María Claudia Parias Durán
6 Agosto 2024 08:08 am

María Claudia Parias Durán

En agosto, Bogotá será una fiesta

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El Archivo de Bogotá preserva los documentos sobre la historia de los festejos de la ciudad y, muy en particular, aquellos que relatan qué alcaldes y bajo qué lógicas culturales y sociales decidieron que el 6 de agosto sería, desde los años 20 del siglo pasado y en adelante, la fiesta oficial de la ciudad. 

En efecto, a partir del Acuerdo 83 de 1920, el alcalde Ernesto de Santa María y el Concejo Municipal de la ciudad oficializaron el cumpleaños de Bogotá considerando que “(…) El 6 de agosto de 1538 fue fundada la ciudad de Bogotá por el Adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada, dando con ello cima a la empresa más grandiosa y perdurable que emprendieron los conquistadores; que es deber de la ciudad honrar el recuerdo de los que la fundaron con su esfuerzo titánico y celebrar dignamente el natalicio de la capital de la República”. 

Según un documento publicado por el Archivo de Bogotá, “a pesar de que no existe el acta de fundación ni documento alguno que verifiquen esta información, o la fundación oficial de la ciudad en 1538, a partir de esta norma se crea la necesidad de erigir un acto conmemorativo correspondiendo a las necesidades de modernización de la ciudad y el fortalecimiento de las identidades locales y nacionales que convergen en Bogotá como capital”. 

Desde entonces, cada gobierno distrital ha buscado la manera de hacer de agosto el mes de Bogotá, pero la tarea no ha sido ni evidente, ni fácil. Así lo registra el periodista Santiago Rivas para Señal Colombia: “Bogotá, a diferencia del resto del país, carece de una feria, fiesta principal, celebración de algún santo, carnaval o cualquiera de las muchas celebraciones que, en cambio, dominan el calendario cultural colombiano. Claro, existe el Festival de Verano, así como los festivales al parque, las muestras documentales, los eventos de literatura, el mes del arte (cada vez más corto y más caro) y un sinnúmero de eventos que hacen de Bogotá una ciudad muy interesante a nivel cultural; pero no es lo mismo, ni estamos hablando de eso. Cuando se posesionó como alcalde, Lucho Garzón quiso crear el carnaval de Bogotá como una manera de -a través de la fiesta- unirnos a los bogotanos, que vivimos siempre tan fragmentados. La idea no prosperó en una festividad de la cual nos hayamos apropiado ni nos sintamos parte, y tal parece que eso no va a pasar (...)”. 

Cuando de carnavales oficiales se trata, para el caso de Bogotá estamos ante una tensión que es difícil de resolver: si se propone, desde el nivel público, un carnaval, como se procuró hacer durante el gobierno del alcalde Lucho Garzón, ¿cómo se garantiza su apropiación social? ¿Qué es lo que nos une a todos los bogotanos -entiéndase habitantes de Bogotá- con la suficiente fuerza como para que, de forma simultánea, salgamos masivamente a las calles a olvidar que cada uno es cada cual? 

El valor comunitario de los carnavales o las grandes fiestas populares de ciudad ha sido ampliamente estudiado por los científicos sociales. Naturalmente, para todos es sabido que los carnavales representan nexos de transmisión cultural, así como la posibilidad de generar lazos en la comunicación intergeneracional, además, por supuesto, de romper barreras sociales y promover la libre expresión crítica a través de la parodia y la sátira, en, entre y de la sociedad. 

El profesor Danilo Moreno Hernández, de la Universidad Nacional, por ejemplo, señala que “las culturas carnavaleras generan cohesión, construyen identidades y permiten un momento de catarsis colectiva. Se convierten en motores de las industrias culturales, que dinamizan las economías locales y escenifican los patrimonios culturales. Una ciudad que permite la realización de los deseos de sus habitantes logra que estos terminen amando su entorno. Como lo narró Lawrence Durrell en su célebre Cuarteto de Alejandría, "una ciudad es un mundo cuando amamos a uno de sus habitantes" o cuando realizamos uno de nuestros deseos; en este caso, nuestro deseo de celebración y de carnaval”.

El profesor Moreno, quien recientemente publicó un artículo invitando al alcalde Carlos Fernando Galán a crear, nuevamente, un carnaval, recuerda la importancia que, entre 1920 y 1934, tuvo el Carnaval Universitario que, promovido por la Universidad Nacional, convocaba a todos los estudiantes de la ciudad, aun a los de los colegios, a sumarse a los recorridos, las carrozas, las comparsas, las danzas y los personajes icónicos como Pericles Carnaval. “En la memoria de la mayoría de los habitantes de la ciudad -señala Moreno- no hay una noción clara de la existencia de un carnaval capitalino, aun cuando ya es una constante la existencia del Festival anual de Comparsas en Bogotá”. 

El Instituto Distrital de Patrimonio Cultural, en una de sus investigaciones sobre el tema, señala que Bogotá no ha logrado consolidar una fiesta cívica que tenga la suficiente fuerza como para sobrevivir al paso de los tiempos. “En el proceso de crecimiento de la urbe -se lee en La serpiente festiva: 17 años de comparsa bogotana- no se logró que una fiesta local o barrial -como suele suceder- logre expandirse, transformarse, y convocar a toda la ciudad. Podría haber sido la fiesta de reyes, el 6 de enero, que todavía se celebra en los barrios de Egipto y de San Fernando (…).

Bogotá tuvo su carnaval a comienzos de siglo, pero no se mantuvo (González Pérez 2005). Tampoco se logró, a pesar de varios y reiterados intentos por parte de las administraciones municipales, imponer y consolidar una fiesta cívica promovida desde la alcaldía o desde el sector privado. Igualmente han fracasado los esfuerzos de las colonias por trasplantar las fiestas regionales a Bogotá, como el Carnaval de Barranquilla por parte de los caribeños –con su desfile en la carrera 15-, o la Feria de las Flores por los paisas. En el nivel local, con el apoyo de las alcaldías locales, educadores y casas de la cultura, ha habido esfuerzos importantes y logros desde hace unos 20 años por consolidar celebraciones locales en sectores populares caracterizadas por desfiles, conciertos, teatro callejero y una amplia programación cultural. El Festival Internacional de Teatro de Bogotá, que se celebra (ba) cada dos años desde 1988, se ha querido convertir en la fiesta de Bogotá; pero, aunque hay varios desfiles y teatro callejero, la fiesta se concentra en las salas de teatro (...). La única fiesta importante es la Navidad, una fiesta religiosa con gran despliegue comercial, con simbolismos cada vez más globalizados, y que –paradójicamente- es de tipo centrípeto, centrada en la familia o, a todo lo más, en la cuadra (Miller 1995)”. 

Otro de los investigadores del tema, Carlos Miñana, musicólogo y doctor en Antropología Social, profesor, también, de la Universidad Nacional, hizo, hace algunos años ya, un muy interesante ensayo sobre la percepción de la ausencia de una fiesta en la ciudad por parte de sus habitantes y líderes desde hace más de 150 años. Y, lo más interesante es que señala que, desde hace unos 40 años, la ciudad tiene una fiesta popular, el Halloween, que se importó y popularizó, “hasta constituirse como una celebración intergeneracional e interclasista a finales de los años 70”. El Halloween sería, según Miñana, lo más parecido a un carnaval para Bogotá. 

Así, la capital vista desde la fiesta y el carnaval, cuenta con espacios que parecen ser más de nicho, de estéticas e intereses de subgrupos sociales, como lo son el Desfile de comparsas; el Festival de Verano; los Festivales al Parque; las Marchas LGBTI; la Fiesta de Navidad, y festejos mucho más localizados como la Fiesta de Reyes Magos y Epifanía del barrio Egipto, el Festival de la Chicha de La Candelaria, el Festival de la Lechona de la Zona L, por citar algunos de los ejemplos más destacados, en los que se mezclan las celebraciones de origen religioso, las de proclamas en favor de los derechos humanos y culturales, las de las músicas, las de elementos culturales como la gastronomía y las asociadas a la recreación y el deporte. 

La actual administración distrital ha querido, para celebrar el cumpleaños de Bogotá, centrar sus esfuerzos, también, en actividades que resuenen con el reconocimiento de los hechos fiesteros de nuestra historia local. Todas las entidades del sector cultura, recreación y deporte, en consonancia con el Plan Distrital de Desarrollo Bogotá camina segura,  quieren sumar al bienestar social, a la cohesión comunitaria y a la promoción de vínculos identitarios desde la innegable fuerza de nuestra diversidad cultural, y sumarse, decididamente, a festejar a Bogotá -a su creación como capital del país- con la programación de más de 150 actividades culturales, artísticas y recreo-deportivas que sucederán durante el mes de agosto. El Idartes, por ejemplo, se concentrará en la organización de significativos festivales al parque que representan, en sí mismos, fiestas de asistencia masiva en el espacio público, caracterizadas por la gratuidad y por el reconocimiento de la música como un conector social del más alto valor: Vallenato al Parque; Gospel al Parque; Colombia al Parque y Hip-Hop al Parque. Así mismo, el Idartes se suma a los festejos del cumpleaños citadino con la realización del XIX Festival de Teatro y Circo de Bogotá -el más afincado en la tradición teatral y circense de Bogotá- y con el II Coloquio de An-arqueología de los medios, una reflexión crítica sobre nuestra interacción con la tecnología desde las artes. Y al finalizar el mes, la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte organizará el Desfile de comparsas de la Beca Bogotá siente la fiesta, con más de 800 artistas en 20 comparsas y desfiles en la ciudad.   

Pero lo más novedoso en el marco de los festejos de Bogotá es, sin duda alguna, que todas las entidades públicas de la ciudad -suman 72-, por iniciativa de la Secretaría de Gobierno y del Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público, DADEP, nos hemos unido en una cruzada para rescatar, restaurar o mejorar los parques y plazas fundacionales en el marco de la campaña Bogotá, mi ciudad, mi casa la cual fue lanzada recientemente por el alcalde Galán con el propósito de aumentar el sentido de pertenencia de los habitantes y de promover hábitos colectivos en favor de una ciudad más bella, más ordenada, más limpia y más amable. La campaña señala lo siguiente: lo que se busca es que podamos “amar y cuidar esta gran casa llamada Bogotá”. Y qué mejor que su cumpleaños para demostrarlo con intervenciones vivas, este 6 de agosto, en 100 parques de la ciudad.


Referencias: 

https://archivobogota.secretariageneral.gov.co/noticias/por-que-se-celebra-la-fundacion-bogota
Santiago Rivas, en: https://www.senalcolombia.tv/general/cuatro-razones-por-las-que-bogota-no-tiene-fiesta-patronal
Danilo Moreno Hernández, en: https://periodico.unal.edu.co/articulos/bogota-en-tiempos-de-carnaval
La serpiente festiva: 17 años de comparsa bogotana, Instituto Distrital de Patrimonio Cultural 
https://idpc.gov.co/publicaciones/producto/la-serpiente-festiva-17-anos-de-comparsa-bogotana/
Carlos Miñana Blasco,  Halloween y Carnaval: dos recetas para cocinar una fiesta en el caldero urbano de Bogotá
https://idpc.gov.co/publicaciones/producto/la-serpiente-festiva-17-anos-de-comparsa-bogotana/
 

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