Jorge Espinosa
20 Abril 2025 02:04 am

Jorge Espinosa

China es el futuro

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Establezcamos unos datos iniciales para entender de qué estamos hablando: Estados Unidos importa desde China el 73 por ciento de los teléfonos inteligentes, el 78 por ciento de los computadores portátiles, el 87 por ciento de las consolas de videojuegos y el 77 por ciento de los juguetes. Estas cifras las declaró en The New York Times el profesor asistente de economía aplicada de la universidad de Cornell, Wendong Zhang, en este artículo reciente. Veamos algunos datos adicionales sobre la forma como China, desde que el arquitecto de la China Moderna, Deng Xiaoping, declaró en 1978 que la “ciencia y tecnología” eran la “fuerza productiva” del país, ha desarrollado su industria tecnológica y de infraestructura. China, hoy, cuenta con la red de trenes de alta velocidad más extensa del mundo, superando los 41.000 km de líneas operativas. Son alucinantes.

Uno de esos trenes, el Maglev de Shanghái, que conecta el aeropuerto con aquella ciudad que no tiene nada que envidiar a Londres, Nueva York o París, alcanza velocidades de hasta 431 km/h. El recorrido de 30 kilómetros lo hace en poco más de siete minutos. El Maglev es, además, el único de levitación magnética que sirve en recorridos comerciales en el mundo. El país que le sigue en la lista, España, no alcanza los 3.700 km en líneas operativas. Luego está Japón, con 3.000. Estados Unidos no aparece entre los 10 primeros. Según datos de World Robotics, China lideraba en 2024 la expansión de robots industriales en el mundo con el 51,1 por ciento del total. Estados Unidos apenas alcanza el 7 por ciento.

El columnista Thomas Friedman, gran conocedor de China, describía recientemente en el show de Ezra Klein las famosas “fábricas oscuras”, que son “fábricas totalmente robotizadas, por lo que son oscuras. No necesitan encender las luces, excepto a las dos y tres de la mañana, cuando los ingenieros entran a limpiar las máquinas. Y hoy en día hay fábricas oscuras por toda China”. Luego añade: “el campus de Huawei se construyó en tres años para albergar a 35.000 investigadores, incluyendo a extranjeros a quienes esperan reclutar. Tiene cien cafeterías diferentes. Cada edificio con un diseño distintivo. Hay un monorraíl que rodea un hermoso campus con césped”. Tal vez por este tipo de innovaciones es que South China Morning Post reportó, esta semana que pasó, que investigadores chinos anunciaron a Poxiao, el dispositivo de memoria flash más rápido del mundo, capaz de borrar y reescribir datos en tan solo 400 picosegundos, es decir, una billonésima de segundo.

Decía el texto que esta innovación, desarrollada por un equipo de la Universidad de Fudan, en Shanghái, “podría pronto desafiar los fundamentos de la arquitectura informática al reducir la brecha existente entre el almacenamiento de datos y la velocidad de procesamiento, especialmente en sistemas de Inteligencia Artificial (IA)”.

En 2011, en una entrevista en Bloomberg, el petulante e insoportable de Elon Musk, dueño de Tesla, se burló de la marca de vehículos eléctricos BYD. “No los veo como competidores, ¿has visto su carro”, preguntó entre risitas despectivas. Bueno, 14 años después, las marcas chinas de eléctricos dominan el 76 por ciento de las ventas mundiales de vehículos eléctricos. No solo eso, en 2024, según Invest Billionaire, BYD vendió 4.063.000 unidades en el mundo. Tesla alcanzó 1.700.000. Sigue riéndote, Elon. Parte de la explicación está en este otro dato: “la industria de vehículos eléctricos de China se ha beneficiado de al menos 231.000 millones de dólares en subsidios y ayudas gubernamentales desde 2009, sí, 2009, hasta finales de 2023”.

En energías renovables, que es uno de los pilares de las sociedades contemporáneas, China instaló en 2023 más energía solar que la mayoría de los países en toda su historia. Para entender la proporción de esto, China logró añadir, en 2023, 216,9 gigavatios de energía solar, superando su récord anterior de 87,4 gigavatios de 2022, según la Administración Nacional de Energía. Eso es más que todo el parque de 175,2 gigavatios de Estados Unidos, que es el segundo mayor mercado solar del mundo. Recordemos que esto, como todo lo otro, no nació de un segundo para el otro, ni se logró después de escribir tres o cuatro mensajes furiosos en Truth Social, la red social de Donald Trump. En 2020, China anunció que alcanzaría el pico de emisiones de carbono para 2030 y la neutralidad de carbono para 2060. El año pasado, China lideró el mundo en inversión en transición energética, resume la revista Time, con dos tercios de los 2,1 billones de dólares gastados globalmente.

Tal vez por todo esto, y mucho más que se nos escapa, es que Friedman le dice a Klein, en la entrevista citada previamente, que “we're screwed”, que, en buen castellano es lo mismo a decir, “Estados Unidos se jodió”.

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