Los nueve puntos del acuerdo nacional: ¿Por qué Petro no los ejecuta y se evita la constituyente?

Crédito: Foto Colprensa.

12 Julio 2024 06:07 am

Los nueve puntos del acuerdo nacional: ¿Por qué Petro no los ejecuta y se evita la constituyente?

El presidente insiste en la importancia del “poder constituyente” para conseguir sus reformas. ¿Es necesario llegar a esa instancia?

Por: Armando Neira

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Hubo una época en Colombia a la que se le bautizó como Patria Boba. Fue el periodo comprendido entre 1810 y 1819 en el que se impuso una estéril confrontación entre federalistas y centralistas. ¿Cómo sería de pobre el avance del país en esa etapa para que los historiadores la bautizaran así?

El país político hoy parece estar como corcho en un remolino por la propuesta del presidente Gustavo Petro de buscar una modificación a la Carta Magna, paso necesario -justifica él- para lograr los avances sociales prometidos en campaña.

Este miércoles, León Valencia, director de la Fundación Paz y Reconciliación aseguró: “No creo que sea viable una constituyente en el Gobierno Petro, pero es un planteamiento inteligente a mediano plazo”. El jefe de Estado le respondió: “A mí no me interesa si el poder constituyente se concreta en mi gobierno o después, eso lo determina la gente misma; me interesa que se convoque ya, que el pueblo se declare en poder”.

Y ahí de nuevo empezó otra discusión. ¿Qué significa eso?

Para Valencia “la constituyente es una estrategia inteligente de mediano plazo para abrir espacio a las reformas sociales y complementar la Constitución del 91 que nadie refuta, pero que quedó coja, fue una avanzada en la política, pero no tocó lo que fueron las estructuras económicas y sociales anquilosadas, por eso tenemos sindicalismo, estructuras sociales con condiciones laborales más propias del siglo XX y, por eso, se necesita un empujón para la reforma social”.

La propuesta del presidente Petro es el “poder constituyente”

El presidente, por su parte, ha propuesto nueve puntos para la discusión. “Primero que una constituyente es el poder constituyente y el Acuerdo Nacional sobre los temas”, dijo.

Y añadió: "Propongo:
1. Garantía inmediata al derecho universal a la educación, la salud y las pensiones.
2. Nuevo ordenamiento territorial.
3. El desarrollo económico y social de los territorios excluidos.
4. La reforma agraria.
5. La adaptación a la crisis climática.
6 La reforma a la justicia.
7. La reforma política.
8. El pacto por una economía productiva.
9 La verdad judicial y el perdón social para una paz definitiva".

Las reacciones han sido múltiples. Ha habido dos cartas, una proveniente de académicos, exministros y analistas, entre otros; y otra de exconstituyentes del 91. En ambas rechazan la propuesta de una posible Asamblea Nacional Constituyente.

La primera carta, titulada 'No a la Asamblea Nacional Constituyente', fue suscrita por más de 200 personalidades, entre ellos, la excanciller Carolina Barco y el exministro Carlos Holguín, quienes defiende el texto de 1991. 

La segunda carta, titulada 'Protejamos, desarrollemos y hagamos valer la Constitución de 1991', está firmada por nueve exconstituyentes de ese histórico 1991: Gustavo Zafra, Hernando Herrera, Jaime Castro, Juan Carlos Esguerra, Carlos Rodado, Angelino Garzón, Álvaro Echeverry, Antonio Galán y Guillermo Ospina, quienes insisten en la amplitud y pluralidad de la Constitución vigente y rechazan la tesis del Gobierno de que el Acuerdo de Paz con las Farc abriría la puerta para un proceso de este tipo.

En ambas hay sendas coincidencias: los firmantes sostienen que existen otros mecanismos democráticos para proponer cambios, como el Congreso y herramientas de participación ciudadana; y en ambas se expresan los riesgos que una constituyente podría generar al país, entre otros, inestabilidad institucional y política.

Ante estas misivas, el presidente Petro respondió: “El poder constituyente no lo convocan las personalidades. Eso es un contrasentido. El poder constituyente lo convoca el pueblo. El pueblo es el dueño del poder”.

Diversos analistas coinciden en la dificultad para aterrizar este concepto. ¿Eso cómo se hace? ¿Un grupo de ciudadanos se reúne en un parque, en la esquina de la cuadra, en un salón comunal y se declara en poder constituyente? ¿Y luego qué?

Para Fabio Zambrano, historiador y profesor del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales, Iepri, de la Universidad Nacional, lo que está haciendo Petro es creando de manera deliberada una nueva 'patria boba' para luego él salir como “El Salvador de la confusión”.

“Desde 1811 hasta 1815, cuando se aprueban unas 15 constituciones, las discusiones sobre en quién recae la legitimidad del naciente sistema republicano fueron permanentes”, explica el profesor Zambrano.

Para él, en estos años de la Patria Boba se sembraron las dudas sobre quién podía hacer parte del pueblo y de cómo expresaba su poder. Luego del interregno de la reconquista española, todas las dudas y discusiones quedaron superadas con la Constitución de 1821.

“Allí, en nuestra primera constitución republicana quedó claro quién es el pueblo y que en él reside la legitimidad de la república. Desde entonces, hasta 1991, ha habido un esfuerzo por ampliar la definición del pueblo y consolidar la legitimidad de la república. El ruido que hoy se escucha sobre este tema en el fondo busca poner en duda la base del sistema republicano, como es el de la legitimidad”, asegura Zambrano.

Una discusión estéril a dos años de finalizar el gobierno de Petro

El historiador Zambrano lamenta la pérdida de tiempo en la ejecución de las políticas públicas por parte del gobierno del Pacto Histórico mientras dedica días y noches a hablar de un tema que para los ciudadanos de a pie es intangible en medio de los dramas reales que los rodean.

De ahí que el exconstituyente y profesor de la Universidad Javeriana, Gustavo Zafra, afirme que si el presidente se propone sacar adelante los puntos planteados puede hacerlo con los instrumentos que hoy tiene a su alcance.

“En mitad de un gobierno, dice, los puntos 1 a 8 de documento que se divulga por X de presidencia son ejecutables si aprovecha el Plan de Desarrollo, las reformas ya aprobadas por el Congreso. Todo sin enredarse en reformas a la justicia y a los partidos que no tienen la gobernanza ni la credibilidad para hacerlas”.

Y muestra su preocupación por el punto nueve. “Ese es un salto al vacío contra lo que establece el Estatuto de Roma”. 

A ese docente, como a otros, les alarma que “la verdad judicial y el perdón social para una paz definitiva” pase por acuerdos con las organizaciones armadas que no tienen legitimidad política.

Los analistas dicen que en determinado momento se podría “incluso conversar” con hombres como Antonio García, número uno del Ejército de Liberación Nacional, ELN; e Iván Márquez, comandante de la Segunda Marquetalia, quienes se han expresado a favor de una constituyente. Pero, ¿cómo justificar la inclusión de grupos no políticos como el Clan del Golfo o las bandas criminales de Medellín?

Por eso, Zafra se atreve a darle una respetuosa sugerencia al presidente Petro: Que se centre en trabajar en los primeros ocho puntos con los instrumentos que tiene en los dos años que le quedan de gobierno. 

El presidente Petro habla de noches de terror y sangre

Mientras tanto, el tiempo pasa y el presidente Petro aumenta la crítica contra aquellos que rechazan su propuesta. El último sector fue el de los camioneros. La Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar) publicó, hace unas horas, una carta en la que mostró sus reparos a una posible constituyente.

“La extrema derecha se lanza en contra de la constituyente porque saben que el pueblo no va a retroceder a la sangre y el terror de las noches. A la sierra eléctrica”, respondió el mandatario en su cuenta de X. 

“En el marco del Estado Social de derecho se debe promover la libre expresión, el libre pensamiento y el libre debate democrático. Las polarizaciones especialmente aquellas que quieren generar la idea de que los empresarios son representantes de un grupo ideológico o político en particular no solo son totalmente equivocadas, sino inaceptables por las consecuencias que pudieran tener frente a la sociedad”, aseguró ante esto el Consejo Gremial Nacional.

Mientras Rodrigo Uprimny, también docente de la Universidad Nacional, reflexionó: “Según este trino, quienes tengamos reparos a una asamblea constituyente somos de extrema derecha y amigos de la violencia. No es la forma, presidente Petro, de debatir sobre la posibilidad de una asamblea constituyente y menos de buscar un acuerdo nacional”.

El profesor Yann Basset, doctor en Ciencias Políticas del Instituto de Altos Estudios de América Latina de la Universidad París III – Sorbonne Nouvelle, resumió en un irónico comentario esta nueva etapa de la historia de Colombia que se asemeja a la Patria Boba: “El poder constituyente no ha sido convocado. Ningún poder constituido puede convocar el poder constituyente. El poder constituyente se autoconvoca. ¿O no era así?”.

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