Ignacio Mantilla fue rector de la Universidad Nacional entre 2012 y 2018.
Crédito: Universidad de los Andes
Ignacio Mantilla niega participación en la creación de empresas paralelas de la Universidad Nacional
- Noticia relacionada:
- Universidad Nacional
- Contratación pública
El exrector aclaró que no ha tenido participación alguna en la creación de las corporaciones de la Universidad Nacional por medio de las cuales se ha tercerizado la contratación de la institución desde hace varios años y sin que haya total transparencia con relación al destino de los recursos, tal como lo dio a conocer CAMBIO.
Por: Redacción Cambio
Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional de Colombia entre los años 2012 y 2018, se pronunció sobre la investigación adelantada por CAMBIO que dejó en evidencia los millonarios negocios que se han adelantado en esa institución de educación superior por medio de la creación de 18 corporaciones que tienen un régimen de contratación especial y, por ende, no requieren la misma vigilancia que un proceso que se hace directamente con la academia.
Aunque la institución cuenta con la capacidad para poder ejecutar de forma directa las decenas de contratos que se firman con entidades del orden nacional y no necesita tercerizar los procesos por concepto de investigación, la mayoría de esos recursos se está quedando en compañías que muchos consideran son solo de papel y no han generado las ganancias esperadas. Eso sí, utilizan el mismo talento humano de la Nacional.
CAMBIO pudo establecer que dichas empresas paralelas se empezaron a crear desde el año 2017 cuando en el gobierno de Juan Manuel Santos se aprobó una ley para que las Instituciones de Educación Superior (IES) pudieran crear empresas con el objetivo de fomentar la ciencia, la tecnología y la innovación. De esa forma las universidades empezaron a generar alianzas público privadas para supuestamente fortalecer sus procesos y aumentar el conocimiento científico.
Sin embargo, el exrector Mantilla dijo que él, quien terminó su administración en 2018, no ha tenido participación alguna en la creación de esas corporaciones por las que se han desviado los contratos de la Nacional y que hoy, tras la revelación hecha por CAMBIO y por petición de José Ismael Peña, podrían ser sujetas de investigación en los órganos de control.
“La única en la que con orgullo puedo ratificar que determiné su creación fue la que permitió la operación del Hospital Universitario Nacional que ofreció el consecuente lugar idóneo para que nuestra Facultad de Medicina y los demás programas del área de salud volvieran a contar con un espacio propio de práctica y de investigación para los profesores y estudiantes, que se había perdido en el pasado con el cierre del Hospital San Juan de Dios” señaló.
Así mismo, Mantilla, quien en la actualidad es miembro del Consejo Superior Universitario en su calidad de exrector, resaltó que esa corporación específica “ha protegido a la universidad de los efectos de la crisis por la que atraviesa el sector salud en nuestro país”.
Debido a las revelaciones hechas el pasado 31 de mayo de 2024, por medio de una carta dirigida al contralor general Carlos Mario Zuluaga, el exvicerrector de la Universidad Nacional y quien hasta hace unas semanas había sido designado como rector, José Ismael Peña, pidió vigilar los negocios y la contratación.
Peña exigió que el órgano de control fiscal vigile la gestión de los recursos públicos de múltiples corporaciones en las que tiene participación la Universidad Nacional. La solicitud se presentó por los cuestionamientos con respecto a la transparencia de las alianzas público privadas que existen en la institución desde hace varios años.
“La implementación del control preventivo y concomitante es urgente para salvaguardar el buen nombre de la Universidad Nacional y los recursos públicos, y para que, en caso de evidenciar actos que atenten contra el erario público e incidencias de tipo penal o disciplinario, se dé traslado inmediato a la Procuraduría General de la Nación o la Fiscalía General de la Nación para lo de su competencia”, señaló Peña en su misiva.
El máximo órgano de control fiscal será el encargado de determinar si la solicitud del Peña cumple con los criterios de procedencia de este mecanismo de carácter excepcional y en caso de abrir la investigación formal será esa entidad la que determine si se presentaron irregularidades con los procesos de contratación de la universidad.
A continuación la carta del ex rector Mantilla:
Bogotá, junio 8 de 2024
Señor Federico Gomez Lara
Director Revista Cambio
Estimados señor director: He leído el artículo ‘Los millonarios negocios en la Universidad Nacional que varios directivos han monopolizado’ escrito por la periodista Paola Herrera y publicado el día 31 de mayo en su portal https://cambiocolombia.com/poder/los-millonarios-negociosen-la-universidad-nacional-que-varios-directivos-han-monopolizado. En diferentes párrafos del mencionado artículo, la periodista Herrera manifiesta que: ‘La Universidad ha sido controlada desde el año 2006 por las mismas personas que con el paso de los años y con decisiones cuestionadas y poco transparentes, han dado vía libre a la creación de empresas paralelas para tercerizar la contratación del alma mater que maneja recursos públicos. Desde entonces, son miles de millones de pesos que se han movido de esa forma y sin que hoy sea totalmente claro cómo se ejecutaron o en qué se gastaron. Sin embargo, en la Universidad Nacional se habría abusado de esa figura. Según la información conocida por CAMBIO, hoy esa institución tiene un total de 18 corporaciones por medio de las cuales se han desviado cientos de contratos que no tienen la misma vigilancia que un proceso que se hace directamente con la academia. Los nombres que tienen vasos comunicantes con estos negocios son los de exrectores como Dolly Montoya, Ignacio Mantilla o Moises Wasserman’. Justamente la periodista se limita a mencionar el año 2006 con una pretensión de supuesta continuidad de acciones, cuando se limita a desarrollar lo acaecido desde el año 2017 y no precisa, por lo menos de mi periodo rectoral, esto es, del 2012 al 2018,
acción alguna que haya sido objeto de denuncias, investigaciones o siquiera escándalos mediáticos por los hechos narrados por ella. Estas aseveraciones carecen del rigor periodístico que debe caracterizar a una publicación seria. En mi caso personal, no fui contactado por la periodista ni por ningún otro miembro del equipo periodístico de Cambio para conocer mi versión sobre los hechos en cuestión, lo cual, si bien no es de obligatorio rigor para ella, sí sería cuando menos decente y profesional. No he tenido participación alguna en la creación de ninguna de las corporaciones que han mencionado como inmersas en posibles irregularidades. La única en la que, con orgullo puedo ratificar que determiné su creación, fue la que permitió la operación del Hospital Universitario Nacional y ofreció el consecuente lugar idóneo para que nuestra Facultad de Medicina y los demás programas del área de la salud, volvieran a contar con un espacio propio de práctica y de investigación científica para los profesores y estudiantes, que se había perdido en el pasado con el cierre del Hospital San Juan de Dios. Una corporación, que valga la pena resaltar, ha protegido a la Universidad de los efectos de la crisis por la que atraviesa el sector salud en nuestro país, y que insto a la periodista a que señale, siquiera una posible irregularidad en su actuación, particularmente relacionada con mi nombre. Les pido que, con la rigurosidad que ha caracterizado a Cambio en trabajos serios ampliamente destacados, también en este caso me señalen una sola prueba que justifique poner mi nombre en esta acusación. Dado que estas afirmaciones injuriosas y calumniosas atentan contra mi honra y buen nombre y han causado daño moral a mi familia, exijo que la periodista Herrera se retracte públicamente, esto es, a través del mismo medio que difundió esas falsedades, de lo dicho contra mí en este artículo o en su defecto demuestre documentalmente mi participación de cualquier índole en alguna corporación distinta a la señalada anteriormente. En caso contrario, entenderán que, aunque no es de mi estilo, deberé acudir a las instancias de protección de la ley para restablecer mi buen nombre, el cual, en más de 40 años de servicio público, jamás ha tenido mácula alguna.
Atentamente,
Ignacio Mantilla Prada
Exrector Universidad Nacional de Colombia