Mauricio Cabrera
10 Febrero 2025 03:02 am

Mauricio Cabrera

Democracia en peligro

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“Lo que está sucediendo en Estados Unidos en este momento es un intento de autogolpe de Estado, cuando un líder legítimamente elegido utiliza su posición para tomar el control total, eliminando las restricciones legales y constitucionales a su poder”: Paul Krugman

 

Esta contundente afirmación del premio Nobel de economía puede parecernos alarmista, más aún porque él también dice que en su país se está implantando una dictadura, pero no es una opinión aislada, sino que hay muchas voces autorizadas que están alertando sobre la misma tendencia.

Otros académicos y columnistas de opinión en medios como The New York Times, The Washington Post o The Atlantic, comparten la misma preocupación y coinciden en afirmar que en Estados Unidos se está gestando una grave crisis constitucional por el debilitamiento de la separación de poderes, tendencia que cada vez cobra más fuerza en el mundo. 

Avance de las fuerzas antidemocráticas

Con los avances electorales de partidos de extrema derecha en algunos países de Europa empezaron a surgir voces que alertaban sobre las amenazas a la democracia liberal; sin embargo, se trataba de movimientos minoritarios o que solo alcanzaron el poder en países pequeños como Polonia o Hungría. El recuerdo de las atrocidades de Hitler y los nazis todavía generaba rechazo en la mayoría de la población.

No obstante, la tendencia siguió creciendo y en Alemania y Francia ya la extrema derecha y los neonazis son una fuerza electoral que está cerca de llegar al poder, como ya lo logró en la Italia de Meloni. Lo más preocupante es que en el país que era el bastión de la democracia occidental, los Estados Unidos, se está instaurando un gobierno antidemocrático, lo mismo que en las otras dos grandes potencias mundiales, China y Rusia, y en la cada vez más poderosa India.

Porque no es democrático un gobierno por el solo hecho de obtener la mayoría de votos en las elecciones. Dos características esenciales de la democracia son el estado de derecho que supone el imperio de la ley, y la separación de poderes, de manera que no haya un rey o tirano omnipotente, sino que la Presidencia, el Congreso y las Cortes de Justicia se impongan límites mutuos a sus acciones.

Otro premio Nobel, Joe Stiglitz, alerta sobre el rechazo a los valores democráticos que puede conducirnos a una nueva edad oscura que destruya los ideales de la Ilustración, que han permitido “coordinar los esfuerzos por mejorar las condiciones de todos los miembros de la sociedad. Tales esfuerzos requieren del estado de derecho para desplazar el absolutismo, el respeto por la verdad para prevalecer sobre el oscurantismo y la elevación de la experiencia en los asuntos humanos. Entre los aspectos más inquietantes de la revolución Maga está su rechazo absoluto a estos valores".

Un motivo adicional de preocupación por la suerte de la democracia en Estados Unidos es el creciente influjo de los hombres más ricos del planeta en el gobierno, de manera que se está convirtiendo en una verdadera plutocracia, que se define como la influencia desproporcionada de los ricos y poderosos en la toma de decisiones políticas y económicas. La presencia de Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg en primera fila en la posesión de Trump y las atribuciones que le han dado a Musk para que desmantele el aparato estatal muestran que ese peligro ya se hizo realidad.

Crisis constitucional 

Voces norteamericanas muy respetables ya empiezan a alertar que el gobierno Trump está gestando una crisis constitucional al desconocer los principios del imperio de la ley y la separación de poderes. The New York Times denuncia esta crisis constitucional pues “el presidente Trump nos está mostrando qué sucede cuando esos controles y equilibrios se rompen: está violando abiertamente la ley y la Constitución a diario”.

El NYT menciona unos cuantos ejemplos de estas violaciones: “El presidente no puede cerrar agencias que el Congreso ha financiado, pero eso es exactamente lo que hizo Trump, con la ayuda de Elon Musk, con Usaid. El presidente tampoco puede despedir inspectores generales sin dar a los legisladores un aviso de 30 días, pero Trump despidió a 17 de ellos de todas formas. El Congreso aprobó una ley obligando a TikTok a venderse o cerrarse, y los tribunales la ratificaron, pero Trump se negó a hacerla cumplir”.

Se pueden citar otros casos que son abiertamente inconstitucionales, o exceden las facultades presidenciales pues deberían ser autorizadas por el Congreso como el negar el derecho a la nacionalidad a niños nacidos en Estados Unidos, querer despedir a cientos miles de empleados federales, o permitir a un civil como Musk que acceda a información privilegiada del gobierno. 

También en el campo del derecho y las relaciones internacionales es claro el desprecio por la ley y los organismos multilaterales. Declarar que va a anexar a Groenlandia, que se va a tomar el canal de Panamá, o que va a expulsar a los palestinos de Gaza para hacer una Riviera del medio oriente, muestran un claro desprecio a la ley internacional. Lo mismo las decisiones de retirar a Estados Unidos de organismo internacionales como la Organización Mundial de la Salud, el Comité de Derechos Humanos y el Acuerdo de París, y de amenazar a la Corte Penal Internacional.

Todo esto sucede porque, según el mismo periódico, “el Partido Republicano controla las tres ramas del gobierno. Así que el conflicto que debería impulsar las interacciones entre las ramas está silenciado; el Congreso y, potencialmente, los tribunales son menos propensos a frenar al presidente”.

Coincide Krugman con el NYT en decir que Trump lo puede hacer porque “cuenta con el apoyo total de cada republicano en la Cámara de Representantes y el Senado”, aunque mantiene la esperanza de que una parte del poder judicial todavía se mantiene independiente y está bloqueando algunos de los decretos ejecutivos del presidente. Habrá que ver si la Corte Suprema, donde Trump tiene la mayoría, evita o convalida esta crisis constitucional y el quebranto de la democracia.

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