El rumor sobre la compra del gobierno colombiano de los aviones de combate suecos Gripen no hace más que crecer. Desde comentarios en emisoras locales, y públicas, en Suecia, hasta artículos en portales especializados como InfoDefensa. Lo que sabemos los medios en Colombia, de forma oficial, lo declaró el presidente Petro el pasado viernes en los 105 años de la Fuerza Aérea: "hemos tomado la decisión de reemplazar la flota Kfir por aviones nuevos… esa nueva flota no va a causar un impacto fiscal para este año o el siguiente. Mirando el plan financiero de mediano plazo hemos logrado negociaciones que permiten suficiente años de gracia para que no impacten en nuestra crisis fiscal". No confirmó la opción elegida, pero se sabe bien la sabiduría del dicho popular “cuando el río suena, piedras lleva”.
El 1 de noviembre, el portal brasileño Defesanet.com publicó una historia https://www.defesanet.com.br/nfab/notas-estrategicas-fab-caca-gripen-nao-decola/#google_vignette sobre la novela de la compra de la Fuerza Aérea Brasileña, FAB, de los Gripen suecos, que deja muy mal estacionado al caza de la empresa Saab. Cuenta que la decisión se tomó en 2014, firmando un multibillonario contrato en 2015 para la compra inicial de 36 aeronaves, con posibilidad de llegar a 108 unidades. En ese entonces Suecia era un país neutral, pero eso cambió este año con su ingreso a la OTAN. Y luego describe el que, creo, es el asunto más delicado: la transferencia de tecnología a Brasil, el famoso Offset, que consistía en que Brasil pudiera producir aviones, ha sido un desastre. “La realidad es que, diez años después, el país no puede producir un solo avión de combate sin el apoyo de Saab”, dice.
El offset, mucho más que los aviones, es el gran atractivo de estas compras. Son las compensaciones -generalmente tecnológicas- que entregan los contratistas a los compradores de bienes o servicios militares, lo que se negocia antes de cerrar acuerdos de gobierno a gobierno que son multimillonarios. En Brasil, además, lamentan que el Gripen ha sido un fracaso en materia comercial. Solo 5 países, Suecia, Brasil, Hungría, Tailandia y Sudáfrica los usan, siendo rechazados en casi todas las licitaciones internacionales para cazas nuevos. La verdad es que el Gripen no puede competir con el caza de quinta generación estadounidense Lockheed Martin F-35 Lightning II, ni con el F16, “elegidos por decenas de países, con más de 1000 unidades entregadas hasta octubre de 2024”, dice el artículo.
Una fuente consultada para esta columna dice, ratificando lo que escribe el portal especializado en Brasil, que el gran problema del Gripen es que es un “avión que no tiene madurez operativa, comparado con los Rafale (los caza franceses) y los F-16, el Gripen es un bebé que no sabe nada de la vida, los otros son adultos que ya saben cómo trabajar. Llegar a esa madurez tomará años, y se hace más lento todo debido a que sus principales operadores no reciben ni están incorporando aviones a un buen ritmo”. Los tiempos del contrato con Brasil no se han cumplido, no se han entregado los Gripen que establecía el acuerdo. “Hay problemas contractuales entre Suecia y Brasil, es una culpa compartida. En todo caso, es revelador que un contrato firmado hace tanto tiempo, apenas esté desarrollado en un 30%”.
Esta es la razón por la que los brasileños están buscando otras opciones. El comandante de la Fuerza Aérea Brasileña, Marcelo Kanitz Damasceno, a mitad de año, hizo una presentación en la que mostraba al F16 como una alternativa a la salida de los aviones AMX Ghibli. Si incluso Brasil, que tiene un acuerdo con los Gripen suecos, está buscando otras opciones para no perder superioridad aérea, ¿qué supone uno? La compra de los Gripen por parte de Colombia traería estos mismos problemas logísticos. “Entre los pilotos de la Fuerza Aérea Colombiana hay incertidumbre sobre esta compra porque los aviones se necesitan rápido, los Kfir no aguantan más, y no se sabe el tiempo real de entrega. Saab dice que es capaz de cumplir las primeras entregas en poco tiempo, pero del dicho al hecho…”, añade la fuente.
El presidente Petro, en otro fragmento clave del discurso, dijo que Colombia no puede “depender de un solo proveedor de armas hoy en el mundo. Creo que es una equivocación, dada las condiciones en que se está desarrollando la geopolítica mundial”. La lectura es clara: se descartan los F16 de Lockheed Martin, de origen estadounidense, para abrir la puerta a los ya mencionados Gripen. No sobra recordar, en todo caso, que un 12,5% de los componentes del Gripen son de origen estadounidense. Los porcentajes restantes se dividen entre Suecia e Inglaterra.
Hace bien el gobierno en entender que la superioridad aérea es clave en este mundo, y que de ella puede depender nuestra soberanía. Sin embargo, parece que de las tres alternativas, han elegido la que no nos pone en la vanguardia aérea en América Latina.