La guerra fría entre el Gobierno y la oposición por el 14 de febrero
Crédito: Fotoilustración de Yamith Mariño
El presidente convocó a las “fuerzas de Gobierno” a discutir las reformas en las calles el 14 de febrero, mismo día del ‘paro nacional’ programado por la oposición. La volatilidad de la jornada tiene a ambos bandos reconsiderando la fecha.
La ambiciosa agenda de reformas que pretende dejar aprobada el Gobierno este 2023 tiene al gabinete y al mismo presidente enfrentando críticas por el contenido de las iniciativas, o por la ausencia de información clara sobre las mismas.
Es el caso de la reforma al sistema de salud, una de las más controversiales y radicales, de la cual no se ha conocido un documento oficial pero que ya ha generado divisiones entre los mismos ministros.
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En medio de la turbulencia, el pasado 20 de enero el presidente Petro le hizo un llamado a las “fuerzas de Gobierno” a través de su cuenta de Twitter para “discutir en las calles las reformas que se avecinan”.
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“La laboral para más estabilidad en el trabajo, la pensional para que ningún viejo muera de frio en la calle, la de salud para volverla un derecho real (…) Porque la sociedad debe discutir las reformas, los invito a acompañarme en la plaza pública este 14 de febrero y el primero de mayo” escribió el presidente.
Con el anuncio de Petro, el 14 de febrero se volvió una fecha en disputa para ver quién convoca más personas en las calles, pues la oposición, principalmente el Centro Democrático, ya había programado marchas en todo el país para ese mismo día.
Las marchas y contramarchas en las primeras semanas de febrero obedecen a que el 7 de ese mes los congresistas volverán al Capitolio para sesionar de manera extraordinaria a discutir el paquete de iniciativas legislativas.
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La convocatoria del presidente no cayó nada bien entre la oposición y sectores independientes, como el caso de la senadora Paloma Valencia, quien expresó que el llamado de Petro “es un desafío innecesario”. En la misma línea, María Fernanda Cabal dijo que “la pasión de Petro no es por las calles sino por la anarquía” y el senador David Luna, de Cambio Radical, le pidió al mandatario asumir la responsabilidad de gobernar y entender “que ya no está en campaña”.
Los planes del Gobierno para el martes 14 de febrero tienen a la oposición evaluando si es conveniente cambiar la fecha de su ‘paro nacional’ para el 21 de febrero, pensando, por un lado, en que no haya lugar a enfrentamientos violentos en las calles, y por otro, que sus reclamos sean opacados por las movilizaciones del petrismo.
Uno de los que ha promocionado activamente las marchas opositoras es el representante Miguel Polo Polo, quien desde el anuncio del presidente ha cuestionado si esto obedece a una estrategia “para sembrar terror” y expresó que “responsabilizaba a Petro por cualquier cosa que les pase a los manifestantes”.
La oposición también quiere ganar más tiempo para buscar el apoyo de otros sectores como el gremio de los taxistas y camioneros. Incluso, el mismo Polo Polo ha invitado a las organizaciones de estudiantes universitarios a unirse al paro, pero según fuentes consultadas por CAMBIO, los estudiantes no saldrían a marchar junto con el Centro Democrático ni sectores de derecha.
El Gobierno y el Pacto Histórico también barajan cambiar la fecha
Después del llamado del presidente, varias figuras del Pacto Histórico han anunciado públicamente su respaldo y presencia en las marchas, como la senadora María José Pizarro, el presidente de la Cámara, David Racero y el excongresista Gustavo Bolívar. También lo han hecho funcionarios como Luis Fernando Velasco, consejero presidencial para las regiones, y la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez.
Sin embargo, según le dijeron a CAMBIO fuentes cercanas al Pacto Histórico, hay reservas en algunos sectores de esta colectividad hacia la idea de salir a las calles el mismo día que la oposición por las probabilidades de confrontaciones y violencia que tengan el efecto contrario a lo que pretende el Gobierno.
Uno de los que ha dado muestras de esa preocupación es el presidente del Congreso, Roy Barreras, quien dijo lo siguiente el pasado 23 de enero:
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“Hago un llamado a la tranquilidad para que grupos extremos no aprovechen las marchas el mismo día”, escribió el senador en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el ministro Alfonso Prada también ha sido cauteloso con la propuesta del presidente, y así lo dejó ver en el pronunciamiento público que hizo el pasado lunes. Allí, Prada dejó abierta la posibilidad de cambiar las fechas:
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"Podemos hacerla los días anteriores o los días posteriores", dijo el ministro del Interior.
La decisión final se tomaría entre este 24 y 25 de enero, días en los que el Pacto Histórico y los ministros estarán en una cumbre desarrollada en Paipa, Boyacá, para socializar el contenido de las reformas con los congresistas y tratar otros temas. El presidente no estará presente, pues viajó a Buenos Aires a la cumbre de la Celac.
En el caso de las otras fuerzas políticas que integran la coalición de Gobierno, también ven con desconfianza el llamado del presidente a discutir las reformas en la plaza pública. El senador de la Centro Esperanza, Humberto de la Calle afirmó que “cambiar la reflexión sobre temas complejos por la estadística de la algarabía en las calles es un retroceso democrático”.
La representante por el Partido Verde, Katherine Miranda también criticó la propuesta y dijo que “antes de salir a marchar en contra o a favor de las reformas, lo mínimo que pido es conocerlas”.
Lo cierto es que el único partido de la coalición de Gobierno que marchará el 14 de febrero será el Pacto Histórico, ni los liberales, ni los verdes y mucho menos el Partido Conservador y el Partido de la U saldrá a la plaza pública.