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Los retos del nuevo comandante general de las Fuerzas Militares
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La historia cuenta que cuando el Comando General de las Fuerzas Militares ha estado bajo el liderazgo de un almirante de la Armada, ha habido constantes diferencias, en especial con los integrantes del Ejército Nacional. La llegada de Francisco Cubides al mando viene con desafíos y preguntas.
Por: Redacción Cambio
Es atípico que las Fuerzas Armadas de Colombia estén bajo el mando de un almirante de la Armada. Cuando esto ocurre hay cierto recelo entre los oficiales porque se cree que un miembro de la Armada tiene un vasto conocimiento de operaciones en mar y río, pero no en misiones en tierra, donde los altos mandos del Ejército cuentan con más experiencia en la lucha contra las organizaciones ilegales.
Para hablar de cómo han sido las relaciones en las Fuerzas Militares bajo el mando de un alto oficial de la Armada, se debe comenzar con lo ocurrido en marzo de 1996, cuando el general Camilo Zúñiga Chaparro solicitó su retiro como comandante, al parecer por razones personales, y en su reemplazo el presidente Ernesto Samper nombró al almirante Holdan Delgado. La decisión tomó por sorpresa a los altos mandos del Ejército y fue visto como un resquebrajamiento de la relación con el jefe de Estado.
En el momento de la salida de Zúñiga Chaparro, el Ejército estaba en la tarea de implementar el Plan Horizonte, que definió los cambios en los mandos militares.
“La salida del general Zúñiga fue vista como un error estratégico, ante los cambios que se debían presentar en las direcciones de brigadas y divisiones que fueron reorganizadas en el país”, recuerda un alto oficial.
A pesar de la tensión entre las fuerzas, el almirante Delgado continuó con las tareas dejadas del general Zúñiga, reorganizando las tropas y fortaleciendo el trabajo institucional hasta la salida del gobierno del presidente Samper en 1998.
Una nueva apuesta
Unos días antes de su posesión en 2018, el presidente Juan Manuel Santos sorprendió con el nombramiento del almirante Hernando Cely como su comandante general de las Fuerzas Militares, designación que en un comienzo se dio como un proceso normal, ya que era el segundo del general Fredy Padilla de León, quien estuvo en el cargo en la administración de Álvaro Uribe.
Las relaciones de mando con sus compañeros de cúpula parecía que avanzaban de manera óptima, pero algunas decisiones operacionales que llevaron a fracasos obligaron al presidente Santos a nombrar al general Alejandro Navas como nuevo comandante a finales de 2019.
Durante los siguientes 11 años, el alto mando quedó en manos de un oficial del Ejército, dándole prioridad a la experiencia operacional de los generales que lograron importantes golpes que llevaron al acuerdo de paz con las extintas Farc.
La Armada vuelve al mando
En la mañana del miércoles 3 de julio, el presidente Gustavo Petro volvió a dejar en manos del almirante Francisco Cubides el mando de los cerca de 500.000 hombres de las Fuerzas Militares.
Designación que no tomó por sorpresa a los uniformados, al reconocer el lobby que el alto oficial de la Armada realizó en los pasillos de la Casa de Nariño para ser nombrado en el cargo.
“El nombramiento del almirante Cubides, se escuchaba por los pasillos del edificio Fortaleza, sede de las Fuerzas Militares, designación que para muchos no se veía creíble, por ser una persona experta en temas de seguridad en agua y no en tierra”, afirma un general que pidió reserva en su nombre.
Por su parte, un excomandante de las Fuerzas Militares afirmó que esta decisión es potestad del presidente, comandante supremo, quien puede designar los altos oficiales que le brindan confianza y que cumplen sus órdenes para garantizar la seguridad de la nación.
“Desde la misma escuela de formación están establecidos cursos con integrantes de las diferentes fuerzas, para tener los mismos conceptos, con el objetivo de conocer de las operaciones conjuntas, y cómo es el mando para realizar operaciones”, enfatizó.
En opinión de un excomandante de la Armada, “el nuevo comandante puede tener las mejores intenciones, trabajar en equipo, pero su estrategia es diferente al de un general del Ejército que ha tenido más experiencia en la lucha contra la insurgencia”.
Retos del nuevo comandante
Para los ex altos oficiales que hablaron con CAMBIO, la primera tarea es generar credibilidad entre sus subordinados como comandante general, demostrando sus capacidades por el que fue nombrado en el cargo y dar instrucciones claras para las tareas operacionales en zonas donde hay alteraciones del orden público.
“Su tarea es tener clara las operaciones que deben realizar todos los uniformados bajo su mando, con el principal objetivo de devolver la tranquilidad a miles de colombianos que deben vivir en la incertidumbre por la presencia de grupos ilegales”, afirmó el excomandante de la Armada.
La otra tarea es aumentar las capacidades que se han perdido por el paso de los años de varios de los equipos que utilizan las Fuerzas Militares y fortalecer el espíritu constitucional en defensa de las instituciones en el país.