Jorge Espinosa
11 Enero 2025 03:01 pm

Jorge Espinosa

Daño irreparable a Ecopetrol

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El 18 de diciembre del año pasado, cuando ya la mitad del país estaba en vacaciones, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla), le entregó a Oxy el permiso para perforar en el mar Caribe el pozo Komodo, considerado como el más profundo del mundo, a más de 4.000 metros. De este proyecto, del que Ecopetrol es socio, depende en buena medida el abastecimiento de gas y de crudo que Colombia necesitará en los próximos años. Algunos técnicos han dicho, incluso, que Komodo tendría una extensión tan grande como el que se ha encontrado en Guyana. “Es la oportunidad de tener un potencial relevante en términos internacionales de crudo y de gas”, me dijo uno de los técnicos. Su licenciamiento, que en las primeras horas fue considerada una buena noticia, no fue otra cosa que un regalo envenenado.

Esta semana se supo, gracias a la publicación del documento en Caracol Radio, que la empresa Anadarko (cuyo accionista principal es Oxy) y Ecopetrol, cuyo accionista principal es el gobierno colombiano, le pidieron a la Anla y al Ministerio de Ambiente que revoque las condiciones de la licencia porque “en algunos casos son ilegales, desproporcionadas y/o imposibles de cumplir”. El recurso de reposición, de 136 páginas, enumera los fallos técnicos y jurídicos en los que, creen ellos, incurre la Anla. El documento parece ser el primer paso para una demanda multimillonaria contra el Estado colombiano. Dice: “Tras una revisión detallada de la Resolución 2821, Anadarko y Ecopetrol han concluido que no es posible perforar el pozo exploratorio Komodo-X1 –o cualquier otro pozo subsiguiente– bajo los términos y condiciones impuestos por la Anla en la licencia ambiental con la participación directa del Ministerio de Ambiente”.

Lo paradójico, y lo absurdo en todo esto, es que Ecopetrol, que debería trabajar armónicamente con la Anla y con el Ministerio de Ambiente, diga también como accionista del proyecto Komodo que las condiciones de la licencia son ilegales y que extralimitan sus competencias. Esta afirmación, que está en la página 7 del documento, cuestiona al Ministerio de Ambiente por haber convocado, fuera del tiempo legal, al CTC o Consejo Técnico Consultivo. La argumentación de Anadarko y de Ecopetrol señala que “la Anla, a solicitud del Ministerio de Ambiente, convocó al CTC mucho después de la fecha legalmente prevista para hacerlo… y como consecuencia de dicha convocatoria, el Ministerio propuso a la Anla condiciones para la licencia ambiental del proyecto basadas en las recomendaciones del CTC, condiciones que en algunos casos son ilegales, desproporcionadas y/o imposibles de cumplir”.

Oxy, que ha invertido ya más de 250 millones de dólares en este proyecto, es un socio estratégico de Ecopetrol y del Estado colombiano. No olviden que el negocio más importante y rentable del grupo Ecopetrol está en Estados Unidos –el campo Permian– y tiene como socio a Oxy, la misma compañía a la que la nueva dirigencia de Ecopetrol ya mandó al carajo en el proyecto Oslo, vetado por el presidente Petro saltándose al gobierno corporativo por motivos, presuntamente, ambientales. La relación está deteriorada, y este golpe de la Anla y de la ministra Muhamad con la licencia ambiental envenenada a Komodo puede terminar de matarla. Si eso ocurre, lo que temen los técnicos de Ecopetrol, así como algunos integrantes de la junta directiva de la petrolera colombiana, es que la consecuencia se vea en la renegociación del campo Permian, que vence este año 2025.

Oxy podría decirle a Ecopetrol que ya no está interesada en el negocio del Permian, que por cierto le salva los números al presidente Ricardo Roa, y eso sería mortal para la petrolera colombiana. De ser así, a Ecopetrol le quedarían tres opciones: vender la participación en el Permian, buscar otro operador distinto a Oxy, que no es fácil, o tratar de operar el campo petrolero. Esto último es casi imposible, porque Ecopetrol jamás ha operado un campo de no convencionales, como es el Permian. En la junta directiva son conscientes del daño que la Anla y el Ministerio de Ambiente le han causado a Ecopetrol. Uno de sus integrantes, nombrado durante el gobierno del presidente Petro, le dijo a este columnista el viernes pasado: “El daño ya está hecho”.

Así es.

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