El último video presentado por la exalcaldesa de Bogotá Claudia López está lleno de detalles bien pensados que buscan mover las emociones de quienes lo ven. Todo es detalladamente planeado y no es de extrañarse, a lo largo de los cuatro años de su gobierno supo utilizar muy bien los símbolos del lenguaje no verbal para conmover a los ciudadanos.
Al mismo tiempo que sacó su video, publicó en El Espectador una carta de despedida que, contrario al video y para quienes conocimos muy de cerca su administración, es un intento
fallido de construir una narrativa creíble pues está llena de imprecisiones, exageraciones y una grandilocuencia que busca descrestar a quien la lee.
Y es que uno de los peligrosos talentos de la exalcaldesa durante su gobierno fue el de engañar a la ciudadanía usando causas populares con poca oposición para lograr que se aprobaran medidas polémicas inadvertidamente. El Plan de Rescate Social y Económico, que ella promocionó justo tras el Estallido Social como la solución al malestar de jóvenes y mujeres por desempleo, es un excelente ejemplo de ello: si bien hubo una destinación menor para la generación de empleo de jóvenes y mujeres, el grueso de ese paquete se destinó a la financiación del Fondo de Estabilización Tarifaria.
Cuando presentó el segundo cupo de endeudamiento, en mayo de 2022, públicamente lo presentó como un instrumento para financiar más becas ¡con crédito! y no como lo que en realidad fue, una estrategia de financiación para la estructuración de la segunda línea de metro. En lugar de aplicar instrumentos de captura de valor, como le sugerimos varios, condenó a Bogotá a asumir un costo del 112% sobre el valor total de la obra en costos financieros y administrativos.
¿Sobre eso? Ni una palabra
Ejemplos como estos hay por decenas y, mientras saca pecho al decir que dejó el Plan de Ordenamiento Territorial y el Área Metropolitana, no se detiene a contar que el primero lo sacó por decreto, sin concertar con el Concejo Distrital y muy al estilo que tanto criticó en su momento de Enrique Peñalosa. Además lo decretó con un montón de errores técnicos, aquí menciono 40, y decretos de afán que tienen en vilo el desarrollo urbano y que la nueva Secretaría de Planeación tendrá que resolver en el primer semestre de este año, aún mientras construyen el Plan Distrital de Desarrollo. Suerte con esa tarea.
Por otro lado, en su carta de despedida no desarrolla los detalles de cómo se alió con su otrora enemigo político, el exgobernador de Cundinamarca Nicolás García, para sacar adelante una Región Metropolitana que no solo le quita autonomía a los concejos municipales y Distrital sino que, peor aún, le da poder de veto al Gobernador que ninguna persona que vote en Bogotá eligió.
La lista se alarga
Menciona en su autoelogio que se ejecutó su Plan de Desarrollo “sin un solo escándalo de corrupción”, pasando convenientemente por alto la salida de su Directora de la UAESP, Luz Amanda Camacho, por un escándalo de corrupción que publicó CAMBIO y que se venía denunciando desde el Concejo Distrital. Tampoco habla de los contratistas del Carrusel de la Contratación, denunciados por Daniel Coronell y el exconcejal Diego Cancino.
En su texto de despedida la señora López deja inexplicados los retrasos en los frentes de obra de movilidad ejecutados durante su administración, que en total suman cerca de $30 billones de pesos. Menciona, eso sí, que dejan 70 colegios dando a entender que todos se hicieron bajo su mandato cuando en realidad 35 venían del Gobierno anterior y otros se los deja inconclusos a la nueva Secretaría de Educación.
Mucho menos habla sobre la incoherencia de su discurso frente a sus hechos: mientras le dio la vuelta al mundo hablando sobre el Sistema Distrital del Cuidado, según Bogotá Cómo Vamos, uno de cada cuatro habitantes en Bogotá no comía las tres comidas al día. Mientras hablaba sobre la necesidad de invertir en programas sociales, el grueso de su presupuesto lo invirtió en obra pública, una industria que tiene una alta concentración de empleos masculinos.
López es quizá la política más hábil manipulando narrativas que la dejen bien parada. Apela a lo mejor de las herramientas de comunicación para transmitir un mensaje emotivo y conmovedor. Desde el oso panda en su saco, su taza, su mascota, sus movimientos, su puesta en escena, todo está muy bien pensado y en ese sentido hasta tenemos algo que aprenderle. Pero lo que no puede seguir sucediendo es que sea ella la única en contar su historia. Más voces se deben sumar para contar varias versiones de los hechos, ya conocemos los peligros de una única historia.
López va a insistir en narrar lo que ella quiere que creamos, lo que le conviene al tiempo que le deja al Alcalde Galán unos problemas de ciudad más profundos y una amplia base politiquera; unos concejales con muchísimo poder y unas alianzas a las que en el pasado se enfrentó y que ahora usa para abonar su anhelado camino hacia la Presidencia de la República.
Martín Rivera Alzate
Exconcejal de Bogotá
@riveraalzate