Germán Ávila Plazas, el camino desde el M-19 hasta el Ministerio de Hacienda

Muchos años atrás, los jóvenes Gustavo Petro Urrego y Germán Ávila Plazas unieron sus destinos al ingresar juntos a la guerrilla del M-19 en Zipaquirá, a una hora de la capital. Hoy, uno es el presidente de la República y el otro el responsable de las finanzas del país como ministro de Hacienda.

Tras la renuncia de Diego Guevara Castañeda en la noche del martes pasado, el presidente Petro eligió a Ávila Plazas como su cuarto ministro en esta cartera, por donde previamente pasaron José Antonio Ocampo, Ricardo Bonilla y el propio Guevara. El nuevo ministro tendrá el enorme desafío de corregir el rumbo de las finanzas públicas, reducir el déficit fiscal y enviar con urgencia mensajes de tranquilidad a los mercados.

La salida de Guevara fue sorpresiva. No solo porque apenas llevaba un par de meses en el cargo -asumió el 29 de enero-, sino porque en este tiempo demostró rigor y seriedad en la conducción de un asunto de tan alta responsabilidad. “Me parece desafortunada la falta de continuidad de los ministros, incluyéndome a mí, que me solicitaron la salida a los ocho meses, pero es algo que no se debe repetir”, dijo el exministro Ocampo.

Al parecer, Guevara se fue por desacuerdos con el primer mandatario. “Se dice corrientemente, y con razón, que un buen ministro de Hacienda es aquel que debe decirle ‘no’ al presidente cuando es necesario. Este fue el caso del ministro Guevara, que cumplió su tarea de decirle ‘no’ al presidente, y creo que fue un error del presidente no darse cuenta de que el ministro tenía razón”, añadió Ocampo.

Ávila Plazas era hasta ahora el presidente del Grupo Bicentenario, la holding estatal que agrupa las entidades financieras del Gobierno. Es economista de la Universidad Nacional y cuenta con más de 30 años de experiencia en el sector financiero y de vivienda social. Lideraba este grupo desde el 6 de noviembre de 2024, cuando fue nombrado por Bonilla.

Con Petro, del JG3 al M-19

En la década de los setenta, Ávila comenzó su militancia en el M-19. El argumento para semejante decisión fue porque estaba convencido de luchar para que en Colombia hubiera una auténtica democracia que, además, pusiera fin a las profundas diferencias sociales.

El presidente recuerda en su libro Una vida, muchas vidas que, con él, estando en el bachillerato conformaron inicialmente un grupo al que llamaron “el JG3” porque esas eran las iniciales de sus nombres. Uno de los integrantes era Jairo Navarrete y los tres G: Germán Ávila, Gonzalo Galvis y Gustavo Petro.

“Muy al estilo de los curas, decidimos hacer una convivencia en una de las montañas más altas de la región, ubicada entre Tabio y Tenjo. Esa montaña se volvió muy famosa después porque la gente dice que en ella aparecen ovnis, atraídos por una energía misteriosa. Se llama la Peña de Guaita y allí pasamos una semana”.

“Fue nuestra primera experiencia a la intemperie, apeñuscados en una carpita y alimentándonos a punta de conservas. Era, por su puesto, un juego de boy scouts. Nuestro objetivo era poner en la cima la bandera del JG3 e iniciar lo que considerábamos nuestro juramento a la lucha revolucionaria. Nuestro grupito nunca abandonó el esfuerzo por cambiar el país. Nunca fue una de esas modas juveniles que se olvidan al cabo de unos años. Teníamos claro que lo nuestro era impulsar la lucha por la revolución”.

“Pío Quinto Jaimes nos ofreció a mí y a Germán Ávila ser parte del movimiento. (...) Decidimos, entonces, con Germán Ávila, tras leer la Quinta Conferencia, entrar al M-19”, relata el presidente Petro.

El 28 de agosto de 2013, Petro recordó al docente que les señaló el camino de la lucha armada con estas palabras: “Pío Quinto Jaimes, militante del M-19; maestro de escuela de toda la vida, murió en Zipaquirá”.

El camino de la izquierda

Tras la desmovilización de la guerrilla, Ávila Plazas siguió en la vida política, siempre navegando en las causas progresistas. Cuando Lucho Garzón fue alcalde de Bogotá, estuvo a cargo de la Federación Nacional de la Vivienda Popular (Fenavip) y fue gerente de Metrovivienda.

Dejó este último cargo, según explicó en su momento, para no inhabilitarse en su aspiración al Congreso por una lista conformada por el Polo Democrático y Alternativa Democrática.

Sin embargo, quedó la sensación de que había algo más. “La relación no fue buena, por desencuentros de ambas partes. El señor Ávila terminó saliendo de la entidad. Es lo único que le puedo decir”, contó el exalcalde Garzón en declaraciones de la época a El Tiempo.

Según este diario, las diferencias surgieron por los cuestionamientos que recibió Ávila tras la compra de unos lotes para construir viviendas de interés social. Según denuncias de funcionarios de la alcaldía de Garzón, las organizaciones representadas por Fenavip no pagaron la totalidad de algunos predios vendidos por Metrovivienda.

El caso tomó fuerza y se convirtió en un escándalo que fue parte del debate en la campaña política a la Alcaldía de Bogotá en 2011. En ella participaron, además de Petro, quien resultó electo, Enrique Peñalosa, Gina Parody, Carlos Fernando Galán y David Luna.

Parody calificó a Fenavip como un “cartel de la vivienda”, aunque finalmente tuvo que retractarse. En su defensa, Ávila criticó a Petro por “responder con evasivas” y por, incluso, “reafirmar la acusación realizada” por Parody.

Una carta explosiva

En una misiva que hizo pública, Ávila expresó: “Usted y yo nos conocemos hace 40 años y hemos trasegado por las luchas revolucionarias y de la izquierda todos estos años, recorriendo caminos en los que nos hemos tenido que enfrentar en muchas oportunidades a decisiones complejas en la vida”. 

“Sin embargo, su silencio y su torpe evasión de la acusación muestran que, ante el debate político y el objetivo de lograr un resultado electoral, usted no tiene dificultades en sacrificar a los compañeros que conoce, no importa la magnitud de la calumnia, no importa la magnitud de la infamia…”

“De Gina Parody esperaría cualquier comportamiento, y por eso he colocado una denuncia por calumnia ante la Fiscalía General de la Nación; pero de usted, Gustavo, le corresponde decir públicamente si considera que Germán Ávila y Fenavip son unos ladrones que han robado miles de millones. De ser así, usted debe desmantelar esa mafia, ya que conoce perfectamente mi historia, mi recorrido y los bienes que poseo”. 

“Algunos no poseemos ni bienes ni riquezas porque, entre otras cosas, decidimos tener una opción de vida en la que los ideales y los principios primaban sobre los beneficios individuales. Pero tenemos un patrimonio que guardamos y protegemos, que se llama honestidad, que nos reconocen y valoran todos los que han compartido las luchas de todos estos años. Tenga la certeza, Gustavo, de que seguiré luchando hasta el último momento por salvaguardar ese patrimonio, que es mi única riqueza”. 

Después, Ávila continuó su trayectoria con un fuerte enfoque social. Fundó la Cooperativa Nacional de Ahorro y Crédito Crear Cooperativa, una entidad financiera dedicada a facilitar el acceso a vivienda social. También fue parte de la reconstrucción del municipio de Calarcá, en Quindío, tras el terremoto de 1999, en el que gestionó recursos para la recuperación de la zona.

La serenidad en la tempestad

En 2024, al ser nombrado presidente del Grupo Bicentenario, afirmó: “Trabajaremos de la mano con cada una de las entidades del Grupo para seguir impulsando el bienestar y el desarrollo económico en cada rincón de Colombia”.

Su nombramiento ha provocado diversas reacciones. “Es un activista político de tiempo completo, y me parece riesgoso para un puesto tan sensible como el Ministerio de Hacienda”, señaló el exalcalde Peñalosa.

El también exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo expresó su preocupación: “La salida intempestiva del ministro Guevara constituye un grave golpe a la credibilidad de la política financiera y fiscal del país”. 

El nuevo ministro, por su parte, se ha mostrado sereno. Asume el cargo en una transición que vaticina será tranquila. “El nombramiento no afectará la salud de la economía colombiana, por el contrario, los buenos resultados deben continuar y afianzarse”, dijo al enviar un parte de optimismo.

La cartera continuará atendiendo los compromisos de la deuda pública y realizará los ajustes necesarios para mejorar los ingresos tributarios y afrontar la estrechez fiscal que atraviesa el gobierno, aseguró el economista que cuenta con estudios de especialización en tecnologías, alternativas y ecomateriales para la construcción de vivienda social. “Unidos transformamos vidas”, ha sido una de sus consignas.

Ahora llega a la batalla más importante. Cualquier palabra suya puede afectar el bolsillo de todos los colombianos.