
El jueves 30 de enero nos levantamos con la noticia de la renuncia de Fernando Jaramillo, quien para ese entonces era el presidente de la Dimayor. Con este hecho se termina de demostrar que, como era de suponerse, este año la liga colombiana arrancó con el pie izquierdo. El 2025 no fue la excepción.
En menos de un mes que lleva el fútbol este año ya atacaron el bus de Millonarios en Santa Marta y hubo algunos jugadores heridos. Por regionalismo entre seguidores del mismo equipo, varios hinchas de Nacional se pelearon en Bogotá. La cancha del estadio de Tunja está, aunque cueste creerlo, en su peor estado histórico y, lo más malo de todo, dejaremos de oír las magistrales narraciones del Tato Sanint en Caracol Radio: no habrá más “vino, vino, vino, taque, taque, taque”.
Ahora, lo que sí es cierto es que de todas las noticias anteriormente citadas, la que más afecta al fútbol colombiano es la renuncia de Fernando Jaramillo. Aunque en su momento muchos celebramos su nombramiento y pensamos que su gestión iba a ser favorable para nuestro fútbol, tristemente su administración pasó sin pena ni gloria. Duró cinco años como cabeza de la División Mayor del Fútbol Colombiano y su legado fue tristemente escaso.
Jaramillo venía de la empresa privada. Un tipo serio, de negocios y de buena gestión de capital humano. Sin embargo, y como suele pasar en los ambientes donde la podredumbre humana aflora, en el momento de ejercer como presidente de la Dimayor ese buen hombre de empresa se vio desdibujado. En gran parte, claro está, porque sus jefes no lo dejaron actuar o porque pecó por tratar de ser monedita de oro en un ambiente tan hostil.
El reemplazo es una incógnita y por ahora quien ejerce dichas funciones es –para bien y para mal– el presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún. Por esto mismo vengo a escribirle, mientras hay fumata blanca, estos humildes consejos al futuro presidente de la Dimayor para que su paso por dicho ente no genere los problemas que generó Fernando Jaramillo.
Siga estos seis pasos para que, si lo dejan, pueda “actuar libremente”:
- Piense en un referente que sea cercano a la realidad. La época de los grandes presidentes del fútbol colombiano ya pasó. Ya no habrá ningún Alfonso Senior o Álex Gorayeb que valga. Ahora, en esta época de decaída, los presidentes que triunfan son tipos con acusaciones en sus espaldas: Jorge Perdomo, Ramón Jesurún o Luis Bedoya.
- No olvide que para triunfar en ese puesto es mejor pedir perdón que pedir permiso. Usted no tiene que dar respuesta por sus actos, y su mayor tarea está en nunca llevarle la contraria a Ramón Jesurún o Álvaro González. Es más, si alguno de estos dos personajes termina en Estados Unidos con foto de reseña judicial, usando el overol naranja por pasar la noche preso como consecuencia de agredir a una guardia de seguridad, invéntese que todo fue por un ‘instinto paternal’. Orange is the new yellow, no lo olvide.
- Usted va a tener 36 jefes directos: los presidentes de los clubes de primera y segunda división del fútbol colombiano. Debe tener mucho cuidado, pues si bien dentro de esos jefes habrá gente decente y trabajadora, la regla general es ver señores que no son conocidos precisamente por las buenas prácticas. Para no ir más lejos, dentro de esos 36 hay uno que es ampliamente conocido por no pagarle a sus proveedores, otro que en este momento está pagando casa por cárcel por homicidio a una mujer y otro que estuvo extraditado en Estados Unidos por obstrucción de la justicia. Esto no es normal, pero es lo tristemente habitual. Reitero, no olvide que el señor del ‘instinto paternal’ estuvo en las mismas condiciones hace ocho meses.
- Piense únicamente en sus 36 jefes y en los dos dirigentes mencionados en el primer punto. Los jugadores, materia primera de esta industria, no importan. Ponga partidos todos los días: lo importante es vender.
- Tenga cuidado porque desde el momento de ser nombrado se viene un año y medio crucial en su gestión. La puja por los derechos de televisión será una línea transversal de su mandato. Si bien Win ha hecho buenos nombramientos, como el de Andrea Guerrero, tenga cuidado con Mauricio Correa porque lo va a tener de la ídem.
- No sea propositivo: un proyecto serio para el fútbol femenino puede esperar. Tampoco se le ocurra mencionar la idea de que, en países serios, existe una tercera división decente. “¿Eso pa’ qué?”. Si ya tenemos 36 clubes, no necesitamos más.
PD: Si quiere, a manera de entrenamiento, vea cómo fue el consejo de ministros del martes pasado. Algo por el estilo, pero sin mujeres, será una asamblea de Dimayor.
Buena suerte.
