Mauricio Rodríguez Múnera
13 Mayo 2025 03:05 am

Mauricio Rodríguez Múnera

Doctorado en Colombia

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La semana pasada, un joven muy inteligente y preparado (PhD en Economía de una de las mejores universidades del mundo) me pidió opinar sobre sus sueños, siguientes pasos y el propósito superior de su vida profesional. Con mucho gusto le di mis sugerencias, con la advertencia de que mis reflexiones deberían ser tan solo uno de los insumos para su toma de decisiones siendo el más importante el que le dicte su mente y su corazón.

Me alegró mucho su respuesta a mi primera pregunta: ¿cuál es su misión como economista? "Quiero hacer grandes aportes a la solución de problemas importantes de Colombia, deseo dejar una huella lo más profunda y positiva en nuestro país".   

Hablamos durante un buen rato de los principales retos de Colombia superar la violencia, erradicar la pobreza extrema, combatir eficazmente la corrupción, mejorar la calidad de la educación, etc. Alguno (o varios) de esos frentes serán su campo de trabajo y creo que por su preparación y su pasión hará muy buenas contribuciones. 

Con el objetivo de darle un consejo útil para ayudarle a alcanzar su noble meta, le dije lo siguiente: "haga un doctorado en Colombia". Me refiero a que conozca, iniciando lo antes posible, con la mayor profundidad que pueda, la realidad nacional. Pero no solo la que se describe en muchos libros buenos que se han publicado sobre los temas sociales, económicos y políticos del país, sino la que se aprende recorriendo los 32 departamentos y conversando con su gente. Labor que nunca termina porque cambian constantemente las circunstancias, se modifican los comportamientos, se transforman las ciudades y los territorios. 

Admiro y aprecio a los tecnócratas. Pienso que muchos avances significativos han ocurrido por sus conocimientos aplicados a sobrepasar los variados y difíciles obstáculos que hemos tenido que enfrentar como sociedad. Pero estoy convencido de que si a su valiosa formación intelectual se le suma la experiencia de ver en persona cómo viven los ciudadanos, escuchar qué sienten y piensan, conocer a fondo sus aspiraciones y frustraciones, aprender cómo han logrado superar la adversidad, qué esperan del Estado, cuál es la mejor manera de impulsar el emprendimiento en sus regiones, etc., los tecnócratas podrían hacer una mejor tarea. 

Sin embargo, todo lo anterior no es suficiente. Los líderes políticos y sociales también deben aprender de los tecnócratas. No tienen que dominar los conceptos técnicos, pero sí abrir la mente a lo que las ciencias exactas y sociales han descubierto a lo largo de siglos de estudio e investigación.

El futuro de Colombia depende la disposición y capacidad que tengamos todos de dialogar, de aprender el uno del otro, de respetar nuestras diferencias, pero ponernos de acuerdo en construir colectivamente lo esencial.  
 

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