La dificultad que representan los nuevos obstáculos impuestos por el ELN para reanudar la negociación
8 Noviembre 2024 05:11 am

La dificultad que representan los nuevos obstáculos impuestos por el ELN para reanudar la negociación

Antonio García, comandante del ELN; Gustavo Petro, presidente de Colombia.

Crédito: Colprensa

La guerrilla afirma que el horizonte del proceso de paz debe ser el de “una sociedad poscapitalista” y duda que se logre un acuerdo antes de que finalice el Gobierno del presidente Petro. Análisis.

Por: Armando Neira

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

El Ejército de Liberación Nacional (ELN), endureció su postura para reanudar las conversaciones de paz en el encuentro extraordinario con la delegación del Gobierno nacional en Caracas. No hubo un mea culpa por los ataques contra una base militar en Arauca, el asesinato de miembros de la fuerza pública mediante francotiradores ni las voladuras del oleoducto. Por el contrario, la guerrilla llegó con un discurso más confrontativo.

Cambio Colombia

El ELN entregó a su contraparte un documento llamado “declaración de principios”, que compartió con los países garantes, la ONU y la Conferencia Episcopal de Colombia.

En primer lugar, el ELN planteó que su objetivo para el proceso de paz es una “sociedad poscapitalista”. Con este primer punto dejó gravitando en el ambiente político nuevos interrogantes: ¿Qué significa esto? ¿Se va a negociar el modelo económico con esta guerrilla?

A reglón seguido, la guerrilla afirmó que “la democratización” debe ser uno de los objetivos fundamentales de la mesa de negociación, entendida como un propósito nacional que debe incluir transiciones hacia una nueva forma de gobernanza.

Así las cosas, plantearon avanzar hacia un Acuerdo Nacional que impulse la democratización en Colombia, en el que resaltan la importancia de una visión común de paz que guíe la solución política del conflicto armado.

 

ELNDe hecho, propusieron un “nuevo modelo de negociación” y señalaron que “la meta para 2026 es avanzar lo máximo posible”. 

¿En qué queda la paz total sin el ELN?

Con esta tesis, la guerrilla deja en suspenso una de las prioridades del presidente Petro, que es lograr la paz total.

Para este especialista, “los reflectores, en todo caso, deben dirigirse no tanto a la ‘voluntad de paz del ELN’, que finalmente es la parte ilegal, sino al Gobierno nacional, a su incapacidad de diseñar y llevar a cabo adecuadamente ese proceso de negociación”.

De hecho, fuentes del Gobierno afirman que el ELN pretende extender este proceso de paz hasta el próximo gobierno. Por ello, puso en el congelador su participación en la mesa de negociación durante seis meses, entre mayo y noviembre de este año, para tensar la dinámica de las negociaciones y mostrar que no tiene prisa.

ELN

Pero, ¿es posible dejar un acuerdo a medias? “Ya veremos si el próximo gobierno tiene interés en continuar este proceso, que por ahora debe ceñirse a la participación acordada en mayo pasado y avanzar en concertar transformaciones que le den forma a un acuerdo de paz”, respondió una fuente en el Gobierno.

Así mismo, desde el Gobierno se expresa el deseo de que esta reunión en Caracas reactive la mesa y el proceso, aunque reconocen con preocupación que “el tiempo corre”.

El lento avance de las negociaciones

El analista Gabriel Cifuentes consideró que estos nuevos anuncios del ELN eran absolutamente predecibles; no han dicho nada que no se pudiera anticipar, dado el lento avance de las negociaciones, el corto tiempo disponible y las dificultades que este tipo de procesos requieren, que a menudo exigen tiempo prolongado.

“Bajo ningún supuesto sugiero que se deba prolongar el mandato de Petro o que una paz bien lograda no pueda alcanzarse en un periodo de cuatro años; sin embargo, ocho años brindan un margen generoso para negociar sin las presiones del calendario electoral, además de un tiempo para la implementación y estabilización de lo acordado, lo que reduce el riesgo de que un nuevo gobierno revierta los avances”, explicó Cifuentes.

En efecto, todo proceso, después de negociarse, requiere de un periodo de asentamiento y estabilidad. Sin esa perspectiva clara, es evidente que las partes, especialmente la guerrilla, en lugar de tener prisa optan por mantener un compás de espera que permita ver si el próximo gobierno permanecerá o no en la mesa de negociaciones.

Este compás de espera le da más fuerza al ELN, ya que, paradójicamente, el tiempo juega en contra del Gobierno. Así, aunque sea predecible y la noticia no traiga sorpresas, el impacto para la administración es considerable, sobre todo para una de sus principales banderas: la paz total.

Es improbable que este Gobierno cumpla en sus cuatro años la promesa de paz total ni logre avances significativos en las negociaciones con los grupos armados. Por el contrario, la sensación es que ha habido un deterioro en el orden público sin una expectativa real de que los grupos con los que se negocia cesen sus actividades delictivas.

El valor político de alcanzar un acuerdo con el ELN

“El tema del ELN es especialmente sensible para el Gobierno porque es el grupo más importante desde un punto de vista simbólico y político. Una paz total sin el ELN es una paz incompleta”, dijo Cifuentes.

“Cualquier avance en los otros frentes, que de por sí no están tan claros, serán victorias pírricas dentro de un proyecto que desde el inicio fue demasiado ambicioso y grandilocuente. Otra particularidad es que, a diferencia de otros problemas e incumplimientos del Gobierno, en este caso no será posible culpar al establecimiento político, a los partidos, a los medios, empresarios ni a otros actores, que suelen ser señalados como responsables de las fallas del Gobierno”, añadió este experto.

Vera Grabe y el senador Iván Cepeda, miembros del equipo negociador del Gobierno.

Carlos Arturo Velandia, quien fue miembro del ELN bajo el alias de Felipe Torres y hoy es analista del conflicto, comentó que “esta declaración de principios, presentada supuestamente con un espíritu de superación de las dificultades, ante la delegación del grupo de países amigos, observadores y garantes internacionales, es como una exposición de ingredientes de una receta que debería llevar a una solución política del conflicto y sentar las bases de una paz duradera”.

Para Velandia, “con esa receta no se logrará absolutamente nada. Primero, porque plantear una sociedad poscapitalista como horizonte del proceso de paz, y como uno de sus ingredientes principales, resulta sumamente confuso y da pie a la especulación: ¿qué es una sociedad poscapitalista? Obviamente, no se refiere al primitivismo, pero podría sugerir el socialismo”.

“¿Es posible que el socialismo surja de una mesa pactada entre el Gobierno y una guerrilla? Esto es absurdo. Es bueno que el ELN tenga claras sus aspiraciones, pero estos no son principios de un proceso de paz, ya que los principios deben ser acordados por todas las partes. No creo que la sociedad o el Gobierno colombiano pretendan que el objetivo del proceso sea una sociedad poscapitalista; estas son las aspiraciones del ELN, no las del Gobierno ni de la sociedad colombiana”, dijo Velandia.

El ELN toma, otra vez, la iniciativa

Luis Trejos, profesor de la Universidad del Norte y analista de paz, consideró que este anuncio no debe causar sorpresa, dado que cuando el Gobierno accedió a suscribir el Acuerdo de México, sabía que la negociación con el ELN tendría una duración indefinida.

Según Trejos, en esta ocasión “el ELN retoma la iniciativa de la negociación no solo porque convoca al Gobierno a esta reunión, sino porque también impone metodologías y nuevos temas en la agenda”.

En este sentido, se esperaría que el Gobierno no acepte sin cuestionamientos esta iniciativa del ELN y trace líneas rojas, condicionando la continuidad de las negociaciones a que el ELN no solo cese el fuego contra la fuerza pública, sino que también detenga sus hostilidades contra comunidades civiles y limite su participación en economías ilegales, como la extorsión y los ataques sistemáticos a la infraestructura petrolera con fines extorsivos, añadió el experto.

El presidente Gustavo Petro

Sin embargo, ahora las partes vuelven a reunirse y el Gobierno se encuentra con una nueva serie de exigencias del ELN.

En una reciente entrevista con CAMBIO, Gerson Arias, investigador de la Fundación Ideas para la Paz (FIP) y uno de los estudiosos que ha seguido diariamente el proceso más importante de la llamada Paz Total, ya había advertido que "el Gobierno de Petro terminará y el ELN no habrá entregado las armas’

La información parcial que se tiene del Sexto Congreso del ELN es que, en efecto, esto será así. En ese encuentro, que fue en el primer semestre de 2024, hubo al menos dos tipos de discusiones. El primero era sobre lo que iba a pasar en Venezuela con las elecciones, entendiendo obviamente que la defensa de la revolución bolivariana es un objetivo estratégico. El segundo punto fue el estado actual de las negociaciones, y una de las conclusiones que se recogieron es que la falta de cumplimiento de los acuerdos por parte del Gobierno de Petro muestra que no será posible llegar a un cierre de la negociación”, le dijo Arias a CAMBIO.
 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí