Las presidencias del Congreso: el nuevo dolor de cabeza para el Gobierno

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24 Junio 2024 06:06 am

Las presidencias del Congreso: el nuevo dolor de cabeza para el Gobierno

En un mes el Congreso elegirá a sus nuevos presidentes. El Gobierno la está viendo difícil para mantener un aliado leal en la Cámara y otro flexible en el Senado. Desde la cartera política ya se hizo un llamado a buscar un acuerdo.

Por: Andrés Mateo Muñoz

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Aunque la resaca por el cierre de la segunda legislatura sigue vigente, los congresistas ya están pensando en el próximo periodo que arranca el 20 de julio. La puja por las presidencias de Senado y Cámara tienen a tres candidatos haciendo lobby y al Gobierno evaluando el tablero para saber cómo moverse y evitar una derrota.

El 20 de julio de 2023 fue una jornada de alta tensión para el Gobierno. A diferencia de años anteriores, la presidencia del Congreso estaba en veremos. Minutos antes de la plenaria del Senado, nadie sabía con certeza quién sería la nueva cabeza del poder Legislativo. En la baraja estaba Inti Asprilla, Angélica Lozano e Iván Name. Al final, los senadores eligieron a Name y derrotaron al Gobierno, que apoyó tímidamente a Asprilla, y a los independientes, que habían respaldado a Lozano.

Para la próxima legislatura, la presidencia del Congreso parece estar definida y no habrá lugar a sorpresas de última hora. Efraín ‘Fincho’ Cepeda, el curtido político conservador, fue ratificado como el candidato único de su partido para ser presidente del Senado. Cepeda también recibió el respaldo del Partido de la U y el Partido Liberal. Con esto, Fincho tiene en el bolsillo al menos 50 de 54 votos necesarios para ganar la presidencia.

Comunicado Partido de La U

En la carta de respaldo de los conservadores hacia el senador Cepeda está la firma de Carlos Andrés Trujillo, el congresista godo más cercano al Gobierno. Aunque en el último mes crecieron los rumores sobre una aspiración de Trujillo a la presidencia del Congreso, el senador antioqueño le dio su apoyo a Fincho y se descarta una candidatura paralela, por lo menos hasta ahora. 

Las señales de diplomacia hacia la bancada conservadora también llegaron por cuenta del ministro del Interior, Luis Fernando Velasco. El jefe de la cartera política propuso hacer un acuerdo nacional con bancadas independientes para ponerlas del lado del Gobierno.

“No significa que estemos ciento por ciento de acuerdo, pero hay que hacer el debate. El Gobierno debe tener las mayorías y mantener unas buenas relaciones con los congresistas y así muchas propuestas saldrán adelante”, dijo Velasco. 

Las palabras del ministro anticipan que la intención de la Casa de Nariño no será la de entorpecer la candidatura de Efraín Cepeda, aunque la labor de limar asperezas será difícil. En las dos últimas legislaturas, el Gobierno supo fragmentar la bancada conservadora con hábiles operadores políticos como Trujillo y Ape Cuello. Ambos han puesto en tela de juicio la autoridad de Cepeda y la disciplina de la bancada, al mismo tiempo que le han dado una mano al Ejecutivo haciendo quórum en varios debates.

Además, el Gobierno sabe, y el último año fue prueba de ello, que en el Senado le toca jugar de visitante, a diferencia de la Cámara. La reforma a la salud y la reforma a la educación se hundieron por el costoso peaje que pusieron las comisiones del Senado.

La pelea será por la presidencia de la Cámara

Aunque en el Senado el desenlace de la elección de presidente parece estar definida, en la Cámara de Representantes la puja será de voto finish. Hasta hace unos días, la única candidata fuerte era la representante verde Katherine Miranda. La congresista bogotana se ha distanciado del Gobierno en el último año con fuertes críticas al presidente Petro y su gabinete.

“Decido presentarme a la presidencia de la Cámara de Representantes porque este es mi segundo periodo legislativo, tengo la experiencia, el conocimiento y el respeto por parte de mis compañeros. Siempre catalogada como una de las mejores congresistas de este país”, dijo la representante Miranda.

La congresista ha dejado claro que su objetivo es mantener la independencia de la Cámara respecto al poder Ejecutivo y que esta no se convierta en una “apéndice” de la Casa de Nariño. Sin embargo, Katherine Miranda tampoco es partidaria de un bloqueo institucional o de renunciar al trabajo armónico con el Gobierno.

Alrededor de la representante Miranda se pueden agrupar los votos de las bancadas de oposición y de una parte de la bancada de la Alianza Verde, así como de los independientes. Sin embargo, la crisis de esa colectividad, por la polarización interna y las renuncias de Claudia López y Antanas Mockus, generaron que a Miranda le saliera competencia de su mismo partido: Martha Alfonso.

Alfonso, representante por el Tolima, ha sido una de las congresistas estrella de la agenda del Gobierno. Asumió liderazgo en la discusión de la reforma a la salud y fue ponente de la reforma pensional. 

“Estamos listas para asumir esta dignidad dando garantías a la oposición, a los independientes y a la coalición de Gobierno para los debates políticos y legislativos que el país necesita”, dijo Martha Alfonso.

La aspiración de la representante tolimense apareció como un mensaje del Gobierno de hacerle frente a la aspiración de Miranda y evitar que en ambas cámaras del Congreso queden al mando congresistas críticos con el presidente. “Si quedan Cepeda y Miranda no se va a mover ni una aguja”, dijo un senador liberal.

Alfonso tendría garantizado el apoyo del Pacto Histórico, Comunes y al menos 25 liberales. No obstante, no es suficiente para ganar la presidencia de la Cámara. A la representante le toca conseguir el respaldo de las bancadas independientes, como los conservadores y la U.

La preocupación dentro de la coalición de Gobierno es que en la Cámara suceda lo mismo que el año pasado en el Senado. Si ninguna de las dos aspiraciones que hay en el momento logra conseguir el consenso suficiente, puede aparecer una sorpresiva tercera candidatura que no brinde las mismas garantías para la agenda del Ejecutivo. En el sonajero está, por ejemplo, el representante boyacense Wilmer Castellanos, cercano al gobernador Carlos Amaya, quien todavía es otro de los poderosos dentro del Partido Verde.

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