Se ha consumido en todas las clases sociales y en todas las regiones de nuestro país, sin embargo, desde hace años los científicos han empezado a encontrar que esta sustancia es una de las principales causas de problemas familiares, sociales y de salud física y mental, pudiéndose determinar que una de las principales estrategias para prevenir el daño que genera, es la de prevenir su consumo en los menores de edad.
Los jóvenes que consumen alcohol antes de la mayoría de edad tienden a tener el doble de probabilidad de desarrollar problemas con él en la adultez y aquellos que se embriagan a edades tempranas, generan daños serios en ciertas zonas del cerebro que se encargan de la memoria, motivo por el cual las habilidades intelectuales, el rendimiento en la escuela, las buenas notas escolares y en general, prepararse en la vida, se ve seriamente impactado.
Los jóvenes que consumen alcohol en la adolescencia tienen más probabilidad de usar otro tipo de sustancias con el paso de los años, pues en general, los jóvenes que no beben tienden a cuidar más su salud y arriesgarse menos; por otro lado, los datos nos muestran que los jóvenes que no consumen alcohol tienden a meterse en menos problemas relacionados con la violencia, las peleas callejeras, el embarazo prematuro y los accidentes de tráfico.
Si bien, no hay ningún consumo seguro o beneficioso a ninguna edad, pues muchos de los mitos acerca de los beneficios en salud han sido derrumbados, el asunto en menores de edad es mucho más delicado. Necesitamos evitar que consuman alcohol durante estos años.
¿Qué debemos hacer entonces para prevenir el consumo de alcohol en los jóvenes?
Lo primero que tenemos que hacer es unirnos a un gran cambio cultural que está haciendo toda la sociedad, durante estos años he sido testigo con nuestros programas de prevención en escuelas de los cambios que vienen poco a poco gestándose, pues a diferencia de hace algunos años, cada vez es más difícil manejar bajo efectos del alcohol y que en los escenarios educativos se venda esta sustancia. Hoy nos encontramos con padres mucho más conscientes y aunque en la medida que los jóvenes van creciendo, algunos van soltando su postura, el avance a hoy es evidente.
Un cambio cultural quiere decir que los adultos cambian ciertas actitudes y formas de actuar frente a los jóvenes, para que ellos dejen de hacer muchas cosas que hasta el momento se han considerado “normales”. Para muchos adultos, consumir alcohol es algo cotidiano, algo que hacemos todas las semanas o cada vez que queremos; muy probablemente hacemos esas cosas desde muy jóvenes y nos ha parecido normal que los jóvenes lo hagan como nosotros alguna vez lo hicimos; sin embargo, de eso se trata ese cambio cultural, pues aquello que fue normal para nosotros, hoy en día no puede ser normal para los jóvenes, pues no es lo mismo estar en los 80 o 90 que en 2024. Hoy la salud mental nos hace más vulnerables y las competencias que requiere el mundo que le tocará a nuestros hijos en una década, nada tienen que ver con el mundo actual.
Si sabemos que el desarrollo cerebral, las habilidades cognitivas y la memoria se afectan mucho más en estas edades; si sabemos que los riesgos asociados a depresión, salud mental, vida sexual, embarazos y accidentalidad se multiplican de forma asombrosa; si sabemos que el mundo que a ellos les toca no es el mismo que nos tocó a nosotros, ¿no sería entonces una gran apuesta tener posturas firmes frente al consumo de alcohol de nuestros hijos?
@efrenmartinezo