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‘Se nos acabó la vida desde que RTVC nos acusó de querer matar a Petro’: habla la familia del supuesto conspirador para asesinar al presidente
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CAMBIO habló con la familia de Brandon Zuluaga Castro, el joven a quien señalaron de ser uno de los responsables del supuesto plan para asesinar al presidente Gustavo Petro. Los Zuluaga aseguran vivir una pesadilla, negaron cualquier relación con una operación mafiosa internacional y piden a los medios públicos una retractación para limpiar su nombre.
Por: Andrés Mateo Muñoz
Los Zuluaga Castro -una familia de clase media risaraldense- dieron el salto al peor momento de sus vidas el pasado domingo 19 de agosto. Esa noche, el rostro de uno de sus integrantes, el hijo menor, apareció en Señal Colombia como un conspirador de alto nivel. Brandon Zuluaga Castro, de 27 años, fue descrito como el presunto enlace entre la mafia narcotraficante colombiana radicada en Dubái y sicarios nacionales contratados para consumar una osadía: matar al presidente Petro de un balazo con armas de largo alcance.
La familia se enteró del informe días después de la emisión porque justo ese domingo, Juan Pablo -papá de Brandon- no vio el programa. “A nosotros nos cuenta un familiar de esa situación, porque fíjese que justo ese día no vi el programa. Yo lo veía seguido, por Hollman Morris y sus investigaciones. Cuando me mostraron eso, no lo podía creer”, le contó el señor Zuluaga a CAMBIO.
Señal Investigativa es una entrega semanal de informes periodísticos transmitidos por Señal Colombia en alianza con la Revista Raya, mediada por un contrato de 480 millones de pesos. RTVC ha sido el mayor amplificador sobre las versiones de supuestos planes para asesinar al presidente. Se ha llegado a hablar hasta de la posibilidad de un envenenamiento, un rumor que le llegó al polémico Alfredo Saade, un 'pastor' que en varias ocasiones ha difundido información falsa y aun así fue entrevistado en la televisión pública.
El informe del 19 de agosto duró 50 minutos y comenzó con una entrevista exclusiva al abogado Javier Mejía Arias, experimentado penalista y excandidato al Senado por el Partido Conservador. Mejía radicó una denuncia en la Fiscalía el 8 de julio de este año en la que informaba del presunto plan para matar al presidente. Según le dijo a Señal Investigativa, una “fuente humana” le contó sobre el plan que consistía en dispararle al jefe de Estado el 20 de julio por ser una fecha simbólica.
Además, según la versión de Mejía, ese informante dijo que el enlace entre los narcos colombianos radicados en Dubái -supuestos autores intelectuales del plan de magnicidio- y los sicarios en Colombia era Brandon Zuluaga Castro.
Mejía afirmó que Zuluaga salió del país por Cartagena hacia Panamá en una “jugada espectacular” que engañó a los organismos de inteligencia. El abogado también aseguró que Zuluaga, además de ser un posible conspirador, tiene un proceso judicial abierto en Indonesia por presunto abuso sexual.
El programa continuó exponiendo los detalles del supuesto plan terrorista que incluyó allanamientos, maquetas y el hallazgo de un arma. Incluso se invitaron a analistas e historiadores. En todo caso, el único nombre y el único rostro revelado fue el de Brandon Zuluaga.
Según Stefanía, la mamá de Brandon, a su hijo la situación le pareció en principio tan absurda que solo atinó a reírse. “Él me decía: 'mami eso es absurdo'. Al principio le dio risa pero yo sabía que eso era algo muy grave", dijo Stefanía.
Durante varios días los papás de Brandon vieron una y otra vez la emisión del programa Señal Investigativa, aprovechando que fue colgado en YouTube, en donde ya cuenta con 144.000 vistas. No entendieron, ni entienden todavía, cómo su hijo menor resultó involucrado en una operación cinematográfica.
“Eso es una calumnia, una locura ¿En qué momento mi hijo se iba a convertir en un delincuente metido en un tema tan delicado? [...] ¿Cómo va a ser mi hijo un criminal si anda a pie o en bus?”, aseguró Stefanía, quien agregó que incluso ha desarrollado tics nerviosos por el estrés de la situación.
¿Una conspiración para un crimen de Estado o una venganza familiar?
Con la emisión repitiéndose una y otra vez en su memoria, la familia Zuluaga no tardó en encontrar una teoría de quién pudo estar detrás de la calumnia emitida en horario prime. Se trata de Eduardo Javier Natividad Maqueda, un empresario mexicano con negocios en Dubái e Indonesia.
“Ese señor (Eduardo Javier Natividad) nos ha venido acosando y persiguiendo. Desde que salió el programa se han aumentado esas persecuciones. Hacen rondas en donde llegamos a vivir”, dijo la mamá de Brandon.
Según la familia Zuluaga, el señor Natividad Maqueda conoció a la hermana de Brandon y la invitó a vivir a México con él. Sin embargo, en 2018 decidieron emigrar a Dubái por la llegada del nuevo gobierno de López Obrador, pues Maqueda vio peligrar sus negocios en el campo del petróleo. De hecho, de acuerdo con registros de prensa, el empresario estuvo involucrado en una polémica por presunto conflicto de intereses en 2015, pues un alto directivo de Pemex resultó ser su socio en una empresa que la misma petrolera estatal mexicana contrató.
Radicado en Dubái, Maqueda logró abrir varios negocios gastronómicos que prosperaron. Gracias a las ganancias de un restaurante y una fábrica de tortillas, Maqueda pudo adquirir varias propiedades en los Emiratos Árabes Unidos y hasta abrió tres escuelas pensando en la educación de sus tres hijas.
"Ha logrado establecer tres escuelas Mandala; la cadena de restaurantes Meshico; una importadora, una comercializadora, una fábrica de tortillas de maíz y sus derivados y la marca “Cachito de México” logrando llevar la magia y saber de su país", dice parte de uno de los pocos perfiles de Natividad que hay en línea hecho por un portal colombiano.
El empresario invitó a Brandon Zuluaga a trabajar para él en Dubái y lo puso al frente de la recepción de los insumos para el restaurante, en especial mariscos que llegaban del mediterráneo. Por ello, y para estar cerca de su hermana y sus dos sobrinas, Zuluaga trasladó su residencia al país árabe. “Este señor (Eduardo Natividad) siempre quiso mucho a Brandon y por eso se lo llevó a trabajar con él”, dice Stefanía, quien afirma que las labores de su hijo se limitaban a la importación de langostinos y camarones, y no al tráfico de cocaína de la Nueva Junta del Narcotráfico, los mafiosos colombianos que despachan desde los Emiratos.
Con el tiempo, los conflictos entre el señor Natividad y su esposa se intensificaron. La violencia psicológica y los casos de infidelidad eran frecuentes. Además, el empresario se mudó de Dubái a Indonesia junto con su familia, Brandon incluido.
La situación entre la pareja se volvió insostenible. En abril de este año la mujer se separó de Natividad. Brandon, por su parte, se devolvió de Indonesia a Colombia. “Él me dijo que vio cosas que no le gustaron y decidió regresar a su país”, comentó el papá de Brandon.
La familia Zuluaga asegura que, en efecto, hay un proceso por presunto abuso sexual en Indonesia en contra de Brandon. Supuestamente la víctima del abuso fue la otra hija del empresario que no es producto de su relación con la mujer colombiana. Pero, según dicen los Zuluaga, esa denuncia no está soportada con pruebas suficientes y habría sido motivada por Natividad para alejar a Brandon de su hermana.
Por ello, para la familia lo más probable es que Natividad pagó para difundir el rumor de que su excuñado era un enlace de la mafia colombiana radicada en Dubái para asesinar a Gustavo Petro. A esto se suma un detalle clave: en abril de este año, la familia instauró una denuncia en la Fiscalía en contra de Natividad y pidieron protección para todos sus integrantes, entre ellos, Brandon.
La medida fue concedida. Por lo que la mamá de Brandon repara en un hecho que es cuando menos llamativo: si supuestamente la familia y Brandon son delincuentes, ¿por qué fueron ellos quienes buscaron ayuda en la Fiscalía?
La familia Zuluaga pide que haya una retractación por parte del abogado Javier Mejía, la Revista Raya y RTVC. “Nos hicieron un daño muy muy grande como familia y a Brandon como persona -dijo Stefanía- pido que se limpie el nombre de mi hijo, que investiguen y se retracten”, agregó.
“Esto nos ha separado. Por ejemplo, ya no hemos podido compartir en los cumpleaños porque por seguridad nos tocó separarnos. A veces noto a Brandon como triste, con incertidumbre”, dijo Juan Pablo Zuluaga.
La familia está apenas buscando asesoría legal, pues no tienen claro cómo proceder frente a una situación de este estilo. Por ello, aún no han enviado solicitudes formales de rectificación a medios, pero esperan hacerlo en los próximos días. Por su parte, Brandon Zuluaga prefirió no hablar, pero sí transmitió el mensaje de que no tiene nada que ver con una conspiración para atentar contra el presidente Petro.
Una conspiración con grietas
La misteriosa fuente humana del abogado Mejía -que le informó sobre el plan de magnicidio- es Jhon Alexánder Beltrán, quien buscó al jurista para asesoría legal. Entre conversaciones, Beltrán le describió a Mejía los detalles del entramado para el asesinato de Gustavo Petro.
“Yo tenía que cumplir mi deber ciudadano y por eso radiqué la denuncia con lo que a mí me contaron [...] ¿Qué tal que yo me hubiese quedado callado y luego comprobaran que sabía del plan y no dije nada?”, le dijo Mejía a CAMBIO.
Esa misma información llegó a oídos de un cliente del abogado estadounidense Alexei Schacht, que ha representado, entre otros, a alias Otoniel. Schacht puso al tanto a las autoridades norteamericanas sobre esta información, dato que fue revelado por el periodista Gerardo Reyes en Univisión el 8 de agosto de este año, 11 días antes del informe de Señal Investigativa.
Schacht le dijo a CAMBIO que un sujeto con el alias de Álex le contó a su cliente sobre el plan de asesinato. Por ello, decidió informar a la DEA.
“Me dijeron que un hermano y una hermana con el apellido Zuluaga estaban proporcionando transferencias de dinero de Dubái a Bogotá para pagar los costos de este complot. Que la fuente de información de mi cliente era un hombre conocido como Alex, que fue presentado a mi cliente por un conocido en común apodado el Flaco”, le dijo Schacht a este medio.
En otras palabras, ambos abogados vincularon a los Zuluaga basados en la misma versión y en la misma fuente; Jhon Alexander Beltrán. El problema es que -tal como lo reveló Noticias Caracol el pasado 1 de septiembre- Beltrán se retractó de esa versión en una entrevista con agentes de la Dirección de Inteligencia de la Policía (Dipol).
De acuerdo con el reporte de los investigadores, Beltrán aseguró que los abogados Javier Mejía Arias y Luis Arturo Usaquén le ofrecieron 500 millones de pesos para proporcionar y sostener una información falsa.
Según parte del informe policial revelado por el noticiero: "(Beltrán) manifestó que la información que suministró carecía de realidad y que las personas que estaban detrás de esto eran Javier Mejía Arias y Luis Arturo Usaquén Calderón, los cuales le tomaron una entrevista para radicar una denuncia en la Fiscalía. Estas mismas personas le ofrecieron la suma de 500 millones de pesos y asilo en Estados Unidos y por esta razón aceptó y siguió con las mentiras".
Mejía confirmó a CAMBIO la retractación de Beltrán. El abogado afirma que esa fuente se echó para atrás por presiones y diciendo falsedades e imprecisiones.
“Sí le dije (a Beltrán) que el Estado, a través del Ministerio de Defensa, le pagaba recompensa si la información era cierta. Él (Beltrán) me pregunta: ‘¿Qué monto?’, y yo le digo: ‘supera los 500 millones’. Y agrego: ‘como aquí a los informantes y a los líderes sociales los matan es mejor que usted pida un asilo político como medida de protección’, y le dije que eso se podía tramitar ante el Ministerio de Justicia y el Ministerio del Interior”, explicó Mejía.
El abogado aseguró que tuvo contacto de nuevo con Beltrán tres días después de la radicación de la denuncia en la Fiscalía. Según Mejía, el informante le hizo algunas preguntas capciosas. Luego, no volvieron a hablar nunca más.
Mejía también afirmó que no ha “recibido dádivas o plata alguna”, y cuestionó a la familia Zuluaga: “Ellos omiten hablar sobre la plata que envió la hermana de Brandon desde Dubái y que recibió la mamá y el mismo Brandon”, dijo Mejía. La familia asegura que los envíos de dinero son producto de la venta de un apartamento que hizo la hermana de Brandon para transferir esos recursos a Colombia.
Por otro lado, Mejía y Schacht coinciden en que la supuesta conspiración para asesinar al presidente Petro sí tiene fundamento y que hay sectores que la han tratado de torpedear.
“Algunos enemigos del presidente Petro y otros elementos antagónicos dentro de Colombia han tratado de pintar una imagen falsa en los medios de comunicación de que la información era falsa”, dijo Schacht.
El abogado estadounidense explicó que, después de informar a la DEA, esta agencia lo puso en contacto con el capitán Hugo Betancourt de la Dipol, quien también se entrevistó varias veces con alias Álex (Jhon Alexander Beltrán).
Sin embargo, según Schacht, ante la poca diligencia de la Dipol, Beltrán acudió a la Unidad Antiterrorista de la SIJIN, pues se trata de un exoficial que conoce el mundo de la investigación policial. Gracias a los datos que Beltrán le dio a esa unidad, se hicieron dos operativos en los que se incautaron armamento y hasta la famosa maqueta del Palacio de Justicia, otro de los objetivos además del presidente Petro y las embajadas de Francia y Estados Unidos.
Lo llamativo es que Nelson Alarcón, uno de los mencionados por Beltrán como parte de la conspiración al estar encargado de la custodia del armamento, fue asesinado el 12 de agosto junto con otra persona conocida como Perro Loco. Hasta el momento no se conoce con certeza la razón del crimen. “Por todos mis años de carrera yo no creo en coincidencias. ¿Por qué apareció muerto este señor?”, dijo Mejía Arias.
Fuentes en la Dipol y la Sijín le confirmaron a CAMBIO que siguieron las pistas aportadas por el informante pero que la investigación está en manos de la Fiscalía. En todo caso, aseguraron extraoficialmente que las versiones no tenían mucho respaldo.
Mientras las autoridades intentan desenredar todas las versiones de los supuestos planes para asesinar al presidente Petro, Brandon Zuluaga -el único señalado públicamente como conspirador- y su familia, intentan hacerle frente a su drama familiar que escaló a la esfera de la seguridad nacional. La única petición de los Zuluaga, y en especial de la mamá de Brandon, es que las autoridades escudriñen todo lo que puedan para que se demuestre que están muy lejos de una conspiración mafiosa.
"Yo pido que investiguen por favor, desde el fondo de mi corazón. Investiguen un poquito, averigüen quién es Brandon, es muy fácil. En Pereira muchísima gente lo conoce, donde él estudió, donde él ha trabajado, donde jugó fútbol. Tiene primos de todo lado, arquitectos, gente profesional que estudiaron con él, que se criaron con él desde pequeño. Él no es un delincuente, es muy fácil averiguar".