Yohir Akerman
23 Marzo 2025 03:03 am

Yohir Akerman

Aerocafres

Entre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsAppEntre aquí para recibir nuestras últimas noticias en su WhatsApp

Un sector del Gobierno logró imponer, a la fuerza y contra toda legalidad, el nombramiento de un funcionario que estaba inhabilitado para el cargo más importante de Aerocafé. Con maniobras que incluyeron ir en contra del gobernador, la modificación del perfil profesional a conveniencia, la presión directa desde la Casa de Nariño y la renuncia de una alta funcionaria, se forzó el nombramiento de Fernando Merchán Ramos, un hombre con antecedentes fiscales, conflictos de interés y un pasado reciente complejo en el mismo proyecto que ahora manejará. Todo como si se tratara de imponer el capataz en una finca personal.

Aerocafé es una promesa rota. Desde 1977, Manizales espera un aeropuerto que nunca llega y parece que ahora tampoco llegará. En 2009 se adjudicaron contratos con indicios de licitaciones amañadas. En 2016, la Contraloría detectó un hallazgo fiscal por 90.570 millones de pesos. En 2020 se despejó el terreno, en 2021 se adjudicaron obras por 141.108 millones de pesos, pero en 2022 vino otro fallo de responsabilidad fiscal por 82.329 millones de pesos. Señores manizaleños, lamentamos informarles que su vuelo ha sido retrasado. Les mantendremos informados sobre adjudicaciones y próximos desfalcos.

Para decirlo de otra manera, la Contraloría ha detectado hallazgos fiscales en anteriores gobiernos en Aerocafé por más de 170.000 millones a lo largo de los años. Las licitaciones arregladas, las adjudicaciones con sabor a repartija y las obras fantasmas han sido las constantes para robarse los recursos. Y en esta administración del supuesto cambio, no parece que vaya a cambiar nada. Todo parece indicar que la pista seguirá siendo un sueño, pero los sobrecostos serán toda una realidad. El aeropuerto no despega, y los recursos son lo único que vuela.

Por eso se dice que la historia de Aerocafé es la historia de un saqueo. Un aeropuerto prometido desde hace casi 50 años que no arranca, pero los escándalos no paran y los conflictos de interés sobrevuelan alto. ¡Aquí mueven la tierra y se roban la plata! Esa es la frase, repetida como mantra en Manizales, cada vez que alguien se atreve a preguntar por el estado del proyecto. La frase ahora recobra el significado escandaloso, solo que, en vez de remover la tierra, lo que movieron fueron los marcos de la legalidad. Tomémonos un tinto, seamos enemigos.

El pasado jueves 20 de marzo, el señor Merchán Ramos fue elegido gerente de la Unidad de Gestión del Patrimonio Autónomo Aerocafé, UGPAA, entidad que maneja la abultada suma de 828.000 millones de pesos del proyecto. Y no, no es un chiste. Merchán, el mismo que fue gerente de la Asociación Aeropuerto del Café, AAC, con una administración opaca, diseñó su traje a la medida. Elaboró el perfil del cargo, luego se postuló y finalmente se hizo elegir. Pasó de ser un antipetrista, a un defensor acérrimo de los intereses del Gobierno. 

Me explico. Merchán llegó a la AAC de la mano del representante del Partido Verde, Santiago Osorio Marín, primo del exalcalde de Manizales, Carlos Mario Marín. Esta última lumbrera es famosa por haber firmado en noviembre de 2022 un tratado con lo que denominó la República de Liberland, como si la capital de Caldas se tratara de una micronación. Pero no nos desviemos. Tanto Merchán Ramos, como Osorio Marín, son famosos por pasar de un lado político al otro sin despeinarse. Santiago Osorio Marín fue asesor de comunicaciones en la presidencia de Iván Duque, y ahora es uno de los grandes aliados de la agenda legislativa del petrismo, mientras que Merchán Ramos ha sido declarado opositor del Gobierno hasta que hizo parte de él. Vamos a ver ese camino.

Durante su gestión en Aerocafé, Merchán demostró una actitud poco transparente respecto a la información contractual y operativa. Se negó a suministrar información sobre contratación y gestión de recursos, alegando que no estaba obligado a hacerlo. 

Otro paréntesis de aclaración: la Asociación Aeropuerto del Café y la Unidad de Gestión del Patrimonio Autónomo Aerocafé son dos entidades distintas que participan en el desarrollo del proyecto Aerocafé, pero con funciones y naturalezas jurídicas diferentes. Tómense una buena taza de café carajillo, mientras siguen leyendo, por favor.

La Asociación Aeropuerto del Café es una entidad pública de carácter asociativo, conformada por entes territoriales como el departamento de Caldas, la ciudad de Manizales y el municipio de Palestina y otras instituciones regionales. Su función principal es liderar y coordinar la planeación general del proyecto.

Por su parte, la Unidad de Gestión del Patrimonio Autónomo Aerocafé es un ente ejecutor, creado para administrar los recursos financieros del proyecto mediante un patrimonio autónomo. Está encargada de contratar y supervisar la ejecución técnica de las obras, bajo un esquema más flexible en materia contractual y financiera. 

Esta diferenciación permite que la AAC tenga un rol estratégico y político, mientras que la Unidad de Gestión se enfoca en los aspectos operativos y financieros de la construcción del aeropuerto. Merchán Ramos pasó, nuevamente haciendo una media luna, de una a la otra, sin despeinarse.

Merchán Ramos cuestionó desde la Asociación al gerente encargado del Patrimonio, el señor William Pérez Giraldo, y dijo que allí debía estar alguien alineado con el presidente Petro y con el Gobierno nacional. Ahí empezó a tomarse las medidas para hacerse el traje a su talla, con un paño elástico que aguantara de antipetrista a defensor del Gobierno. De tinto castaño a bien oscuro.

Por eso, en una carta de réplica enviada al director de CAMBIO, el 18 de marzo de 2025, el señor William Pérez fue enfático al señalar que Fernando Merchán Ramos abogó en causa propia, impulsando un “claro desmejoramiento de los requisitos”, introduciendo términos como “preferiblemente”, “idealmente” y “podrá” para transformar condiciones obligatorias en facultativas, lo cual no solo violentó los principios de transparencia y mérito, sino que comprometió y compromete la idoneidad de quien lidera uno de los proyectos de infraestructura más sensibles del país. Cortadito a la medida.

De esta manera sorprende, o no tanto, que Fernando Merchán sea un personaje vinculado a un proceso de responsabilidad fiscal por presuntas irregularidades en la entrega de recursos del programa Empleo Joven que generó un detrimento patrimonial de 410 millones pesos. Ahora será quien maneja los multimillonarios recursos de Aerocafé. Esto que parece un chiste de mal gusto, podría resultar en un posible asalto anunciado.

Sigamos con los detalles del proceso que lo llevaron a la cima de la UGPAA, puesto que son un monumento a la desfachatez. Como dijimos, Merchán participó en la elaboración del perfil del cargo, modificó los requisitos para ajustarlos a su hoja de vida y cambió el perfil técnico de ingeniero civil por uno jurídico, abriéndose paso como abogado.

Así lo confirma el acta 66 del Comité Fiduciario del 30 de diciembre de 2024, documento que esta columna obtuvo y que registra cómo Merchán participó activamente en la redefinición del perfil, incluyendo la posibilidad de que el profesional sea abogado, preferiblemente con experiencia en contratación pública, y que los requisitos específicos sean deseables, mas no obligatorios, para ampliar el espectro de posibles candidatos. Mostrando que preferiblemente pudo.

Foto

Este despropósito generó tensiones internas. La canciller Laura Sarabia, que hacía parte del Comité Fiduciario de Aerocafé como representante del presidente Gustavo Petro, renunció a su cargo el 3 de marzo de 2025, dejando clara su oposición a este nombramiento. Sarabia decisión.

En su carta, obtenida por esta columna, la ministra de Relaciones Exteriores advirtió que el proceso violaba principios de transparencia y legalidad, al incurrir en posibles conflictos de intereses, ya que quienes participaron en la definición del perfil no podían postularse. 

Y añadió, de manera contundente: “Era imposible aceptar una postulación sin haberse verificado el cumplimiento de los requisitos del cargo. Nombrar a alguien sin este análisis podría acarrear faltas disciplinarias y nulidades en el proceso”.

Foto

Pero eso no importó. Alexander López, delegado presidencial, exdirector del DNP y principal promotor de Merchán, se salió con la suya. En el acta 68 del Comité, López afirmó que Merchán tenía el respaldo directo del presidente Petro. El mensaje era claro: el nombramiento debía hacerse, costara lo que costara, convirtiendo a Aerocafé, más que una terminal aérea, en una posible terminal de cheques. 

El exdirector de la Aerocivil, Sergio París Mendoza, quien intentó liderar un proceso transparente para Aerocafé, también fue removido del cargo por las mismas razones el 2 de marzo de este año. Desde entonces, la directora encargada de la Aerocivil pidió aplazar la decisión por las irregularidades, pero el tiempo jugó en su contra. 

Incluso pese a un informe lapidario, con fecha del 21 de febrero de este año, enviado por Hernán González, gerente de Infimanizales e integrante del Consejo Directivo de Aerocafé, a la Comisión de Moralización de Caldas: Merchán, como gerente de la Asociación Aeropuerto del Café, fue renuente a entregar información contractual, desobedeció los requerimientos del Consejo, y, solo tras su salida, realizó denuncias sin pruebas sobre supuestas irregularidades, lo que genera dudas sobre su transparencia. Aún más grave: intentó imponer a su reemplazo de manera arbitraria, desconociendo las funciones del Consejo Directivo”.

Foto

Todo esto habría bastado para descartar a Merchán. Pero no. Las maniobras no pararon. Un concepto del Departamento Nacional de Planeación, DNP, usado como salvavidas, justificó que Merchán no tenía interés directo al momento de elaborar el perfil, y por ende no incurrió en un conflicto de intereses. Una interpretación a conveniencia que ignoró lo esencial, y es que la ley exige imparcialidad y transparencia. Cosa que nunca hubo acá. Y deja un precedente peligroso, que es participar en el diseño de un cargo para luego ocuparlo, lo que se vuelve casi legal si se hace en dos tiempos. El arte de volar... la platica.

Como si fuera poco, el transcurso del nombramiento en la sesión del jueves fue atropellado. Aunque estaba previsto en el orden del día determinar la modificación del procedimiento de elección, pensando en que se escogiera o, por lo menos, se analizara la opción de elección a través de una firma cazatalentos y que se aprobara el perfil del nuevo gerente, estos dos puntos se eliminaron a pocos minutos de comenzar el comité. Aerocafres.

La votación se impuso con cinco votos de los delegados del Gobierno contra dos votos en blanco de la región. Sin verificar que Merchán no cumplía con el perfil técnico original del cargo, definido el 23 de octubre de 2020 como ingeniero civil, con 15 años de experiencia profesional, experiencia en dirección de proyectos aeroportuarios, el Comité Fiduciario impuso a toda marcha al polémico exgerente de la AAC a manejar la UGPAA, entidad que antes había criticado. 

Todos los delegados del Gobierno nacional votaron en bloque a favor y de manera apresurada, mientras que el gobernador y el gerente de Aerocafé, ambos encargados, en un gesto de impotencia, o miedo, se abstuvieron, votando en blanco. Como aplanadora petrista abriendo pista.

Este proceso y nombramiento lo único que deja claro es que el vuelo confirmado en ese aeropuerto será el de la plata, con posible destino a cuentas ocultas, sin escala y todo en clase ejecutiva. Por eso seguimos repitiendo que en Manizales no hay aeropuerto del café; lo que ha existido es un robo continuado, un interminable insomnio descafeinado que deja al Paisaje Cultural Cafetero en ceros a nombre del brebaje. Señores pasajeros, abróchense los cinturones y sobre todo los bolsillos, estamos a punto de aterrizar en una pista que nunca ha existido y posiblemente tampoco existirá con este Gobierno.

@yohirakerman; [email protected]

Nota aclaratoria: Este texto se modificó para aclarar que el concepto fue producido por Departamento Nacional de Planeación y no por Inficaldas. 

Conozca más de Cambio aquíConozca más de Cambio aquí

Más Columnas