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Las reformas del Gobierno 'duermen' al ritmo lento del Congreso
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En las tres semanas que lleva la nueva legislatura, ninguna de las reformas sociales del Gobierno ha sido discutida y los debates sobre otros proyectos escasean. ¿Por qué el Congreso anda a paso de tortuga?
Por: Redacción Cambio

El agitado ambiente político de los últimos días contrasta con el paso lento del Congreso, que ya completa tres semanas de sesiones ordinarias después de ser instalado por el presidente Gustavo Petro el pasado 20 de julio. En ninguna de las agendas legislativas de lo que va de este semestre han aparecido las tres reformas sociales con las que el Gobierno insistirá, a pesar de las controversias que han generado entre las bancadas: reforma laboral, reforma a la salud y reforma pensional.
Al final de la legislatura pasada y con los flojos resultados para el Gobierno en evidencia, la instrucción del Ejecutivo fue enfilar fuerzas para que en el nuevo round en el Congreso los tres proyectos insignia del presidente Petro tuvieran más chances de sobrevivir en un periodo hostil marcado por la campaña electoral. Sin embargo, en la Casa de Nariño nadie pudo anticipar que el escándalo de Nicolás Petro y Day Vásquez iba a alcanzar su clímax justo en el momento más desafiante para la gobernabilidad del presidente.
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Mientras que el alto Gobierno se ha visto obligado a defender su legitimidad, empezando por Gustavo Petro, en el Capitolio Nacional la agenda parece ir a paso de tortuga casi 20 días después de reiniciar labores. Ni la reforma laboral, ni la pensional ni mucho menos la de salud han aparecido agendadas y nuevamente el fantasma del tiempo, además de la carestía de votos, vuelve a asustar al Ejecutivo.
La primera semana de esta legislatura se concentró en la disputa por las mesas directivas de las comisiones del Congreso, al final de la cual el Gobierno tuvo resultados agridulces. Las más sonoras derrotas fueron la victoria de Iván Name en la presidencia del Senado y la del conservador Germán Blanco en la Comisión Primera.
Luego vino la segunda semana, mediada por el caso Nicolás Petro: pronunciamientos de congresistas, legisladores en las regiones acompañando a sus candidatos a inscribir sus aspiraciones, denuncias en la Comisión de Acusaciones y pocos debates en el Legislativo.
En los primeros puestos del orden del día de comisiones y plenarias aparecieron proyectos como la declaración de Piedecuesta como patrimonio histórico y la declaración de Montelíbano, Córdoba, como "capital niquelera de América". Durante la semana del 31 de julio al 4 de agosto en la Cámara de Representantes apenas hubo seis sesiones de comisiones y una plenaria, y en el Senado cuatro sesiones de comisiones y dos plenarias.
Y ahora, para la semana que se inició este 8 de agosto y que irá hasta el 11, la agenda se llenó de debates de control político a ministros del gabinete de Gustavo Petro como Álvaro Leyva, por la controversial licitación de pasaportes; Gloria Inés Ramírez, Iván Velásquez y Luis Fernando Velasco, por la baja ejecución presupuestal de sus carteras. De hecho, el mismo Velasco reconoció en su intervención en la Comisión Tercera que está inconforme con la ejecución del Ministerio del Interior, el cual dirige.
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“Cuando llegué hace tres meses teníamos una discusión bastante deficiente. La hemos mejorado, pero no estoy contento”, dijo Velasco.
Los mismos congresistas del Pacto Histórico citaron a los ministros a rendir cuentas, lo que consumirá el tiempo de las sesiones durante toda la semana.
El poco avance del trámite legislativo en el Congreso también se explica por los cálculos realistas del Gobierno sobre la dificultad para encontrar los votos para respaldar sus reformas. Ni Petro, ni Velasco quieren arriesgarse a nuevas derrotas que develen aún más el poco margen de maniobra que tienen ahora mismo en el Legislativo, y esperan a que el diálogo entre los ministerios, los grupos de interés y las fuerzas políticas evolucionen. "La pelea está más en lo político que en lo técnico", dijo un congresista del Partido de La U sobre la reforma a la salud que está a la espera de de su segundo debate en la plenaria de la Cámara.
El presidente Petro ha tratado de calmar las aguas. Tanto en el discurso improvisado del 20 de julio como en el que escribió para el 7 de agosto insistió en llegar a un "acuerdo nacional".
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"Aquí no se trata de que el Gobierno se salga con la suya, entre comillas; de pronto solos llegamos más rápido, pero juntos llegamos mucho más lejos. Colombia no necesita fracturas, necesita ese acuerdo nacional que traiga la paz. Colombia no necesita de odios, de odios nos hemos matado desde que se fundó la república", dijo Petro.
Además, el sonado remezón ministerial que se esperaba para antes del 7 de agosto y en el que por lo menos saldrían tres ministros (entre ellos Luis Fernando Velasco) no se produjo, lo cual evitó otro síntoma de crisis y que se dificultara aún más el diálogo entre el alto Gobierno y las fuerzas políticas.
