“Urge una constitución de la tierra para imponer límites a los Estados y los mercados”: presidente de la Corte Constitucional

En la inauguración del conversatorio anual de la jurisdicción constitucional que se adelanta en Manizales, el presidente de la Corte Constitucional, magistrado José Fernando Reyes, aseguró que los jueces y juezas del país tienen múltiples retos en la realidad actual.

Por un lado, hizo referencia a la necesidad de proteger la independencia judicial ya que cuando está en riesgo, “el autoritarismo encuentra su lugar”.

“Se necesitan jueces y juezas independientes, atentos a identificar las formas sutiles de autoritarismo contemporáneo que, encubiertas en las estrategias propias del constitucionalismo abusivo, pretenden minar los propios fundamentos del Estado constitucional de derecho”, dijo.

La crisis ambiental

Luego, Reyes expuso cuatro retos. El primero es la crisis ambiental que afecta el planeta hace años. En su criterio, es tiempo de dejar de creer que son temas que afectarán a las generaciones futuras para, en cambio, actuar ya.

“Se exigen medidas inaplazables de mitigación y adaptación. La articulación de iniciativas, la protección de las personas más afectadas por esa debe ser una prioridad. La vigencia de una constitución verde es y ya no puede dejar de serlo, un reclamo que no podemos ignorar”, señaló.

El magistrado Reyes también llamó la atención al rol que tienen los actores privados en este asunto y advirtió que estos tienen una capacidad importante de incidir en las formas de comunicación digital, “interfiriendo con intensidad variable en el derecho a controlar nuestros datos y su divulgación”.

“De este modo, la extensión del poder privado y su capacidad de imponer reglas para definir hábitos de consumo para crear necesidades e incentivos deja en jaque aquella premisa del constitucionalismo emergente (según la cual) solo estarían en riesgo por la actuación del Estado. Es un asunto de aquí y de ahora y por eso urge una constitución de la tierra capaz de imponer límites y vínculos a los poderes salvajes de los Estados soberanos y de los mercados globales en garantía de los derechos humanos y de los bienes comunes”, sentenció.

La inteligencia artificial

El segundo reto es la inteligencia artificial. Según el magistrado Reyes, acá hay elementos desconocidos frente a los sistemas que no solo tienen capacidad de ordenar información sino también producirla, de crear imágenes, personales y hasta canciones.

“Le preguntan al constitucionalismo si tiene algo para decir en un mundo en el que muchas de las tareas que eran asumidas por hombres y mujeres, lo son ahora por esas máquinas. Los derechos entonces deben resurgir en potencia”, apuntó.

De acuerdo con el magistrado, el incremento de sesgos en el funcionamiento de las redes tecnológicas dominadas por algoritmos “que ni conocemos ni controlamos, exigen una posición firme de la igualdad”. Y también apuntó que hay otro tema que llama la atención y está relacionado con la inteligencia artificial: los datos que circulan en internet que pueden comprometer la vida y la dignidad de las personas.

“(Esos datos) son ahora cooptados por máquinas que, bajo intereses de quienes las configuran, deciden qué hacer con ellas, a quién entregarlas o qué hacer con ellos. La intimidad no es ya el derecho a que no nos observen a través de la cerradura de la puerta, es algo que la ciencia ficción ni siquiera imaginó”, apuntó.

Los derechos de las mujeres y el lenguaje

En tercer lugar, el magistrado Reyes habló del reconocimiento de los derechos de las mujeres y de la erradicación de la discriminación y de todas las formas de violencia. Según el presidente de la Corte Constitucional, es intolerable que la mitad de la población sea, en la práctica, una minoría “por las limitaciones impuestas por el sistema patriarcal”.

Por eso, dijo que los jueces y juezas deben tomar la batuta para responder a la exclusión con acciones afirmativas y enfoque de género, entre otros. Reyes, además, puso de presente el debate actual sobre el uso del lenguaje para incluir a la diversidad.

“Es penoso reconocer que todavía es difícil que algunos acepten el lenguaje incluyente porque cada vez que decimos “ellos y ellas”, sienten una especie de urticaria que reclama que debemos decir en su lugar “las personas” o “los seres humanos” y otras fórmulas de reemplazo. No entienden que el lenguaje invisibiliza”, aseguró.

Y, en cuarto lugar, el presidente de la Corte apuntó a los retos que implican las diferentes formas de producción para proteger a la persona más débil.

“El derecho laboral y su constitucionalización requieren una adaptación para responder a las realidades sociales, económicas, emergentes y ahora impactadas por las tecnologías y por la precarización, ese fantasma siempre presente”, señaló.