo de Estados Unidos, fundamental para el mantenimiento de más de 100 aeronaves.

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Cortesía: Colprensa

Aeronaves en tierra

Las aeronaves son la herramienta fundamental para el traslado de uniformados, apoyos humanitarios y defensa del medio ambiente: tareas que la fuerza pública realiza en el país en sitios estratégicos de toda Colombia.

En la actualidad, la flota de helicópteros de Colombia está compuesta por más de 160 aeronaves, de las cuales 44 son de ataque y cuentan con el apoyo de 90 aviones.

Los helicópteros más modernos de Colombia pertenecen a la Policía Nacional. Solo en los últimos cinco años el gobierno de los Estados Unidos ha donado más de 20 helicópteros UH-60 Black Hawk, que se utilizan en operaciones conjuntas con el Ejército. Estas aeronaves son indispensables para el transporte táctico de tropas.

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Por la decisión norteamericana, estas aeronaves deben permanecen en tierra, y los técnicos encargados de su mantenimiento tenían prohibido hacer el más mínimo arreglo de las aeronaves.

“Con esta decisión no habrá más operaciones, y todos deben permanecer en sus bases en el oriente y occidente del país”, afirmó un uniformado de la Policía. Según el oficial, esta determinación afectará numerosas misiones contra grupos ilegales vinculados al narcotráfico, así como el transporte de tropas que garantizan la seguridad de la población civil.

Además, la decisión afecta el apoyo financiero a los equipos de erradicación de cultivos ilícitos, que dependen de la cooperación estadounidense para su operación y pago de salarios.

El poder aéreo del Ejército

La aviación del Ejército tiene en total 113 helicópteros, cuyas misiones consisten en realizar operaciones de control, transportes y misiones especiales contra los grupos ilegales.

De esos, siete son Black Hawk de referencia Sirkosky-701, un helicóptero versátil concebido como una unidad de reemplazo de Bell UH-1, con capacidad para transportar hasta 20 pasajeros. La mayoría de estas aeronaves fueron donadas por el Ejército de Estados Unidos que las usó en la guerra en Afganistán.

La flota más grande la conforman 45 Black Hawk UH60. Estas aeronaves deben ser revisadas cada tres meses porque algunas son impactadas en operaciones militares. En promedio, diez de ellas están en los talleres, donde técnicos revisan las alas rotatorias, los radares, los equipos de comunicación y los motores para que continúen con sus tareas en las ocho divisiones que tiene el país.

El Ejército también cuenta con 34 Huey, muchos de ellos donados por Estados Unidos y por la Policía Nacional. Sirven de apoyo en patrullajes y en operaciones militares.

Los más viejos de la flota son los 9 UH1N. Tienen más de tres décadas de uso y algunos fueron usados en la guerra de Vietnam. Estas aeronaves, que realizan tareas contra el narcotráfico, saldrán de servicio a mitad de año.

La situación más crítica en el Ejército Nacional la enfrentan los helicópteros Mi-17, pues de los 19 que hay, 10 están parqueados en la base de Tolemaida. Otros dos han sufrido accidentes en los últimos años, por lo que solo siete están en funcionamiento. 

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Para el comando de la aviación del Ejército, estas aeronaves no han podido volver a volar por el conflicto entre Rusia y Ucrania, que ha impedido hacerles mantenimiento y conseguir repuestos.

Un alto oficial de esa dependencia, que solicitó permanecer en el anonimato, declaró a CAMBIO que la medida de la administración Trump impactará las operaciones dado que limita la presencia de enlaces en las guarniciones militares, que son fundamentales para labores de inteligencia.

No obstante, con respecto al mantenimiento de los Black Hawk del Ejército, la restricción no tendrá incidencia, ya que técnicos colombianos en la base militar de Tolemaida hacen las revisiones.

“El cambio de la cooperación afecta los recursos del gobierno estadounidense destinados a proyectos internacionales no solo en Colombia. Nos impacta en la medida en que limita los apoyos para el desarrollo de nuevas capacidades, pero no afecta directamente la operación de las aeronaves”, explicó el oficial.

En cuanto a los acuerdos firmados antes de la revisión, estos seguirán su curso. “Lo único que quedará pausado será la firma de nuevos contratos”, precisó.

Según el oficial, la medida podría extenderse hasta por seis meses. “Si las inquietudes de la administración Trump no se resuelven pronto, podríamos enfrentar problemas porque muchos contratos dependen de la compra de repuestos para las aeronaves”, advirtió.

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Cortesía: Fuerza Aeroespacial

Las alas de la Fuerza Aeroespacial

La Fuerza Aérea Colombiana opera una variedad de helicópteros para cumplir sus misiones y operaciones. Estas flotas han realizado importantes tareas de control, búsqueda y rescates.

Los más modernos son los 15 helicópteros AH-60L Arpía IV, una versión modificada del helicóptero UH-60L Black Hawk. Este se utiliza para misiones de transporte, apoyo aéreo y búsqueda y rescates. Esta aeronave cuenta con equipos de última tecnología con un alto potencial en sus cañones y radares para realizar tareas de día y noche.

Para completar sus tareas, la Fuerza Aérea cuenta con 120 aeronaves UH-1H Huey II, un helicóptero militar multifuncional de tamaño mediano, que ya tiene más de cuatro décadas y que ha sido reemplazado en muchos ejércitos, pero que en el país sigue cumpliendo misiones de transporte, evacuaciones médicas y operaciones de seguridad.

En la actualidad, la Fuerza Aérea colombiana cuenta con 19 Kfir, de los cuales solo funcionan siete y cuya vida útil finalizará en junio de 2025. El resto de la flota la conforman 24 aviones Supertucano y 14 Tucano, utilizados en tareas especiales contra los grupos ilegales y para ejercer control en las zonas fronterizas.

Un alto oficial indicó que, en esta fuerza, la decisión de la administración Trump no tendrá mucho impacto, “Allí no se reciben sino algunos recursos por el tema de capacitación y entrenamiento, pero en menor medida. Nuestros helicópteros se sostienen con presupuesto nacional, así que no estarían sujetos a esta decisión del gobierno de los Estados Unidos y su afectación va a ser mínima en ese aspecto", dice.

La defensa de los mares

La Armada de Colombia cuenta con ocho helicópteros Bell Helicopter 412i adaptados para realizar tareas en tierra y mar. Tienen radares de última tecnología usados en misiones de vigilancia, control, búsqueda, rescate y salvamento (SAR). 

Estos helicópteros están equipados con sistemas avanzados como una cabina para vuelo nocturno y un radar Telephonics System RDR-1700B. 

La fuerza naval colombiana también cuenta con un helicóptero Bell 412 EPX con capacidad operativa para desplazarse en las fragatas de la Armada y una capacidad de vuelo de más de 8 horas. Y dos aeronaves Dauphin, que son helicópteros especializados para realizar tareas de rescate en alta mar. 

El analista militar Erick Saumeth indicó que la decisión de Estados Unidos no afectará las labores de las aeronaves, pero si impondrá vetos y sanciones a los programas de Asuntos Antinarcóticos (IHL) y Seguridad Nacional (H6), lo que impactará las operaciones de la Armada Nacional.

“Las restricciones afectarán la asistencia a las unidades de guardacostas, que realizan operaciones de interdicción contra el narcotráfico, y limitarán el apoyo a las unidades de desminado humanitario desplegadas por el Ejército y la Armada en todo el país”, explicó Saumeth.

El analista afirmó que las restricciones implicarían la congelación de unos 168 millones de dólares para programas de seguridad y 16 millones de dólares para desminado humanitario. Esto elevaría el total de fondos condicionados para Colombia a 490 millones de dólares.

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Cortesía: Ejército Nacional

Futuro incierto

Para el general retirado Guillermo León, presidente de la Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (Acore), la decisión de Estados Unidos “indudablemente que va a afectar la disponibilidad de equipos, entrenamiento y capacitación de nuestros hombres para seguir cumpliendo con esa misión y esa labor especializada en el tema del narcotráfico. El impacto donde lo vamos a sentir con mayor incidencia es en la Policía y el Ejército", señaló.

Por su parte, el analista Ernesto Borda se refirió a sus reales alcances, que nos devuelven a los años del gobierno del expresidente Ernesto Samper.  “Es decir, a los tiempos de unas Fuerzas Militares absolutamente desprovistas de armamento, de capacidad logística y de todo aquello que se necesita para poderse desplegar en el territorio y ejercer el control territorial”.

Y agrega que el presidente Petro está buscando una crisis inducida por el propio Gobierno para generar las condiciones de una negociación para lograr la Paz Total en las que los grupos ilegales tengan un gran margen de negociación.

A su turno, Andrés Saldarriaga concluye que la decisión estadounidense afectará la disponibilidad de realizar operaciones humanitarias, como ocurre en el Catatumbo, donde se usan helicópteros de la Policía para evacuar personas, mitigar los incendios forestales y atender desastres naturales.

El poder de defensa aéreo es vital para la seguridad interna y externa de los países. Para Colombia ha sido pieza fundamental en la lucha contra los grupos ilegales y para blindar la protección en las fronteras.
 

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