Luis Alberto Arango
27 Enero 2023

Luis Alberto Arango

ChatGPT: la inteligencia artificial ya no es ciencia ficción

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Con el lanzamiento de ChatGPT, estamos presenciando la masificación de la inteligencia artificial como herramienta de uso diario. Una revolución tan importante como la invención del computador personal o del teléfono inteligente. 


Mi escepticismo sobre los avances de la inteligencia artificial era grande hasta que probé hace dos semanas ChatGPT (https://chat.openai.com/). Después de unos minutos de usarlo, mi opinión cambió radicalmente. Mi incredulidad se convirtió en un inusitado entusiasmo sobre lo que esto significa para el mundo.

ChatGPT está disponible, desde noviembre de 2022, de manera gratuita a nivel mundial. Este lanzamiento se hizo para evaluar la herramienta con un número de usuarios que se cuentan en millones. La empresa OpenAI, a cargo de su creación y funcionamiento, será una de las protagonistas de una nueva etapa en la que la inteligencia artificial tomará un papel muy importante en los nuevos desarrollos tecnológicos a nivel mundial. 

Vamos a ser testigos de lo mismo que pasó cuando se inventó el computador personal o el teléfono inteligente. Herramientas que antes estaban circunscritas para ser utilizadas por un círculo reducido de empresas y personas, se van a masificar para beneficio de la humanidad. 

Antes de conocer ChatGPT, mi experiencia había sido frustrante utilizando chatbots, supuestamente inteligentes, de entidades bancarias o de compañías de telecomunicaciones. Las interacciones con esos sistemas de respuesta automáticos eran inútiles. Por ejemplo, en una entidad financiera donde insisten en que uno no ponga el dinero en el lugar equivocado, su chatbox no entiende la palabra “queja” o la frase “enviar un PQR”, terminología muy común en un usuario que tiene dificultades con un banco. 

La razón es porque su chatbox de servicio al cliente está programado con pocos parámetros para su funcionamiento. Y los que tiene no prevén, por ninguna parte, uno diseñado para saber qué hacer con la palabra “queja” o la frase “enviar un PQR”.

“Antes de conocer ChatGPT, mi experiencia había sido muy frustrante utilizando chatbots, supuestamente inteligentes…”.

El ejemplo anterior sirve para comparar cómo funciona ChatGPT. El motor detrás de este sistema de inteligencia artificial tiene 175.000 millones de parámetros, además de una tecnología mucho más sofisticada que un chat de ayuda en línea de un banco. Una cifra enorme de valores que se usan para controlar o configurar el comportamiento del sistema. Esta cifra no ha sido oficialmente confirmada por OpenAI, pero tampoco ha sido desmentida. Es la que manejan los analistas especializados en inteligencia artificial en el mundo y que están estudiando esta nueva herramienta.

ChatGPT permite, y esto pensé que era reservado para películas de ciencia ficción, comunicarse en lenguaje natural. Es decir, tal y como se está escribiendo el texto de esta columna de opinión o tal y como uno habla con cualquier otra persona. Lo que uno le escribe a ChatGPT en lenguaje natural, lo responde en lenguaje natural, de tal forma que es difícil creer que quien contesta no es un humano. 

Por si fuera poco, si uno le habla en inglés, le contesta en inglés, si se le pregunta en español contesta en español, y así con más de una docena de idiomas para los que está entrenado en contestar.

Una de las características más asombrosas que tiene ChatGPT, es el acervo de información y capacidad de conexión, relacionamiento y análisis de esta. Sus habilidades junto con la interacción en lenguaje natural, permite avizorar lo que serán los próximos años en términos de desarrollo y usos prácticos de la inteligencia artificial.

Uno puede decirle “Hola. Podría, por favor, listar los títulos de libros de autores latinoamericanos que en los últimos 100 años se hayan publicado y en la que en su trama aparezca el café como parte del contenido del libro”, y esperar una muy completa respuesta en pocos segundos. Dada la respuesta, luego puede hacer preguntas adicionales para aprender más sobre el resultado, como, por ejemplo: “Podría hacer un resumen de los libros mencionados”. Y después: “En forma de tabla podría listar los libros así: en una columna el título del libro y en la otra el autor.” Prueben, y me dicen sino es asombroso.

Pueden pedirle, por ejemplo, que haga un cuento o un poema o una canción que contenga un caballero medieval que le guste comer fresas, que sepa bailar y que tenga que luchar contra dos dragones. O también puede pedirle que revise si un texto que usted escribió puede mejorarse, pues es muy largo y quiere resumirlo. O pídale que le explique qué es el magnetismo pero que la respuesta la haga para un niño de 10 años. 

Puede, desde luego y sin temor, probar algo más elaborado, como por ejemplo solicitarle que compare la filosofía de los mensajes del libro Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz con la del libro 12 reglas para vivir de Jordan Peterson. También puede pedirle que analice un texto legal para que lo resuma o lo que es aún más impresionante, que conteste una carta, que se ingresa copiándola como texto en ChatGPT, para que la responda teniendo en cuenta tal o cual variable, consideración y objetivo de comunicación en la solicitada contestación.

La carta requerida saldrá en segundos y se puede convertir en una estructura de texto que luego el usuario podrá transformar y mejorar, dedicando tiempo valioso y realmente productivo a mejorar la respuesta y no a la creación de la estructura base de la misma.

También puede pedirle ayuda para que le escriba en Python, un lenguaje de computador, las líneas de código para, por ejemplo, leer una base de datos, aplicar un cifrado a uno de sus campos y copiar el nuevo dato encriptado en un nuevo registro. O presentarle un código en lenguaje de computador y que tenga un error, para que ChatGPT le diga dónde está el error y cómo corregirlo. En internet podrá encontrar cientos de ejemplos de ideas para sacarle provecho a esta nueva herramienta pública y, por ahora, gratuita.

La versión actual tiene algunas limitaciones, no tiene información posterior al año 2021, puede tener respuestas erradas o parcializadas, pero, aun así, lo que está hoy en funcionamiento es suficientemente potente como para ser una valiosa herramienta de trabajo.

Millones de personas están utilizando diariamente ChatGPT. Estoy convencido de que después de hacerlo, para muchos cambiarán al menos tres paradigmas. El primero es que la inteligencia artificial sí existe, ya no es ciencia ficción y está al alcance de cualquier persona en el mundo con acceso a un computador. El segundo, es que ya existen avances en aprendizaje profundo que pueden hacer que estos nuevos sistemas de inteligencia artificial emulen el funcionamiento del raciocinio cerebral de un humano, algo que también era reservado para las películas de ciencia ficción. 

El tercero es que ahora vamos a tener acceso a un mundo de información que hasta ahora era reservado para los buscadores tradicionales de internet, quienes presentaban resultados organizados por un ranking, y que con la ayuda de la inteligencia artificial van a cobrar una nueva vida, gracias a que podrá presentar, en lenguaje natural, la relación entre decenas de respuestas y ahorrar mucho tiempo de investigación para poder encontrar mayor utilidad y sentido a los resultados de los buscadores tradicionales.

ChatGPT se denomina, en términos de inteligencia artificial, como un modelo de lenguaje de gran envergadura que se “entrena” con un corpus de texto (1), capaz de generar texto de salida, a preguntas de entrada, con una gran coherencia y fluidez. 

OpenAI, su creador, tiene en su lista de fundadores a nombres tan famosos como el de Elon Musk, nuevo dueño de Twitter, fundador de SpaceX, principal accionista y CEO de Tesla. Si bien Musk es el más reconocido de sus fundadores, el resto no es menos importante, quienes junto con sus directivos son expertos de primer nivel en los campos de la tecnología, la inteligencia artificial, la ingeniería y la innovación.

Un sistema como ChatGPT requiere una capacidad de procesamiento de datos muy potente para operar. Tom Goldstein, un profesor asociado de la Universidad de Maryland, estimó que el costo diario de operarlo, en estos momentos, es de unos 100.000 dólares es decir unos 3 millones de dólares mensuales, lo que equivale en pesos colombianos a casi 14.000 millones. Una cifra que no es menor. Tal vez fue por eso, previendo sus altos costos de operación, que OpenAI convenció a Microsoft para que invirtiera 1000 millones de dólares, en 2019, aportados mediante dinero y servicios, convirtiéndose en el proveedor exclusivo de computación en la nube de OpenAI.

Ante la masiva y buena acogida de ChatGPT, en su versión gratuita, Microsoft anunció que va a hacer multimillonarias inversiones adicionales, que seguidores del tema estiman en 10.000 millones de dólares, garantizando también que será uno de los accionistas principales de OpenAI.

Pero como de la gratuidad no vive ninguna compañía, OpenAI vende el acceso a sus motores de inteligencia artificial a quien desee aprovecharlos comercialmente. Hoy, por lo tanto, la tecnología de OpenAI está disponible para cualquier compañía o persona que quiera conectarse a sus sistemas y aprovechar todo el potencial de sus modelos avanzados de inteligencia artificial, permitiéndoles hacer explotación comercial de sus herramientas.

“Se estima que ChatGPT cuesta operarlo mensualmente casi 14.000 millones de pesos”.

Microsoft anunció también que pondría muy pronto, a disposición de todos sus usuarios y a través de sus aplicaciones, la tecnología de ChatGPT. En este momento ya la tiene disponible a través de sus servicios empresariales Azure. 

Paralelamente, OpenAI, presentó un modelo pago y profesional de ChatGPT que es más rápido, tiene alta disponibilidad y supuestamente acceso a nuevas características que no tiene el modelo gratuito. El precio es de 42 dólares mensuales y está por ahora en prueba a un público limitado.

Operar y desarrollar tecnologías como esta requiere gran capacidad en infraestructura de computación, de procesamiento de datos, de desarrollo avanzado de software y de una enorme cantidad de recursos financieros. Las empresas con estas capacidades están contadas con los dedos de las manos. Tal vez por eso ahora los ojos del mundo están puestos en Google, para ver cuál va a ser su respuesta ante la llegada de ChatGPT. Google ha desarrollado sus propios modelos de inteligencia artificial y todavía no los ha hecho públicos. 

Sobre el potencial uso de ChatGPT y herramientas similares de inteligencia artificial, no es difícil adivinar que serán sistemas que ayudarán a empresas de todos los tamaños y también les servirán a las personas en actividades de investigación, educación, comunicación en general y otras más limitadas solamente por la imaginación.

Para citar ejemplos sobre sus capacidades: el sistema pudo pasar un examen de la clase de Administración de Operaciones del programa del MBA de la universidad de Wharton. No lo pasó con la nota más alta, pero sí con un rango entre B y B-, que no es una mala nota. Leí las preguntas que le hicieron a ChatGPT y sus respuestas, y déjenme decirles que, para no haber tomado la clase, son asertivas, precisas, bien resumidas y la mayoría correctas. Varias de las que tuvo mal, se mejoraron después de que el profesor que hizo la evaluación, le diera pistas para revisar y corregir su respuesta. (2)

También pasó un examen para obtener una licencia médica y otro para obtener la licencia de abogado en los Estados Unidos. Cuando menciono que pasó los exámenes, no fue con honores, pero sí con notas por encima del promedio y sin entrenamiento previo sobre las evaluaciones. No dudo de que si el sistema tuviera entrenamiento más profundo sobre medicina o derecho, pasaría con notas altas, reservadas solo para los mejores estudiantes.

ChatGPT tiene un gran potencial para beneficiar a una variedad de industrias, como la atención al cliente, la generación de contenido y la automatización de tareas. Sin embargo, también hay preocupaciones sobre los peligros de la automatización en el lugar de trabajo y cómo esto podría afectar a los empleos.

Sobre esto último es probable que algunos puestos de trabajo se pierdan debido a la automatización, pero también se crearán nuevos puestos relacionados con la inteligencia artificial. En particular, las pequeñas y medianas empresas se pueden beneficiar de la nueva tecnología, ya que les permite acceder a herramientas de alto rendimiento que antes solo estaban disponibles para las grandes empresas.

“ChatGPT tiene un gran potencial para beneficiar a una variedad de industrias, como la atención al cliente, la generación de contenido y la automatización de tareas”.

En el sector de educación, hay instituciones a nivel mundial que desde ya están prohibiendo a sus alumnos el uso de ChatGPT y cualquier herramienta similar. Mientras tanto están repensando cómo dictarán sus clases este semestre para no dejar que ChatGPT se cuele en la redacción de ensayos, resúmenes y tareas de los alumnos. A ellos les digo que, en lugar de prohibir, hay que aceptar esta nueva realidad y aprender, mediante prueba y error, como fomentar el aprendizaje de los alumnos gracias a las nuevas capacidades que la inteligencia artificial traerá al aula de clase.

En conclusión, ChatGPT es un ejemplo sorprendente de cómo la inteligencia artificial está evolucionando y cómo está cambiando nuestra vida. Invito a todos los lectores a probarlo y a compartir sus impresiones y experiencia con esta nueva herramienta.

El potencial de uso en las empresas y en nuestras vidas es enorme. Espero, por ejemplo, que pronto llegue el día en el que el banco al que hice mención pueda utilizar la inteligencia artificial para recibir una queja, utilizando lenguaje natural, analizarla y en cuestión de segundos contestarla con profundidad y pragmatismo, gestionando las tareas al interior del banco que permitan solucionar el reclamo, teniendo la habilidad de manejar cada caso particular. 

Y mientras tanto, que ese mismo sistema pueda mantener una comunicación fluida con el usuario, para tenerlo al tanto del caso o preguntarle información que haga falta, sin que ningún otro humano tenga que intervenir, salvo que sea algo que por sus características se le salga de las manos al sistema.

Y si el escenario que expongo asusta por pensar que se van a perder plazas de trabajo por cuenta de la inteligencia artificial, al menos que esta pueda ayudar a equipos de servicio al cliente a procesar de manera más expedita y práctica las necesidades de los usuarios. 

El uso de la inteligencia artificial ayudaría a hacer más productiva, amable, eficaz y eficiente la interacción entre usuario y servicio al cliente, algo que los usuarios bancarios, de empresas de telecomunicaciones, o de los entes del gobierno añoramos casi todos los días.

Continuaré hablando de temas de inteligencia artificial en próximas columnas. Creo firmemente en las bondades de aprender a utilizar esta y otras tecnologías para mejorar nuestras vidas.

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(1) Corpus de texto: es un conjunto de textos que se analizan y procesan como base de información para el sistema de inteligencia artificial. Sus fuentes de datos son documentos de investigación aplicada, artículos de prensa y sitios web de alta calidad, artículos de revistas especializadas, libros, etcétera.

(2). Detalles de la interacción entre la evaluación y ChatGPT y de las conclusiones del profesor Christian Terwiesch, del programa del MBA de la Universidad de Wharton, los puede encontrar en este enlace (el contenido está en inglés). 

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