Mauricio Rodríguez Múnera
26 Noviembre 2024 02:11 am

Mauricio Rodríguez Múnera

¿Cómo pinta el 2025?

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Hacer pronósticos es siempre arriesgado, pero es importante intentar identificar algunas tendencias con el objetivo de diseñar planes de contingencia ante diferentes escenarios (optimista, realista, pesimista, y de crisis). Por cuestiones de espacio voy a concentrar mi visión del año entrante en el escenario que considero que tiene la mayor probabilidad de ocurrencia. 

En materia económica el 2025 será mejor que el actual. El crecimiento económico estará en el rango del 2,5 al 2,8 por ciento, la inflación entre el 3,8 y el 4,0 por ciento y el costo del dinero seguirá bajando puesto que la tasa de intervención del Banco de la República descenderá hasta el 6,75 - 7,0 por ciento. El desempleo posiblemente se reducirá pero poco -seguirá siendo el segundo más alto de los 38 países de la OECD-. El déficit en cuenta corriente es difícil de estimar porque depende en alto grado de los precios del petróleo y el carbón -que a su vez reaccionan según la evolución de los conflictos mundiales-, pero no será motivo de preocupación. El único nubarrón -que cada día empeora por cuenta de las reformas en curso- es el déficit fiscal. Todo indica que las finanzas públicas seguirán deteriorándose y que la calificación del riesgo Colombia continuará cayendo. 

En cuestiones políticas el panorama es desalentador. La polarización se exacerbará a medida que se acerca la elección presidencial. El principal promotor será el presidente Petro, pero sus opositores -en particular los candidatos de la derecha le pondrán mucha leña al fuego. Eso le hará daño a la inversión (impacto que se notará años más tarde) e intensificará las tensiones sociales. 

Pero una luz de esperanza se vislumbra en el horizonte: que los aspirantes a la primera magistratura que no pertenecen a los extremos de la izquierda ni de la derecha logren ponerse de acuerdo en temas fundamentales (la economía de mercado - impulso al emprendimiento, la responsabilidad fiscal, la lucha contra la corrupción, la erradicación de la miseria, la seguridad, la paz, el respeto absoluto a las instituciones, la presencia estatal efectiva en las regiones azotadas hoy por la violencia y el abandono, la profundización de la democracia, y una política exterior suprapartidista). 

Acuerdo que también incluiría las reglas del juego para la escogencia de un candidato único, que sería apoyado con entusiasmo por los demás. Esto puede sonar demasiado optimista pero creo que se aprendieron lecciones muy valiosas de las equivocaciones del 2022, y los egos se desinflarán ante el riesgo de quedar de nuevo en manos de populistas de las alas extremas.
 

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