Mauricio Cabrera
21 Septiembre 2024 01:09 pm

Mauricio Cabrera

Ciudad Esmeralda

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A los ancianos de la tribu, y que tengan buena memoria, el nombre de Ciudad Esmeralda les puede recordar la mítica ciudad donde vivía el mago de Oz, o los colombianos pueden pensar en Muzo o Coscuez con sus grande minas de esmeraldas, pero si hay una ciudad que tiene bien merecido ese nombre es Seattle, en la esquina noroccidental de los Estados Unidos. 

El nombre se lo han puesto por el exuberante verdor que tiene; vista desde el avión, en el centro se destacan modernos rascacielos, pero el resto no parece una urbe edificada en cuya área metropolitana viven cerca de 4,5 millones de personas, sino un enorme parque, bañado por el mar y majestuosos lagos.

Una ciudad para vivir sabroso

No es una ilusión óptica pues la ciudad cuenta con una abundante vegetación durante la mayor parte del año, con cerca de 30 km² de parques urbanos y alrededor de 4,4 millones árboles que ocupan el 28% de la superficie de la ciudad. Es común encontrar en los jardines de las casas árboles de 20 y 30 metros de altura. Para tener una idea de que significan tantos árboles basta recordar que Bogotá tiene solo 1,5 millones y Cali menos de un millón.

El clima típico de la costa noroccidental de EUA ayuda al verde permanente de la ciudad con sus lluvias abundantes, pero además es templado sin temperaturas extremas ni en el invierno que es moderado con muy escasas nevadas, ni en el verano que no padece los calores extremos del sur o la otra costa del país. 

El otro aspecto llamativo de Seattle es un sistema de transporte público eficiente y moderno, diseñado para facilitar el desplazamiento tanto dentro de la ciudad como en los suburbios. Tiene buses, tranvía, un tren ligero y un tren de cercanías, todos eléctricos e interconectados, con tarifas accesibles y super puntual. La política pública de transporte refleja la conciencia de sostenibilidad ambiental de la ciudad.

En una app en los celulares se puede saber a que hora exacta va a pasar el bus o el tren por cada estación, y avisan si está demorado. Además, cuenta con un sistema de patinetas y bicicletas eléctricas que también se ubican con una app para tomarlas y dejarlas en cualquier parte de la ciudad. A diferencia de otras grandes ciudades, es posible vivir sin automóvil particular.

La ciudad es un paraíso para los amantes de la vida al aire libre. La cercanía a montañas, bosques y lagos facilita actividades como senderismo, esquí, kayak y ciclismo. Es un lugar donde los habitantes pueden disfrutar de una caminata por la mañana y trabajar en una empresa tecnológica por la tarde, sin salir del entorno urbano. Para completar, la vida cultural es intensa con música, teatro y artes visuales. 

Los atractivos de la ciudad han acelerado el crecimiento de su población en lo últimos años, pero no tanto como en las ciudades del “cinturón del sol” en el sur del país pues, como nada es gratis, el costo de vida y sobre todo de la vivienda también es más alto que el promedio del país. Estos costos no desaniman a los turistas, y la ciudad recibe unos 40 millones de visitantes al año.

Ciudad de innovación

Pero Seattle no solo es una ciudad agradable para vivir. Es toda una potencia económica. El PIB de su área metropolitana es de USD 500.000 millones (una vez y media el de Colombia), y tiene una de las tasas de desempleo más bajas de EUA.

El motor actual de la ciudad son algunas de las compañías tecnológicas más grandes del mundo, como Amazon y Microsoft con cerca de 100.000 empleados cada una, y que con centenares de emprendimientos tecnológicos y de innovación contribuyen con un poco más de una cuarta parte del producto regional. La industria aeroespacial, liderada por la gigante Boeing, fue durante décadas la principal de la ciudad; hoy ha sido superada, pero sigue aportando cerca del 10% del PIB. Complementan el ecosistema económico actividades financieras y de comercio internacional en su eficiente puerto, y centros de investigación en áreas como biotecnología y salud.

No es casualidad que se den las dos cosas.  Seattle es una ciudad donde la innovación la modernidad y la tecnología se combinan con la naturaleza y la calidad de vida, lo que atrae a miles de profesionales jóvenes y talentosos, que además encuentran una cultura diversa y progresista.  Por eso no es casualidad que Jeff Bezos y Bill Gates la hubieran escogido para ser la sede de sus exitosas empresas, o que Starbucks hubiera nacido allí.

Acá no es primero ni el huevo ni la gallina, sino  un círculo virtuoso de desarrollo. Como dice E. Glaeser en su libro El triunfo de la ciudad,  “Las ciudades han sido motores de innovación desde la Atenas de Sócrates y Aristóteles, porque conectan a su habitantes, porque atraen talento, porque estimulan la colaboración de mentes brillantes”. Por eso para que las ciudades prosperan deben tener una población bien educada y atraer brillantes emprendedores, cual requiere que ofrezcan una buena calidad de vida y bienes públicos abundantes.  

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Adenda: El Banco de la Reserva Federal de EUA bajó 50 puntos básicos su tasa de interés que ahora quedó 2% por encima de la inflación de allá. Para una movida similar el Banco de la República debería bajar su tasa 100 pb, y aun así quedaría 4% por encima de la inflación de acá.
 

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