No sorprendió que el ELN cometiera otro acto cruel y mezquino, prácticamente ya estábamos advertidos de que algo así sucedería. El de Gustavo Petro, no es el primer gobierno que intenta ―fallidamente― una negociación con esa guerrilla, pero esa organización ilegal jamás ha tenido voluntad de paz.
El atentado con cilindros bomba en contra de la unidad militar de Puerto Jordán (Arauca), en el que murieron 3 soldados y otros 28 se encuentran heridos, fue la gota que debió rebosar la copa, sin embargo, el gobierno aún sigue dejando la puerta abierta a un acuerdo. ¿Por qué?
Es claro que una de las principales banderas del presidente Petro ha sido la consecución de la paz, por eso su afán en la implementación de una política de paz total. Sin embargo, el afán de conseguirla ha llevado a ceder en casi todas las pretensiones que ha tenido el Ejército de Liberación Nacional, sin obtener nada a cambio. Todo lo contrario, de su parte solo ha habido violaciones a los compromisos y una burla constante a los ciudadanos por los cuales dicen luchar.
Los ejemplos de su falta de voluntad son muchos. Precisamente, los diálogos estaban congelados desde el 15 de agosto, pues el ELN rechazó una propuesta del presidente para discutir abiertamente el modelo económico, algo que jamás se había visto en otras negociaciones de paz y que esa guerrilla siempre había reclamado. En vez de eso, fijaron una fecha ―algo que parecía más una amenaza― para que se les retirara de los grupos armados organizados, e insistieron en que el Gobierno no negociará con sus disidencias en Nariño. Nada de eso sucedió y su respuesta fue la violencia. Entonces, ¿para qué sentarse en una mesa a negociar cuando todo lo resuelven de esa manera?
El Gobierno ha sido paciente pero también permisivo y la guerrilla se ha aprovechado de eso. Ni siquiera fueron capaces de dejar el secuestro y la extorsión, ese es su negocio y no piensan abandonarlo. El día del atentado el presidente Gustavo Petro mostró contundencia diciendo que con esa acción, prácticamente, se cerraba el proceso de paz con sangre, recordando que por un acto similar se levantó la mesa durante el gobierno de Iván Duque.
Todos saben que el ELN no quiere la paz, pese a eso, horas después de esa declaración, los negociadores emitieron un comunicado en el que suspenden ese fracasado intento de acuerdo. Es decir, esperan “una manifestación inequívoca de voluntad de paz”, lamentablemente eso no llegará.
Se necesita un cambio en el trato hacia esa guerrilla y dejar de culpar a terceros, como lo hizo Vera Grabe a los medios en una entrevista en La W Radio, de lo que es evidente para todos: Con el ELN no se puede negociar y mientras sigan esperando muestras de paz que no llegarán, serán la población civil y las Fuerzas Militares quienes sigan padeciendo los horrores de una guerra absurda e injusta.