En este 2025, invito a los empresarios, especialmente a los grandes, a pagar a tiempo a sus proveedores, en particular a las microempresas y a las PyMes (Pequeñas y Medianas Empresas). Es un compromiso que debe marcar sus agendas desde este año y para siempre.
Es indignante que algunas grandes compañías en Colombia abusen de su posición dominante para incumplir los plazos de pago, ignorando la Ley de Plazos Justos, que exige saldar las deudas en un máximo de 45 días. Aunque hay excepciones legales, muchas recurren a tácticas como someter las facturas a 'auditorías y revisiones', alargando los plazos por semanas o incluso meses.
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Es indignante que algunas grandes compañías en Colombia abusen de su posición dominante para incumplir los plazos de pago, ignorando la Ley de Plazos Justos
Reconozco que sectores como el de la salud enfrentan crisis recurrentes que dificultan cumplir con la Ley de Plazos Justos. Sin embargo, salvo casos puntuales en sectores específicos o empresas con dificultades económicas, estoy convencido de que en Colombia es posible avanzar hacia mejores prácticas en los plazos de pago.
Los retrasos significativos en el pago de facturas imponen una presión adicional sobre las PyMEs, que suelen carecer del capital de trabajo necesario para sostener proyectos mientras esperan el pago por bienes o servicios ya entregados.
Es importante destacar el esfuerzo del Gobierno para promover el cumplimiento de la ley a través del Ranking de Plazos Justos, una iniciativa aún poco conocida. Este ranking, gestionado desde el portal del Ministerio de Industria y Comercio (www.plazosjustos.gov.co), premia a las empresas que cumplen con sus pagos a tiempo, incentivando esta práctica responsable.
Sin embargo, para la convocatoria de 2024, sólo 23 empresas participaron, una muestra ínfima en un país con miles de compañías. A pesar de esto, me parece que es muy importante destacar a las que decidieron dar ejemplo, incluyendo a dos grandes empresas: JER S.A. e Indumil Colombia, que, por su tamaño e influencia, envían un potente mensaje al liderar con el ejemplo. La primera es una red de multiservicios de Boyacá con 20 años de experiencia (jer.com.co) y la segunda es la empresa comercial e industrial del Estado que fabrica y comercializa armas y explosivos (www.indumil.gov.co).
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A pesar de esto, me parece que es muy importante destacar a las empresas que decidieron dar ejemplo, incluyendo a dos grandes compañías
En el top 3 del ranking de 2024, Incorpora S.A.S. obtuvo el primer lugar al pagar sus facturas en un promedio de cero días. La segunda posición fue para Rivera y Cristancho Consultores S.A.S., con un promedio de 3,5 días, y el tercer lugar lo ocupó JER S.A., con 3,8 días. Otras empresas destacadas incluyeron a ASA Ingeniería S.A.S. (4,5 días), Top Express S.A.S. (18,8 días), Indumil Colombia (31,2 días) y Talento Inteligente S.A.S. (38 días).
Estas empresas demuestran que no sólo es posible pagar puntualmente, sino que hacerlo puede generar un reconocimiento significativo. Participar en este ranking y obtener el ‘Sello Plazos Justos Empresa que Paga a Tiempo’ mejora la reputación de las compañías y refuerza la confianza de sus proveedores.
En contraste con el ranking, hay algo particular que es molesto —y creo que muchos empresarios y lectores estarán de acuerdo conmigo—: la hipocresía de algunas empresas que hablan de sostenibilidad ambiental y social mientras ignoran el principio básico de cualquier modelo empresarial responsable: pagar a tiempo a sus proveedores. Pueden invertir en proyectos ambientales y sociales, y eso está bien. Pero, ¿de qué sirve sembrar árboles o construir escuelas si las prácticas básicas hacia sus socios comerciales son injustas?
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¿De qué sirve sembrar árboles o construir escuelas si las prácticas básicas hacia sus socios comerciales son injustas?
Cuando las grandes empresas retrasan los pagos, generan un círculo vicioso: sus proveedores enfrentan costos financieros adicionales para mantener operaciones, pierden capacidad de inversión y, en el peor de los casos, ven comprometida su viabilidad y nivel de supervivencia en el mercado. Esto no sólo afecta al proveedor, sino que encarece toda la cadena productiva y pone trabas al crecimiento económico del país. Una práctica que no es sostenible.
Por eso, mi invitación para este 2025 es que las empresas en Colombia hagan un esfuerzo decidido por respetar los tiempos de pago establecidos. Que no busquen excusas ni se escondan detrás de trámites innecesarios. Que comiencen a construir sostenibilidad desde adentro, desde la relación con sus proveedores.
El Ranking de Plazos Justos no debe limitarse a 23 compañías; debe convertirse en un estándar para miles, un referente en algo tan básico como cumplir con los compromisos financieros a tiempo. Que en 2025 y en adelante veamos más nombres en este ranking y menos excusas en las cuentas por pagar.
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