Mauricio Rodríguez Múnera
21 Enero 2025 03:01 am

Mauricio Rodríguez Múnera

El Plan Rescate Integral

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Solidaridad total con los habitantes del Catatumbo que están viviendo un infierno, lamentando la dolorosa pérdida de vidas y los desplazamientos forzados. Apoyo total a las Fuerzas Armadas que deben cumplir (sin ataduras) su obligación constitucional de defender la vida de los ciudadanos, dentro del marco de la ley. Repudio total a la barbarie del ELN, cuya degradación los ha convertido en lo que son hoy en día: una banda de asesinos, narcotraficantes, extorsionistas, mineros ilegales y aliados del dictador Maduro.

Ríos de tinta han corrido y lo seguirán haciendoanalizando lo que pasó y lo que está sucediendo, sus causas y consecuencias. Pero quiero concentrarme en lo que considero que se debe hacer, muy probablemente en el próximo gobierno, porque al actual se le está acabando el oxígeno político y porque su capacidad de ejecutar es prácticamente nula.  

Mi propuesta concreta para el próximo presidente de Colombia: diseñe (en campaña y defina los detalles apenas gane las elecciones) un Plan de Rescate Integral que comience a ejecutarse el 7 de agosto del año entrante, a las 3 de la tarde. 

El objetivo de ese plan es el de recuperar los principales territorios actualmente en las manos ensangrentadas de grupos criminales de diversa naturaleza. Hay que priorizar las acciones necesarias en las regiones más golpeadas del Catatumbo, Chocó, Cauca, Arauca, Nariño y Sur de Bolívar.    

Cuando afirmo que dicho Plan debe ser integral, me refiero a que debe contener acciones específicas para cada una de esas zonas en las tareas esenciales del Estado: seguridad, justicia, salud, educación, apoyo a las economías locales e infraestructura. En dichas regiones, y en otras más del país, la presencia y eficacia del Estado es inexistente o muy débil. Como bien me enseñó mi gran profesor Fernando Cepeda, en la política y en el gobierno no existen los vacíos: el espacio que no copa el Estado se lo toman los violentos y los corruptos.

El Plan que propongo debe ser creado que por un equipo interdisciplinario técnico no ideológico, con personas capaces e íntegras de las regiones y expertos en los asuntos en cuestión. Bienvenidos también los aportes de la comunidad internacional que contribuyan con lecciones aprendidas de los errores y aciertos en procesos similares llevados a cabo en otras latitudes. 

El nuevo presidente nombrará a un ministro o consejero presidencial del más alto rango, con mucho poder (pero sin burocracia ni presupuesto, sino con apenas un pequeño grupo de servidores públicos de apoyo en lo operativo) para que se encargue exclusivamente de supervisar y coordinar la implementación del Plan en todas las entidades estatales que son responsables de cada uno de los campos de acción. Pero los ministros tendrán que responder por el cumplimiento de las metas de su despacho relacionadas con el Plan. El primer mandatario será su jefe único y directo, y los avances o tropiezos del Plan serán tratados en el Consejo de Ministros. 

Ese director del Plan debe tener las siguientes condiciones y cualidades: amplios conocimientos y experiencia en el manejo de lo público, habilidades de liderazgo claves como la capacidad de trabajar en equipo, la comunicación eficaz y un gran compromiso con el logro de las metas, gran empatía y solidaridad (hechos, no palabras) con los ciudadanos de esas zonas, y una gran vocación de servicio a las comunidades que hoy más necesitan un Estado que solucione los muy graves problemas que sufren. 
      

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